-Aquí tienes tu pizarra. Aunque tu mensaje fue extraño. -dijo Ronnie mientras fruncía el ceño y le mostraba el teléfono.
-¿Por qué? -preguntó Venecia mientras acomodaba la pizarra blanca en frente del escenario, intentando que no le tiemblen los dedos.
-¿Sabes que no somos niños verdad? -se burló Will.
-No. No lo sabía.
-¿Y qué es lo que crees? -respondió Noah fingiendo ofenderse.
Venecia apretó los labios en una delgada línea y se volteó para observarlos uno por uno sentados en cada silla.
-Bueno… ustedes dos serían los del fondo que no prestan atención. -dijo señalando con el fibrón a Noah y Matt.
-Nina seria la inteligente que sabe todo, Jack sería el que hace bromas,
Blake el de la primera fila con la sonrisa compradora…-hizo una pausa evitando sonrojarse mientras la miraba sonriente.
–Will… -entrecerró los ojos y lo observó, sus ojos azules que mostraban un brillo sin importancia, su postura relajada, y esa forma tan intensa de mirarla- tu eres ese alumno que cree que sabe todo. -dijo lentamente.
Will resoplo burlón.
- ¿Y qué hay de mí? -preguntó Ronnie extendiendo los brazos al lado de su cuerpo.
-Tu serias el favorito de la profesora, eso te lo aseguró.
William puso los ojos en blanco.
- ¿Vas a decirnos de que va esto? -preguntó.
Venecia suspiró.
-Esto no es tan divertido como crees. -dijo seriamente. -los demonios pasean de un mundo a otro desde el inicio de los tiempos, hace varios siglos son dirigidos como sombras por su rey.
- ¿Un rey? -preguntó Jack con el ceño fruncido.
Venecia intentó controlar el temblor de sus dedos.
-Si… pero no puedo explicarles sobre eso.
-Espera, ¿Por qué vas a decir todas estas cosas si luego no vas a explicárnoslas? -se quejó Noah señalándola.
-No necesitan saber todo. -respondió apretando los dientes. Inhaló y continuo.
-Como ya les expliqué, esos demonios pueden entrar en una persona cuya alma está perdida. Sin embargo, en el solsticio de verano pueden entrar en cualquier persona que sea lo suficientemente débil, no necesariamente en una que se haya perdido.
- ¿Y porque no han entrado en nosotros? -preguntó Jack.
-Porque somos lo suficientemente fuertes. -respondió Blake orgulloso. Venecia los observó un momento detenidamente uno por uno. Azul no eligió un equipo al azar al que ella se uniera, estuvo todo un año investigando cada grupo de seres humanos, y daba la casualidad, que este era el único que no poseía ningún integrante con el alma devastada o a punto de caer al vacío. Nada fue casualidad como le hizo creer por tanto tiempo.
- ¿Es cierto? -preguntó Will con desconfianza.
Ella asintió.
-Ya les enseñé como ver un alma perdida. ¿Verdad?
-Claro, no es algo que ahora se pueda pasar desapercibido. -apuntó Nina. -Bien. -dijo Venecia volteándose hacia la pizarra. -los demonios pueden variar su forma de ocultarse, dejando a la vista solo a una persona común y corriente –empezó mientras dibujaba un intento de personas, una en negro y la otra con líneas rojas a su alrededor. -la primera, es una persona limpia.
- dijo apuntando la figura negra. pero la segunda, es una persona poseída.
- ¿Intentando ocultarse?
-Si. Pero sin importar cuanto lo intenten, siempre va a haber algo que los delaten, evitar al monstruo no va a hacer que este desaparezca. -hizo una pausa girándose. Estaban todos observando detenidamente hacia la pizarra. -no deben ir por ahí tomando a cada persona poseída, se dejarían al descubierto.
-¿Entonces qué? ¿los dejamos ir? -preguntó William con una mueca. -No Will, los demonios no son idiotas, no tienen cuerpo ni alma, pero piensan y viven como tu… y yo. Entonces, si ustedes van como los vengadores tomando a cada uno de estos y arrancándoles el demonio, despertaran sospechas de los que aún no cazen, y lo que es peor, de su rey mismo. Y ahí pasaran a ser la presa, no es cazador.
Algunos suspiraron, otros se llevaron las manos a las cabezas, pero solo Nina parecía lucida.
-Seguiremos como hasta ahora, invisibles, pasando desapercibidos para no levantar sospechas.
Venecia la apuntó con el fibrón asintiendo.
-Disculpe, Miss inteligencia. -se burló Jack. Nina sonrió y lo golpeó en el hombro.
-No sabemos las palabras para desterrarlos. -comentó William. Sus ojos brillaban con intensidad mientras intentaba resolver el caso por su cuenta. -Iba a ir ahí, hasta que interrumpiste. -se volteó y escribió un número uno en la pizarra, seguida por las palabras “Ad Infernum” = vuelta al infierno. ¿Entienden? - preguntó volteándose.
- ¿Y si lo pronuncio mal? ¿Aparecerá una diablita frente a mí? - preguntó Ronnie entusiasmado.
-No -respondió poniendo los ojos en blanco.
- ¿Y sería grave? -preguntó Matt.
-No, si lo pronuncian mal, simplemente no ocurrirá nada. No es como que estén diciendo un conjuro diferente.
- ¿Hay más? -preguntó Jack apoyando la cabeza hacia atrás. -Si -respondió Venecia con una sonrisa. -se volteó para escribir un numero dos. Se detuvo antes de comenzar a escribir, dudó un momento y luego borró el número. -pero no necesitan saberlo. -dijo volteándose y tapando el fibrón.
-Estas bromeando. -se quejó Matt.
-No. deben identificar demonios, atraparlos y devolverlos al mundo de las sombras. Eso es todo.
-Jorda no tiene uno. Esta limpio. -dijo Will. Todos se volvieron a mirarlo. Su expresión se había vuelto más seria, con un deje de preocupación en ella.
-Ya lo pensé. O el nunca mató directamente a nadie… o hay algo que desconozco.
-Puedo jurarte que si lo hizo. -susurró, clavándole una mirada afilada como el hielo de sus ojos.
Venecia retrocedió, ella creía que la única explicación era que no había matado directamente a nadie y todos sus crimines se hicieron cargo alguien más. ¿Por qué él no tenía un demonio dentro? ¿era siquiera posible? Mantuvo el contacto visual unos segundos antes de apartarlo bruscamente y fruncir el ceño.
-No deben guiarse por si ven o no un demonio dentro, deben atrapar a cada delincuente que crean que cometió delito, como vienen haciendo hasta ahora. Sumando a los demonios.
-Lo dices como si fuera lo más normal del mundo. -dijo Jack.
-Lo es para mí... -murmuró, tan bajo que estaba convencida de que nadie la escucho. Al levantar la vista, Will la observaba con los ojos entrecerrados, evidentemente, él si la escuchó.
-¿Eso es todo? -preguntó Nina. Venecia, volvió la mirada a la pizarra, más vacía de lo que supuso en un comienzo que estaría, pero no podía decirles más que eso. No estaba permitido, sin contar el riesgo que impondría para ellos.
-Si. Eso es todo.
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Reino De Plata
FantasyUna chica de un mundo desconocido se mezcla con el mundo real, con el trabajo de buscar venganza y justicia, ademas de exterminar lo que no pertenece en este. Un grupo de chicos del mundo real se ganan la vida trabajando como mafiosos cazando crimin...