Capitulo 20.2 (Extra) - ¿Quieres ir a la playa? +18 (Mara)

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Mara

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Mara

Cuando desperté Alexia estaba viendo su teléfono, desesperada por los planes de hoy, a cada rato estaba: «¿Qué planes tienes?», pero no podía decirle, era una sorpresa, se podría decir, o más bien, algo que venía a su mente, algo que ya habíamos platicado, que sería lo primero que haríamos como pareja, imagino que, Alexia, empezó a imaginarse diferentes planes que tendría planeados, pero aunque la respuesta la tiene ella misma, no creo que se haya recordado.

—¿A qué hora nos vamos?—-Pregunto Alexia.

—Desayunamos y descansamos un rato y luego nos vamos, no importa la hora.

—¿En serio no me vas a decir?

—No, y lo sabes, no sigas insistiendo.

—Es que, me recorre la curiosidad, hay tanto misterio detrás que no puedo aguantarme.

—Pues tendrás que, falta poco Alexia, solo espera.

—Bueno, y ¿me gustará?

—Yo, espero que sí. —Dije ilusionada.

—¿Ya me haz platicado de eso?

—No te diré, porque puede que lo adivines y quiero que sea una sorpresa para ti, solo espera unas horas, por favor, es muy importante para mí esto, no solo para mí, para ambas.

—¿A las 12:00 te parece si vamos?

Rodé mis ojos y dije.

—Si no sigues insistiendo, sí, a las 12:00, si no, apropósito haré que esperes más.

—Vale, no dire nada más.

Durante el desayuno, Alexia estaba muy inquieta, subía y bajaba la pierna muy rápido, y trataba de no comentar nada, pero se notaba que se estaba comiendo la lengua, después del desayuno descansamos un rato, nos dormimos, así Alexia no sentía el tiempo que tendría que esperar, me desperté, al igual que Alexia, vi la hora en mi teléfono y eran las 11:00 am, era tiempo para alistarnos e irnos para la sorpresa, y para calmar la inquietud de Alexia, era hora de decirle la sorpresa que tenía preparada para las dos, así que le pregunte a Alexia.

—¿Quieres ir a la playa?

Alexia me vi sorprendida y dijo.

—¿Esos son los planes? ¿Ir a la playa? —Dijo Alexia emocionada.

—Sí, aparte de otras cosas que haremos ahí.

Alexia me abrazo, de la emoción que tenía y pregunte.

—¿Qué te parece la sorpresa?

—¡Me encanta!

—Sé que puede sonar simple, pero es para que tú y yo pasemos más tiempo juntas, y que salgamos de la rutina de todos los días.

—Contigo a mi lado, nunca y nada, será simple. —Dijo Alexia mientras sonreía. —Y tienes razón, necesitamos más tiempo las dos.

Alexia inmediatamente me dio un beso, y se levantó de la cama para arreglar las cosas para ir a la playa, pero como otra sorpresa, yo ya tenía preparado todo lo que necesitaríamos. Pusimos todo en mi coche, y tomamos rumbo a la playa.

Podía ver en la cara de Alexia lo emocionada que estaba, tenía una sonrisa grande, su pelo rubio volaba con el viento y resplandecía con el sol, al igual que su hermoso rostro brillaba, aquel que iluminaba todos mis días con solo verlo. Ambas estábamos felices de tomarnos un descanso de la rehabilitación de Alexia y centrarnos más en nuestra relación y Alexia necesitaba un respiro de los altibajos que han pasado con su rodilla y relajarse para que así sea más rápido e imagino que pasarlo conmigo es lo mejor que le puedo dar.

Llegamos a la playa, sacamos las cosas del coche y nos dirigí a un lugar cerca de una cueva, donde no había nadie, no era la parte central de la playa, solo estábamos Alexia y yo, preparamos la comida, y las sillas de playa.

—Es de las mejores ideas que has tenido.

—Sabía que te gustaría, y te tengo otra sorpresa. —Me volteé, agarro algo y dije.

—¿Quieres probar los tacos? No puedes venir a México sin probar unos.

Alexia, sin dudarlo, agarre los tacos, lo probo y dijo.

—Es la cosa más deliciosa que he probado nunca. —Dijo satisfecha con solo haberles dado una mordida a los tacos.

—Me alegra que te gustaran.

—¡Me encantan! —Dijo mientras me devoraba los tacos.

Al que Alexia terminara de comer, dije.

—Y eso que falta la mejor parte.

Alexia me miro con cara de pregunta, me levante de la silla, agarre la mano de Alexia, y nos dirigí a la cueva, Alexia dudosa me pregunto.

—¿A dónde vamos? ¿Por qué vamos a una cueva?

No le respondí, solo seguíamos caminando, y cuando llegamos, Alexia seguía viéndome confundida, rápido agarre el rostro de Alexia y empecé a besarlo como si no hubiese un mañana, Alexia me siguió e hizo lo mismo, Alexia hizo una pausa y pregunto.

—¿Esto era el gran misterio? Llevarnos a una playa, ir a una cueva grande y hacer el amor.

—¿No era esa una de tus fantasías sexuales?

Alexia abrió muy grande los ojos, entendiéndolo todo.

—Dijimos que ir a México e ir a una playa seria de las primeras cosas que haríamos como pareja, y luego dijiste que hacer el amor en una playa era una de tus fantasías.

—No puedo creer, que no pude haber pensado en eso, pensé en todo, menos en que cumpliríamos mi fantasía. ¿Cómo no pude recordarlo?

Acercándome más a Alexia, dije

—Es porque esa cabecita está muy ocupada pensando en su sexy fisioterapeuta.

—Es verdad, estás en mi mente todo el tiempo. -Dijo Alexa mientras volvía a besarme.

Nos agachamos en la arena, con la sombra de la cueva, en total privacidad, sin que nadie nos viera, empecé a quitarle la ropa a Alexia al igual que ella a mí, Alexia quedo encima de mí y empezó a cabalgar, haciendo que nuestros clítoris se juntaran y ambas nos llenáramos de placer, empecé a gemir como si no existiera nadie en este mundo que me escuchara más que Alexia.

—¡Ahhhhh! ¡ALEXIAAA! ¡NO PARES!

Al igual que Alexia.

—¡Ahhhh, Maraaaa!

Mientras más rápido íbamos, más placer era el que recorría nuestro cuerpo, y fue así cuando ambas nos corrimos, todos mis fluidos estaban en Alexia, y los de ella estaban en mí, Alexia se recostó a la par mía, voltee mi cara para verla, luego ella volteó la suya y ambas nos sonreímos y nos besamos.

Luego de pasar un rato apreciando la desnudez de la otra, nos vestimos y volvimos a las sillas de playa, decidimos guardar todo y ponerlo en el coche e ir al hotel, soy la mujer más feliz con Alexia y sé que ella también conmigo, siempre que hacíamos el amor, después, era solo besos, abrazos, piropos entre ambas, cositas pequeñas, que para nosotras eran grandes, que cada día nos enamoraba más.

No soy nada sin ti - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora