Capítulo 11 - Que sea lo primero que hagamos como pareja

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Mara

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Mara

Hoy regresábamos yo al trabajo y Alexia a rehabilitación, nuestro día libre había terminado, así que nos conduje a las instalaciones del Barça, note a Alexia un poco nerviosa, probablemente tenía miedo que algo le haya pasado a su rodilla cuando me cargó, pero dado que no siguió el dolor ni molestias, espero no haya ninguna sorpresa el día de hoy.

Llegamos y, ayude a Alexia a bajar del coche, luego cuando subimos por el elevador nos topamos a Mapi y Aitana.

—Mucho tiempo sin veros. —Dijo Mapi.

—Ya nos hacías falta, Alexia. —Dijo Aitana.

—Vamos, que solo me fui un día. —Dijo Alexia.

Las tres se abrazaron y preferí adelantarme al consultorio cuando sentí una mano que jalo mi brazo.

—Vamos tu también tía, que si no fuera por ti, Alexia no estuviera del buen humor en el que está. —Dijo Mapi, a lo que yo me hice sorprendida, y vi a Alexia, que también me estaba abrazando junto a Aitana.

—Te lo agradecemos bastante. —Dijo Aitana.

Yo les sonreí a las tres y dije.

—Es mi trabajo, y Alexia también ha puesto de su parte, ya va mejorando. —Dije mirando a Alexia, a lo cual ella me sonrió.

Nos quedamos hablando las cuatro un rato, hasta que les tocara el entrenamiento y nos despedimos y Alexia y yo íbamos a tomar camino, pero Mapi me dijo si podía hablar conmigo unos minutos.

—Yo creo que te debo unas disculpas, no tuvimos que emboscada tu puerta, y siento todos los comentarios que hice, espero no te haya hecho ningún problema. —Dijo Mapi, sincerándose.

—Está bien Mapi, tranquila. —Le dije.

Mapi me dio un abrazo y luego me preguntó.

—¿Tú y Alexia ya están bien? —Pregunto Mapi.

—Logramos arreglar todo, inclusive somos más cercanas. —Dije aliviada.

Mapi bufo y dijo.

—¡Qué bueno tía! Porque Alexia se estaba muriendo porque no la disculpara. —Dijo Mapi riéndose, a lo cual yo también me reí.

Nos despedimos, le agradecí sus disculpas, cuando Alexia grito.

—Más te valía que te disculparas, tía, porque estaba a punto de romperte el ligamento con la rodilla. —Dijo Alexia en tono de broma a su lesión, pero a la vez creo que si lo hubiera hecho.

—Ni pensarlo. —Dijo Mapi, riéndose.

Entre al consultorio, donde ya estaba Alexia para empezar a revisarla, deje mis cosas en mi escritorio y la ayude a subirse a la camilla.

No soy nada sin ti - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora