Mara
Ya llegaba tarde a mi primer día de trabajo, todo estaba patas arriba en mi mundo, no sabía que una mudanza era tan difícil, el horario era algo a lo que me tenía que acostumbrar, rápido me bañe, me puse ropa y fue a mu camioneta directo al entrenamiento del Barça Femení, y cuando llegue me tope con una de la persona más importante.
—Usualmente, no se llega tarde el primer día de trabajo. —Me dijo el presidente del club, Joan Laporta.
—Sí, lo siento, esto de la mudanza no se me da bien, tengo el mundo patas arriba. Pero le prometo que no volverá a pasar. —Le dije completamente apenada de la situación.
—Bien, déjame, te guio hacia tu nuevo consultorio.— Me dijo con tono comprensivo.
Caminamos directo al consultorio, mientras me decía.
—Nos alegra mucho que hayas llegado desde muy lejos, sé que harás un buen trabajo aquí, en especial con Alexia, confió en ti, en que harás y tomaras las mejores decisiones, estamos preocupados por ella y esperamos su pronto recuperación y los mejores deseos. —Me dijo Laporta, con sentimientos encontrados por la lesión de Alexia.
—Le prometo que no los decepcionaré y haré todo lo que este a mi alcance para tratar a Alexia y que pueda volver al campo como nueva. —Dije.
Me dio las gracias y nuestra conversación terminó cuando llegamos a mi nuevo consultorio.
—Acomódate bien, pon tus cosas, decora tu consultorio y después de presentarte a todo el equipo. —Me dijo Laporta entusiasmado.
—Muchas gracias por la oportunidad, lo que pasó hoy nunca volverá a pasar. —Le dije.
—Gracias Mara, un placer tenerte, y con mucho entusiasmo te doy las llaves de tu consultorio. —Me dijo.
Empecé a sacar las cosas de las cajas, que me habían hecho el favor de traerme, empecé a desempacar y ordenar mi consultorio, y como no podía aguantarme me senté en mi nueva silla, era una silla supercómoda y reclinable, tanto que antes de terminar de desempacar todo, me quedé completamente dormida, ahorita en mi horario debería de estar durmiendo, en México serían las 4:00 am, estaría durmiendo plácidamente, mientras que en Barcelona eran las 11:00 am, hora en la que empiezan los entrenamientos.
Mientras disfrutaba de mi sueño, sentí que estaban tratando de despertarme, me desperté como si me hubieran asustado, pensé que sería Laporta y que me presentaría al equipo, aunque no sabía qué excusa le daría ahora de la siesta que estaba teniendo, pero cuando abrí los ojos asustada, vi una mujer, con unos ojos, precioso y un pelo rubio que deslumbraba toda la habitación.
—Joder chica, ¿Es tu primer día y te estás dando una siesta? Que ganas de ser tú ahora y dormirme donde pueda, pero ni me puedo mantener yo sola y estas muletas son una pesadilla. —Me dijo la mismísima Alexia Putellas, no creo que piense bien de su nueva fisioterapeuta al verla dormida.
—¡ALEXIA! ¿Eres Alexia, verdad? —No sé por qué le pregunté eso cuando bien sabia quién era, debí haberme disculpado con ella, no debía de estar durmiendo.
—Hace falta que te lo diga. —Me dijo con tono sarcástico.
—No, lo siento, sé bien quién eres, bien, siento que me hayas visto dormir, la diferencia horaria no me viene bien. —Le dije, tratando de que olvidara mi falta de profesionalismo.
Es cierto, escuche rumores que no eres de por aquí. —Dije Alexia.
—Y son verdad, soy de México, ahorita debería estar durmiendo. —Le dije mientras trata de despertarme bien de mi siesta.
—Bien, lamento despertarte de tu sueño, pero tengo un dolor en la rodilla, y quería venir a estrenar a la nueva fisio —Me dijo la rubia.
Me reí de su chiste y le dije.
—Okay, vamos a la camilla, té ayudaré a subirte. —Le dije.
—Aún no te han hecho la operación, ¿verdad? —Le pregunté para saber un poco más de su caso.
—No, aún no, en dos días me la harán. —Dijo Alexia.
—Bien, lo que necesitas es descansar, no deberías de estar aquí, forzando tu rodilla, podrías estar relajada y ayudaría bastante, podrías haberte dado cientos de siestas. —Le dije molestando con mi pequeño tropiezo de la siesta.
—Fuaaa tía, pero así tan plácida como la tuya no creo, y eso que fue en una silla. —Me dijo riéndose.
Nos reímos ambas por un momento de su comentario y le dije.
—Okay, tienes dos opciones, puedes quedarte en la camilla descansando o puedes irte a casa, es lo que necesitas.—-Le dije.
—Irme no es una opción, aquí está todo lo que necesito. —Me dijo convencida.
—Sería lo mej...
Y antes de que pudiera terminar me interrumpió.
—¡NO!-De esta camilla no me voy a mover, y por momentos voy a ir a caminar y ver los entrenamientos. —Me dijo un poco enojada por mi comentario.
—Está bien, descansa y cuando sea hora de irse te avisaré. —Me quedé asustada por su contestación, pero sabía que necesita apoyo.
Alexia se acomodó mejor, cerró sus ojos y en eso llegó Laporta para presentarme al resto del equipo.
—Hola de nuevo, veo que ya conoces a Alexia, ¿Todo marcha bien por acá?
—Si, solo está descansando, es lo mejor que puede hacer ahora mientras no tenga su operación. —Le dije.
—Bien, vamos te presentaré al resto del equipo.
Caminamos hacia el gimnasio y Laporta dijo.
—Su atención a todos, ella es su nueva fisioterapeuta, Mara Montenegro, ella es de México y se encargará de todas, ahora más que nada de Alexia, pero pueden ir con ella cuando lo necesiten. —Dijo Laporta para que todos los escucharan.
—Hola a todas, como bien dijo aquí nuestro presidente, me llamo Mara soy la nueva fisioterapeuta y estaré aquí para todas, puede recurrir a mí siempre. —Dije entusiasmada.
Todo el personal y las jugadoras se acercaron a mí para darme la bienvenida y que conociera a todas y todos. Recibí una muy buena y cálida bienvenida de parte de todas las personas.
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No soy nada sin ti - Alexia Putellas
Fiksi PenggemarOcurrida la lesión del ligamento cruzado en la rodilla de Alexia Putellas y a falta de personal médico en el FC Barcelona Femení, Joan Laporta, el presidente del FC Barcelona, contrata a una nueva fisioterapeuta personal, Mara Montenegro, cuando rec...