Ronnie la buscó por los pasillos, habitaciones, y todo estaba desierto. Se le ocurrió el único lugar donde jamás creía que podría estar, donde ellos entrenan.
Ahí estaba ella, sentada en el mismo lugar donde antes, con las piernas colgando por el escenario y las mejillas rojas y mojadas, un gran alivio invadió a Ronnie cuando la encontró, no importaba el rencor que este le tuviera a William ¿Por qué iba a pagar con ella?
-Te estábamos buscando. -dijo mientras se acercaba.
- ¿Vas a decirme que estoy loca? -respondió ella mientras se sorbia la nariz y miraba sus manos que aún tenían un poco de sangre.
-No. Yo...
-Ya tienes una buena excusa para que me saquen de aquí ¿no crees? -agregó levantando la vista. A Ronnie se le paralizo el corazón cuando vió los ojos inyectados de sangre y brillante como el cristal con los pequeños círculos color plata con reflejos azules.
-De hecho, hiciste lo que ninguno se atrevió a hacer jamás. -dijo mientras se sentaba a su lado a una distancia prudente.
- ¿A qué te refieres?
-Nosotros… cazamos criminales, algunos los matamos por defensa propia, a la mayoría los entregamos, pero nunca tomamos justicia como hiciste hoy. -la miro unos segundos mientras ella intentaba que no le sigan cayendo las lágrimas. -Lo que no entiendo, es por qué lloras.
- ¿Impotencia? - mintió.
-Tristeza… enojo… no sabría si algo más.
-Tú no te quedaste porque no te necesitaban. Sé que hay otro motivo. Dímelo y te contaré. -sus palabras eran amargas, pero en sus ojos no había más que tristeza.
Él suspiró, mientras recordaba las veces pasadas que fue en busca de abusadores con William y los demás.
-Solo diré que no tengo buenas experiencias con esa clase de criminales ¿Bien?
-Bien. Por ahora. -Respondió ella con más firmeza en su voz.
-Supongo que al fin y al cabo no serás tan insoportable, aunque estoy seguro de que nos meterás en problemas muchas veces. -contestó Ronnie riendo.
-Hay que aprender divirtiéndose ¿no crees?
Ambos comenzaron a reír, mientras en la otra punta junto a la puerta a
medio cerrar, estaba William observándolos con una expresión llena de sentimiento.
-Si vas a estar realmente con nosotros, debes entrenarte y funcionar con nosotros.
-Mira si mientras la entrenamos se enoja y nos corta algo. -intervino Jack entrando con superioridad. William avanzaba detrás suyo.
-Es bueno que teman. -inquirió Venecia con un tono más calmado.
-Y ¿vas a llorar cada vez? -preguntó Jack con el ceño fruncido mientras se acercaba cada vez más a ella.
-No estaba llorando, estábamos riéndonos. -mintió Ronnie, ella lo miró con una sonrisa cómplice.
- ¿Dónde está él?
-En la enfermería, la enfermera accedió a no dejarlo morir para que cumpla su condena justamente.
-Me alegra. -respondió con una débil sonrisa.
-Bueno, está tan loca como tu ¿No crees? -dijo William cuándo se acercó a ella y se encogió de hombros con una mirada asesina.
-Si tan molesto estas, Will, ¿porque no la entrenas tú? -soltó animadamente Jack.
-Claro. -dijo Venecia devolviéndole una mirada penetrante a William.
-No durarías ni dos minutos en una pelea conmigo. -defendió tensando la quijada. Ella se paró y caminó hasta quedar a escasos centímetros de él.
-¿Quieres apostar? -contestó levantando la barbilla mientras lo miraba a esos intensos ojos azules. El tragó saliva mientras apretaba los dientes.
-Hecho.
-De acuerdo, solo no se maten. -dijo Jack, quien estaba parado en medio de Venecia y William, ambos estaban con una vara larga en las manos y en posición de defensa. Si las miradas pudieran matar, Jack habría hablado en vano.
Los observó ambos un momento y se dirigió hacia el escenario con el resto de la pandilla sentados en él.
William alzo la varilla en dirección a ella y atacó, lo bloqueó con un fuerte impacto levantando la suya al mismo tiempo.
- ¿Cuál es tu problema conmigo? -le soltó ella mientras lo empujaba con la varilla en ambas manos.
-Nosotros no hacemos esas locuras, no vamos por ahí matando gente o mutilándolos para darles una lección. -respondió él en un grito mientras daba un paso hacia delante. Ella levantó la vara en un intento de golpearlo. William lo bloqueó con rapidez haciendo que ambas varillas queden cruzadas, y ellos, a escasos centímetros. La respiración de ambos era agitada.
-Tal vez lo que te enoja es que yo haya tenido más agallas en un día que tú en los años que llevas aquí. Y tal vez las cosas deberían cambiar. -susurró. -y esos no eran personas, eran demonios. -agregó en un tono más fuerte. Él la miró con ferocidad mientras se esforzaba en poder responder. - ¿De qué diablos hablas? —respondió molesto mientras se apartaba.
-Hay una gran diferencia entre las personas y los demonios, deben aprender a verla, y tomar cartas en el asunto cuando se lo merecen. -dijo ella
mientras apartaba la mirada de Will para observar a cada uno de los presentes allí. Todos la miraron perplejos, confundidos.
-Estás loca. -dijo mientras volvía a levantar la varilla hacia ella. Esta vez le dió y provocó que se tambalee hacia atrás. Venecia soltó el aire y se abalanzo hacia William.
-Tal vez sea la locura que necesitas. -dijo mirándolo a los ojos con la vara en su cuello.
Él no respondió. Tomo la varilla de ella con una mano, y la giró por completo haciendo que ella de una vuelta y cayera de frente al suelo.
-No lo creo. -respondió en un suspiro.
Se incorporó rápidamente, tomó de nuevo su varilla, y con ella golpeo las piernas de William, haciendo que caiga con un golpe seco al suelo.
Ella intentó moverse y poner un pie encima de él al mismo tiempo que
William giró y se topó fuertemente con ella. Ambos quedaron en el suelo.
-Tendremos un problema si no empiezas a creer... -suspiró ella mientras estaba debajo del pesado cuerpo de William. Él tenía sus manos agarradas a los lados de la cabeza, y un pie aun enroscado en su pierna. Su agitación era pesada y rápida, al igual que la de ella.
-Yo no lo creo. -respondió secamente.
- ¿Vas a intentar apuñalarme como cuando nos conocimos? -dijo ella con una sonrisa mientras se miraban a los ojos y estaban tan cerca que sentían la respiración del otro. El cabello de Will caía sobre su húmeda frente mientras los rayos del sol lo hacían ver más claro. No tenía tiempo para distracciones, tenía lecciones que dar.
-Tal vez el problema fue conocerte. -le soltó él, sin apartar sus ojos azules de los de ella, sin decir nada más, se levantó bruscamente y se dirigió caminando rápidamente hacia la puerta. Venecia se quedó un momento en el suelo mientras su respiración se calmaba ¿Qué acaba de pasar?
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Reino De Plata
FantasyUna chica de un mundo desconocido se mezcla con el mundo real, con el trabajo de buscar venganza y justicia, ademas de exterminar lo que no pertenece en este. Un grupo de chicos del mundo real se ganan la vida trabajando como mafiosos cazando crimin...