Capítulo 14 - Mi agonía acaba cuando te tengo conmigo

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Alexia

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Alexia

«Avión de México con Destino a Barcelona aterriza en 5 minutos, vuelo LH 4234».
Estaba haciendo rápidamente de arriba para abajo mi pierna, mientras la señorita del altavoz decía el vuelo de Mara, era una manera de quitarme la ansiedad que tenía por verla, Alba me acompaño, veía como no podía evitar la ansiedad y el estrés, puso su mano en mi pierna en señal para que me calmara, me compro un helado y aunque no tenía hambre, sentía la necesidad de comer algo para concentrarme en algo más.

El vuelo ya venía, ¿pero si ella no estaba ahí? De algún modo mi corazón me decía que ahí estaba, pero mi cerebro me envenenaba a mí misma, pensando que no estaría en el avión. Mara ya me había dicho que había subido en el avión, ¿por qué eso no me dejaba tranquila? Necesito confiar más ella, y no escuchar mi alrededor, sino a Mara, es fundamental la confianza en una relación, ¿no? Y si vamos a empezar una, debo de trabajar eso.

«Vuelo LH 4234, aterrizo» Dijo la señorita del altavoz, tan solo escuche el número del vuelo, me pare y aunque no podía correr, traté de acelerar mi paso, Alba me perseguía como si fuera una niña pequeña, que no sabía lo que estaba haciendo, y tenía razón estaba enloqueciendo, más si Mara no estaba en ese avión.

Fui donde estaban bajando las personas del avión, volteaba mi cara, buscando a Mara, no la veía por ningún lado, cada vez me preocupaba más y más, seguí buscando, no la encontraba, cada vez me decepcionaba, empecé a respirar cada vez más rápido, y fue cuando sentí, unas manos rodeando mi cintura y recostar su cabeza en mi espalda, de una forma cálida y amable, dándome un beso en la espalda, voltee mi cuerpo entero, y vi una mujer hermosa, de pelo negro ondulado, levantando su cabeza, mirando con sus hermosos ojos cafés, yo solo respiraba sonriendo, era un momento hermoso y fue más, cuando levantó su cabeza, vi su preciosa cara, acercarse cada vez más a mis labios, ambas humedeciéndolos, dándonos un beso, puse mis manos en su cara, devolviéndole el beso, cada vez más fuerte, no parábamos de besarnos, baje una mano y la puse en su cintura, acercándola cada vez más cerca de mí, a lo que se sorprendió, nos dimos un beso más, juntamos nuestras narices y Mara dijo.

—¡Nos van a echar del aeropuerto, Alexia!

Le di otro beso más fuerte y dije.

—Qué nos echen besándote entonces.

Mara se río solamente, me volvió a ver a los ojos y dijo.

—Siento que no haya pedido hablarte tanto, lo siento mucho, sé que fue mal de mi parte, estuve un poco ocupada con mi familia, todo está bien, pero enserió lo siento, sé que te pusiste nerviosa y talvez algo enojada conmigo, prometo no volverá a pasar.

—Más te vale, sentía una angustia, por no tenerte conmigo, ansiedad porque no respondías, pregúntale a Alba, hasta me quito el teléfono para que no estuviera pegada a él esperando que respondieras, me tenías muy nerviosa.

Mara miró del costado a Alba y la saludo, a lo que Alba dijo.

—Hasta juego juegos de mesa que no le gustaban, se notaba que le hacías mucha falta.

—Ella a mí también, y mucho. —Dijo Mara.

Me devolvió la mirada y le dije.

—Pero ¿sabes? Mi agonía se acaba cuando te tengo conmigo.

Mara me sonrió, se mordió el labio y me dio un beso suave, cuando Alba interrumpió.

—Pueden ir a coger al coche si quieren. —Dijo Alba, señalando la salida para poder ir al coche.

—¡Alba!

—Es enserió, pero debemos de irnos, estamos ocupando espacio, y en una de esas las vetan de poder viajar.

Agarre la mano de Mara, y caminamos juntas al coche, Alba se ofreció a manejar y Mara y yo fuimos en la parte de atrás, Mara Estaba recostada en mí, me pregunté sobre mi rodilla, nos dimos alguno que otro beso de pico y Mara se durmió, estaba muy cansada por el viaje, Desgraciadamente tuve que despertarla para poder ir a su casa y dejarla, Alba y yo nos quedamos un rato y después cada quien fue a su casa, al siguiente día, debíamos de ir ya a las instalaciones del Barça, para seguir con mi rehabilitación.

Mara

Alexia y yo decidimos cada quien irse a su casa, paso un tiempo conmigo, y la pasaría recogiendo en la mañana.

El último día que me quedé en México, hablé con mi familia sobre mi relación con Alexia, dije que era un futbolista, era su fisioterapeuta y habíamos estado juntas los últimos meses y nos estábamos haciendo más cercanas, y ambas nos habíamos enamorado la una de la otra, y que en un futuro estaría con ella, mi familia no se molestó, estaba nerviosa cuando se los dije, lo tomaron bien, se pusieron feliz por mí y dijeron que querían conocerla en algún futuro.

Quería comentarle a Alexia, y cuando fue el día siguiente la fui a traer y cuando ya estábamos solas en el consultorio, le empecé a contar.

—¿Sabes? El último día que estuve en México, decidí contarle a mi familia de lo nuestro.

Alexia se dio la vuelta, abrió los ojos lo más que podía, tenía una cara de sorpresa, se sentó en la camilla y dijo.

—¿En serio? Pero... que te dijeron. —Dijo sin poder hablar del todo bien.

—Estas felices por mí, no se lo tomaron mal y en algún futuro quieren conocerte, les conté mucho de ti, de lo linda que eres conmigo, de como nos conocimos, de lo bien que nos llevamos y que estábamos con nuestra relación.

Alexia seguía sorprendida, imagino que no esperaba que yo le dijera a mi familia, apenas podía hablar, se me quedó viendo, sin parpadear, abriendo sus ojos, dijo.

—Ósea que ¿Me aceptaron?

—Sí. —Dije sonriente.

Alexia se parió de la camilla, apoyándose solo con una pierna, y me abrazó, me dio un beso en la frente, bajo su cabeza, juntamos nuestras narices, agarro sutilmente mi cara y dijo.

—¡No sabes lo feliz que me pone eso! No pensé que fueras a decirles.

Le di un beso y le sonreí.

—Tú eres mi vida, Alexia.

—Y tu la mía, Mara.

Terminaron con la rehabilitación, que Alexia va bastante bien, puede levantar un poco más su pierna, lo cual es una buena señal.

Al terminar y bajarse de la camilla, nos subimos al carro, deje a Alexia en su casa y antes de bajarse del carro dijo.

—En el aeropuerto, cuando me abrazaste y yo te voltee a ver, solo vi tu cara y supe que mi agonía acaba cuando te tengo conmigo, me sentí aliviada, cuando te sentí, fue una sensación hermosa.

—Imagino que más que nada fue porque no hablamos mucho, lo siento, estaba ocupada diciéndole a mi familia maravilla de ti.

Alexia se río, me dio un beso en la frente y dijo.

—Buenas noches, Mara, hasta mañana.

—Buenas noches, Alexia.

—Hoy es de mis mejores días, todo salió bien con la rehabilitación y todo fue de maravilla contigo.

—Veta acostumbrando que habrá más días así.

La ayuda a salir del carro, entro a su casa, y nos despedimos, fui directo a mi casa, si me preguntan, nunca quite la sonrisa de mi cara, era imposible no recordar todo lo que había pasado hoy.

Hoy salí de mi examen más difícil, espero ganarlo y bien, estoy super cansada, pero en el almuerzo y un poco de tiempo aproveche a terminarlo, espero les gusteee.

A petición de ustedes, esta historia estará conformada por 50 capítulos.

No soy nada sin ti - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora