Capítulo 23 - Una carretera de Barcelona +18

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Mara

Hoy ya era el día definitivo para reanudar la rehabilitación de Alexia, ayer que fue con la psicóloga, le deje el día libre porque sabría que no querría y probablemente saldríamos tarde, que así fue, pero hoy ya volvíamos a empezar, vi a Alexia tranquila, de igual manera, así como le dijo la psicóloga, le repetía a cada rato que se tranquilizara y respirar, la acariciaba la mano y por ratos iba a ver como estaba y a darle cariño, lo cual sabía que le encantaba y además esperábamos que ayudara a Alexia a que controlara más sus emociones.

—¿Amor? ¿Segura que estás bien?

—Sí, estoy tratando de controlarlo, con que ti sigas apoyándome y diciéndome que todo saldrá bien y eso, estoy bien, es lo único o que necesito.

Siempre que Alexia decía eso, me aseguraba de que cada vez hubiera más besos, abrazos, caricias y palabras bonitas, porque sabía que le ayudaba y que lo necesitaba, la psicóloga dijo que le haría exámenes a Alexia, para llegar a un diagnóstico y ver si no es necesario tratarla con medicamentos, lo cual es algo que Alexia no quiere y le preocupa un poco, eso significa es otro pensamiento que tiene, en el que hay que trabajar y en el que tengo que ayudarla a que no piense en eso, así que estoy casi encima de Alexia, siempre recordándole.

—Cálmate y Respira.

A lo que Alexia respiraba profundo unas 3 veces, sabía reconocer cuando ella estaba mal, y cuando estaba bien, cuando necesitaba ayuda y cuando no.

—¿Sabes? Tú deberías de ser mi psicóloga, sabes como soy, me conoces muy bien. —Dijo Alexia.

—Ahora voy a hacer otra carrera como psicóloga.

—Ahora voy a tener, fisioterapeuta, psicóloga y pareja, todo en uno. —Dijo Alexia, a lo que me empecé a reír. —Pero enserió, no es mala idea. —Siguió Alexia.

—Bueno, si vas a aguantar que no siempre esté al tanto de ti, entonces sí, pero como te conozco, te mueres si eso pasara.

Alexia, ante la decepción, hizo un puchero y dijo.

—Retiro lo dicho, entonces.

Nos alistamos, tomamos el coche y Alexia y yo, durante el trayecto, platicamos de cosas que no tuvieran que ver, ni con su rehabilitación, ni el futbol, ni de ella, cualquier cosa que se nos ocurriera podríamos hablar, pero no de la rodilla de Alexia, ni nada que tuviera que ver con eso, así tampoco Alexia se ponía estresada, ni nerviosa o con sus pensamientos.

Cuando llegamos, nos topamos a Mapi y Aitana, con las que fuimos al consultorio y nos quedamos un rato hablando con ella, pero siendo sincera, ya estaba planeado que nos topáramos a Mapi y Aitana, así Alexia, tenía a sus amigas a su lado, y ellas hacían que pensara en otras cosas.

Cuando ya habían hablado bastante, fui al consultorio, para que todas fuéramos al gym, miraba a Alexia, tranquila y relajada, lo cual ayudaría bastante en este preciso momento, les dije a Mapi y Aitana, que trataran de no separarse de Alexia en el gym, que le platicaran, mientras que ponía a Alexia hacer ejercicios y revisaba su rodilla.

—Me dices cualquier dolor o molestia, y si no puedes hacer el ejercicio está bien, solo dímelo. -Le dije a Alexia, justo cuando ya íbamos a empezar.

Alexia hacía todos los ejercicios bien, no tenía molestias, ni dolor, se sentía bien, no había ningún problema.

—¿Duele? —Pregunte mientras hablaban Mapi, Aitana y Alexia.

—Para nada, amor. —Respondió Alexia.

Miraba buenos avances, todo estaba perfecto, cuando revise la rodilla de Alexia, no notaba nada raro, como dije, todos los ejercicios los hacía con facilidad, y sus amigas, eran la clave para que no tuviera esos pensamientos, que se riera, que sacara unas sonrisas, que se viera feliz, mientras hacia algo que le preocupara, era un gran avance, no solo conmigo, como su fisio, sino también con su psicóloga, veo que Alexia trata de no pensar cosas malas, que en realidad quiere cambiar ese pequeño aspecto en ella.

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⏰ Última actualización: Jun 21 ⏰

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No soy nada sin ti - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora