Final de mi segunda fiesta de máscaras.

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Eva se ha quedado completamente vacía, no solo por sus eyaculaciones, o porque haya ido después al baño. Está como absorta pensando en lo que va viviendo hoy, desde que hemos llegado a El Laboratorio. Me pregunta a mí, que es lo que yo quiero hacer en este momento. Tengo que pensarlo bien, porque mis motivaciones han cambiado desde que hemos venido. Yo creía que sabía lo que quería o lo que esperaba de esta noche, pero ahora mismo no siento apenas ninguna necesidad que satisfacer. Es tarde, casi las cinco de la mañana. Esto empieza a terminarse y ya se aprecia que hay menos gente por los pasillos. Le digo a Eva que quiero saber que tal les va a las chicas. Vamos caminando despacio hasta la zona BSDM de la casa.

Al llegar, nos quedamos de pie en la entrada, apartados del pasillo. Laika nos ve y se acerca olfateándonos, moviendo la cola. Yo le acaricio la cabeza. Enfrente de nosotros, en una cruz de San Andrés, está Almudena. Amanda ha atado sus extremidades dejando su cuerpo expuesto. Amanda habla cerca de su oído mientras acaricia la piel de ella. Lo hace de forma sensual. De pronto, Eva me sorprende por completo.

-. Eso es lo que quiero. Lo que me gustaría probar algún día. Pero no con ella. Ella me da miedo.

-. Sé que temes a Amanda. Pero yo estoy empezando a desearla tanto como deseo a Laura.

-. Y eso es lo que me atrae. Pero contigo.

-. ¿Lo has pensado bien, Eva?.

-Me he dado cuenta esta noche, Aitor. Antes, cuando ella te lo ha propuesto, he sabido que en realidad, eso es lo que quiero probar. Y quiero que sea contigo.

Sé que hablaremos Eva y yo de esto, más adelante. La verdad es que yo ya había pensado en algo así, precisamente con Eva, pero hay mucho de lo que hablar antes. Ahora lo que quiero ver es un objeto. Almudena se ha convertido en un juguete para Amanda y creo que está disfrutando a un nivel muy difícil de conseguir. Ella nos ve y nos pide que nos acerquemos. Vamos los tres despacio al lado de ellas. Laika está extrañamente relajada y Almudena al contrario. Ya no siento nervios en ella, solo excitación. Amanda a su vez emite señales de estar en un nivel superior a todos los demás en la sala. Me confiesa al oído que adoctrinar a Almudena, ha conseguido en ella un placer que no conocía hasta ahora. También le dice algo a Eva al oído que no consigo escuchar. Después me ofrece a Almudena. Es directa al hacerlo:

-. Esta zorra es increíble. Se merece lo mejor, sin duda. Quiero que se corra ahora para finalizar su programa de hoy con categoría. Aitor, ¿me harías el favor?. Solo tienes que follártela.

-. Tengo una idea mejor. Eva también ha dejado mis expectativas por los suelos esta noche. Ellas son muy amigas. Dejemos a Eva que haga a tu zorra correrse. Así disfrutáis las tres.

-. ¿Y tú?.

-. Me llevaré a tu perra a dar un paseo.

Dejo la sala BSDM caminando despacio con Laika a mi lado. Lo último que he visto de ellas, ha sido a Amanda estrangulando a Almudena, mientras Eva empezaba a masturbarlo, a la vez que se ponía de rodillas ante ella en la cruz, para comer de su coño y llevarla al final. Yo me meto con Laika en la primera sala privada que veo. Le ordeno subir a la cama y ella lo hace sin dejar su papel de perra. Hoy he descubierto más placer dando que ofreciendo. Esta perra tiene el cielo ganado por soportar el trato que le da Amanda. Sé que las dos, cumplen con su rol, una con la otra y que las dos se sienten realizadas en esa forma. Yo lo que quiero ahora, es ofrecer un placer diferente. Obtenerlo también, sin duda. Empiezo a adoctrinar a Laika, a meterme en parte en un papel similar al de Amanda. A disfrutar haciendo eso.

-. Esta noche has sido una perra muy mala, para tu ama, tanto, que me ha cedido tu propiedad mientras ella trabaja ahora con Almudena. Yo te voy a castigar ahora por lo que has hecho, pero el castigo que te voy a imponer, no lo conoces aún.

Empiezo a estirar de la cola de Laika fuerte, a ver como su enorme tapón anal fuerza su culo para intentar salirse, pero sin dejar que eso ocurra. A la vez, la azoto fuerte un par de veces. El cuerpo de Laika es precioso y su culo no está en discordancia. Debajo del tapón, hay un precioso y rosado coño que se empapa con cada castigo que ejecuto sobre ella. Gime y ronea como una gata mientras me sonríe. Sigo impartiendo mi voluntad:

-. El castigo que vas a recibir es el más cruel que conoces. Y te va a suponer todo un reto. Porque te voy a ordenar algo, y yo no soy un amo endeble como lo es contigo Amanda. Si incumples mis órdenes, te castigaré tan cruelmente que te arrepentirás por siempre. ¿Entiendes?.

Laika sonríe de forma burlona al oírme. Gruñe. Entonces se queda paralizada al ver como me  bajo los pantalones y saco mi polla empalmada de ellos. No tengo mucho tiempo, he de ir al grano, porque Amanda y Eva, van a terminar pronto con Almudena.

-. Voy a hacer que te corras, perra mala. Me voy a correr contigo. Como tu amo, eres mía y voy a hacer lo que quiera contigo. Como te muevas te ahogo. Como tu ama se entere o te note que ha pasado lo más mínimo aquí, será peor.

Agarro la correa de Laika y estiro de ella hasta que retrocede al borde de la cama y penetro su coño sin piedad, hasta el fondo, sin dejar de tener la  correa tan tensa que ella apenas pueda respirar. Con la otra mano empiezo a pasar cuatro dedos apretando despacio sobre su clítoris. Es la forma más eficaz de hacer que se corra. Me excita sentir esa especie de poder fingido sobre ella, de sodomizarla. La miro en el espejo, fijándome muy bien en los gestos que hace, en como está ella sintiendo el sexo que le ofrezco. Sin duda, Laika es una de las chicas más bonitas que he visto en la vida, pero su perversión es más provocativa que todo lo demás en ella. He calculado mi tiempo y me fijo en el reloj de la pared. Son las cinco y veintidós minutos de la madrugada. Para mí, la noche de la fiesta de las máscaras, termina cuando dé por finalizada esta acción, así que me rindo al placer. Me corro dentro de Laika sin dejar de follarla. Pero sin hacer ademán de que eso, haya ocurrido. Segundos después ella se corre de una forma muy erótica y a la vez, muy animal. Muy perra. Yo no paro, y no lo hago hasta ocho minutos después, cuando me vuelvo a correr en la misma posición. Creo que Laika se ha corrido una vez más que yo.

Me guardo la polla en los pantalones y con papel de un rollo industrial que hay en una mesita, seco el culo y el coño de Laika. Le doy la vuelta para que me mire de cerca a la cara. Laika está sonriente y feliz. Muy colorada también. Es preciosa incluso así. La bofetada que le doy, retumba en las paredes.

-. El año pasado, vi como te corrías y después tu dueña te permitió irte. Este año, tu amo soy yo, y no solo no te permito que te vayas. Amanda me dijo que cuando te corriste, tu fantasía perdía el contenido, el sentido. Acabo de mostrarte como ha de ser un dueño a la altura de lo que te mereces y como tal, te ordeno que sigas así. Vamos a ir ahora a buscar a Amanda. Te voy a ceder a ella. Pero si me fallas, si no me obedeces, te arrepentirás

Laika me responde que lo ha entendido. Es la primera vez, esta noche que la escucho hablar. El año pasado también lo hizo después de que Carlos, el perro de la señora Ágata, la follara en la sala circular. Ahora Laika baja de la cama andando a cuatro patas y con la boca me pasa su correa. Salimos de la habitación andando y vamos a la sala BSDM. Allí en las sillas sentadas están las tres chicas. Nos unimos a ellas. Amanda me pregunta por la perra.

-.¿Se ha portado bien?.

-. No. He tenido que castigarla.

Amanda observa de cerca a su perra mientras acaricia su pelo y su espalda. Se fija con detenimiento en las marcas de mis dedos en su cara y su culo. Se muerde el labio. Laika actúa con ella como buscando refugio en su dueña. Como lo haría un perro al que un extraño acaba de castigar. Amanda empieza a hablar con ella, ya no como si fuera una perra y con mucho cariño, empieza a quitar de su culo el tapón, ayudándose de gel. Después Laika se sienta a su lado, casi llorando. De felicidad…

-. Es increíble. Hoy ha sido la mejor noche de máscaras de mi vida, Amanda. Muchísimas gracias por todo.

-. Eres una perra adorable. Siempre te digo lo mismo, pero realmente, me haces feliz cada año. Cada vez más…

-. He oído que has comprado una casa. Podría ser tu perra alguna vez más. Si tú quieres, Amanda.

-. Las noticias vuelan. Voy a hacer algo. En un par de semanas te llamaré y te diré lo que podemos hacer. ¿Te parece bien?.

Laika se ha puesto una bata negra que no le tapaba el culo del todo y se ha dirigido a las duchas, después de saludarnos a todos. Después yo he dicho que me iba a ir, esperando que Amanda dijera que ella venía conmigo. Se ha adelantado Eva.

Eva-. Yo también me voy. Ha sido una noche más increíble que la del año pasado. Estoy cansada y quiero tumbarme en la cama, aunque no sé si podré dormir. Estoy muy despierta.

Almudena -. ¿Puedo hablar?.

Amanda-. Habla.

Almudena -. Si me dejas, yo también quiero ir a otro lado a descansar y a poder pensar.

Amanda -. ¿Qué tal estás, Julia?.

Almudena (Julia ya) -. Estoy en una nube. Creo que he descubierto algo inmenso y necesito procesar todo un poco, pero estoy muy, muy feliz y sobre todo, muy satisfecha.

Amanda se pone de pie delante de nosotros tres y nos besa uno a uno en los labios. El último, a mí. Por la forma de besarme creo que ya no es Amanda, que vuelve a ser Laura.

Laura, entonces-. Chicas, si queréis podemos ir todos a casa de Aitor y mía. Debemos descansar y seguro que todos tenemos que pensar en algo. Mañana más tranquilos podremos hablar, si lo necesitamos. ¿Os apetece?.

Salimos despacio caminando, Eva y yo detrás de Laura y Julia, que para el paseo hasta la puerta, continúan en sus respectivos roles. No me sorprende que durante esa distancia, todo el mundo se aparta dejando paso a los tacones de ellas y a mí. Casi todos nos saludan con gestos, educadamente. El protocolo de tarjetas y taquillas es breve y subimos los cuatro a un taxi que nos lleva a casa. Apenas hablamos en el trayecto.

Al llegar, Laura y yo vamos a nuestro dormitorio y Eva y Julia, las dos juntas, a uno de invitados. Estoy bastante cansado, pero no puedo no reaccionar a la voz dulce y sensual de Laura. Ella me cuenta que esta noche ha sido la más extraña en El laboratorio para ella. Que con Almudena ha superado todos sus registros anteriores, tanto, que ha llegado a tener más de un orgasmo sin tocarse. Hoy no quiero profundizar más en este mundo. Lo que quiero es hacer el amor.

Laura se sube encima de mí, y empieza a hacérmelo. Sus besos son cálidos y dulces. Toda la habitación se ilumina de la luz de sus ojos. De su luz blanca. Es breve y muy delicado. Me corro perdiendo la respiración y sintiendo una sensación de dolor en los geniales al hacerlo. De plácido dolor. Laura sigue haciéndome el amor sin importar ese detalle, hasta que segundos después ella se corre. No me saca de ella, simplemente, se deja caer sobre mi cuerpo besándome y los dos nos quedamos dormidos así.


Cama Redonda. +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora