Capitulo 8 - Si estoy soñando por favor no me despiertes +18

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Mara

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Mara

Alexia sentía dolor en su rodilla cuando estábamos en el consultorio, fuimos al hospital, le dieron la pastilla y aunque fuera algo normal, siempre era bueno que Alexia se revisara por cualquier cosa.

—Aveces pienso que pasara si no logró recuperarme y no lo voy a lograr, voy a dejar lo que realmente me apasiona y para lo que soy buena. —Dijo Alexia con la voz entrecortada.

Tomo unos respiros después de decirme eso, y le conteste.

—No pienses eso Alexia, estoy aquí para sacarte adelante y prometo que no descansaré hasta que lo logremos y será juntas. —Le dije, mientras trataba que se tranquilizara y le agarre su mano, mientras la acariciaba.

—Y aunque lo intentemos, ¿que pasa si no lo logramos? El dolor es muy fuerte, y estoy empezando. —Me dijo Alexia, mirándome a los ojos.

—¡Alexia, confía en mi! Bueno no solo en mi, en ti, confia en ti, aveces se necesita un poco de terquedad, y quiero que seas terca en que te vas a recuperar y vas a salir de esta, y no descansaremos hasta lograrlo, aquí estoy contigo y si queres más que una fisio, soy también tu amiga Alexia. —Le dije a Alexia.

Quería que tuviera un poco más de confianza en ella y tuviera confianza en que iba a salir de esta, y yo la iba a ayudar.

No respondió a lo que le dije como yo pensaba, Alexia cuando termine de hablar me dio un abrazo fuerte y me dijo que me agradecia por aguantarla y ayudaría en esto, y que si quería más que una fisio en mi, me necesita como persona y amiga.

Fue un abrazo muy muy fuerte, no lo creia viniendo de Alexia, creia que sería la última persona que me daría un abrazo así, y no dude en abrazarla igual y le seguí dedicando unas pequeñas palabras para que tuviera más confianza en el proceso, en mi y más importante en ella misma.

—¿Emma? —Pregunto Alexia.
—Te quiero. —Me dijo Alexia en medio abrazo.

—Yo tambien te quiero Alexia, sigue adelante, no te rindas nunca. —Le dije Alexia y cortamos el abrazo porque tocaron la puerta.

Era el doctor de la operación, había dado de alta a Alexia, le dio unas pastillas más fuertes para el dolor, y tomamos camino, le pregunte si quería ir a mi casa o a la suya o la llevaba con Mapi.

—¿Quieres ir a mi casa? ¿O te llevo a la tuya o a la de Mapi? —Le pregunté.

-Prefiero la tuya, pero si no hay nadie esperandote, no quiero interrumpir. -Dijo Alexia recordando lo que pasó el otro día con Nicolas.

No soy nada sin ti - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora