Ocurrida la lesión del ligamento cruzado en la rodilla de Alexia Putellas y a falta de personal médico en el FC Barcelona Femení, Joan Laporta, el presidente del FC Barcelona, contrata a una nueva fisioterapeuta personal, Mara Montenegro, cuando rec...
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Mara
Alexia y yo nunca hablamos después de bañarme, cada una se fue por su lado a hacer sus propias cosas, dormimos y apenas hubo un «Buenas noches», no pide dormir, Alexia durmió un poco, pero igual sentí que se movía bastante.
Tuvimos una pelea de la cual acepto toda la culpa, pude no haber actuado de esa forma y no levantarme de la mesa y hablar como una pareja, en cambio, tome las peores actitudes, tuve yo toda la culpa, y entiendo si Alexia está enojada y tiene todo el derecho de estarlo.
Tengo que enmendar mi error, pedirle perdón a Alexia, y pedirle que sea mi pareja.
Me levante a hacer el desayuno, pero antes fui a comprar un salmón, porque se que le encanta a Alexia, sin hacer mucho ruido arranque el carro y fui al supermercado para comprarlo.
Llegue lo más rápido posible y regrese igual, Alexia seguía dormida y me puse a hacer el salmón para ambas, decidí hacer una tarjeta para Alexia, aunque todo lo que hacía sonaba cursi, no quería que nos enojáramos y que fuéramos pareja oficial.
Cuando termine de hacer todo, subí todos los platos y la carta a la habitación, Alexia seguía dormida, y empecé a despertarla.
—Buenos días, bella durmiente. Arriba, el desayuno está listo.
Alexia se dio la vuelta, hizo cara de confusión y dijo.
—¿Buenos días? ¿Todo bien?
—Si ¿tú?
—Bien.
—No Dormiste ¿cierto?
—No, ni tú.
—Si me quedaba pensando.
—Igual yo.
Alexia, que sintió el olor del salmón, dijo.
—¿Eso que huelo es salmón?
Alce el plato, se lo mostré y dije.
—Sorpresa. Talvez no sepa de rico como tú lo haces, pero creo que no salió mal.
—Gracias.
Alexia seguía confundida, pensó que estaba enojada y que estábamos peleadas, y que seguiríamos tratándonos como ayer, busque las palabras y el momento para hablar con ella y pedirle perdón, después de desayunar sería buena idea, si estaba concentrada en lo que le hablaría.
Cuando terminamos, Alexia dijo.
—Gracias por el desayuno, estaba muy rico.
—¡Qué bueno que te gustó!
Alexia agarró su teléfono y antes que se entreteniera más dije.
—Alexia... siento mucho lo de ayer, no tomé la mejor actitud, me dejé llevar por mis emociones y no debía de haberme enojado, debí haberme quedado en el comedor y seguir platicando y arreglar el asunto, lo siento mucho porque ni yo sé que me paso, quiero arreglarlo y por eso te pido perdón, tienes todo el derecho de estarlo enojada y lo entiendo no me perdonarás de un día para al otro, tómate tu tiempo, y te hice esta carta, sé que suena cursi, pero no haría cosas cursis por cualquier persona, espero quieras leerla. Cualquier cosa que necesites, me dices.
