Capitulo 18

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-¿No podrías haber traído un talle más? -preguntó Venecia mientras entraba de nuevo al salón luego ir a ponerse el traje que trajo Jack, se estaba jalando hacia abajo el diminuto vestido con el delantal del mismo tamaño encima.

-¿Por qué? Es evidente que ese es tu talle. -respondió él señalándola de arriba abajo.

-¿No quieres agregar labial rojo también? La idea es salvar a la niña, no que yo también caiga como víctima.

-Descuida, estarás bien. -afirmó Jack poniéndole una mano en el hombro. William estaba detrás, con los brazos cruzados, observándola como a una joya inalcanzable, y eso era justo lo que parecía.

-No creo que esto me vaya bien Jack. -dijo mirándose.

-¿Por qué? Es traje de atorrante que queda a la perfección. -comentó Hayley desde la puerta. Venecia la fulminó con la mirada.

-¿Cómo era? La envidia mató al gato ¿o la curiosidad? -respondió mirando a Jack.

-Creo que la curiosidad. -respondió él levándose la mano a la barbilla.

-Lo siento… no podremos traerte un disfraz de gato. -dijo Venecia, esta vez a Hayley. Esta se acercó a toda prisa sin apartar los ojos de Venecia. William miró de una a una rápidamente, corrió hacia ellas y se puso en el medio.

Es suficiente. -dijo sin mirar a nadie.

Venecia chasqueo la lengua y se dió la vuelta.

-¿Esta es la casa? -dijo quedándose quieta.

-Si. Si no estas lista, podemos idear otra cosa. -dijo apoyándole una mano en el hombro. Ella ya había aprendido de la última vez. Ella sería el arma, no la víctima.

-Estoy lista.

La casa era enorme, de ladrillo viejo y techo empinado. No tenía ni una sola ventana abierta.

-¿Y los demás?

-Blake, Matt y Noah se encargan de la mucama. -respondió Ronnie. Venecia sintió como le empezaba a bajar la presión y nublar la vista, respiró profundo y ocultó sus sentimientos en un cofre bajo llave.

-Estaremos aquí. - le susurró William.

Ella hizo que no lo escuchó y camino hacia la puerta negra. Tocó timbre y esperó.

-¿Si? -respondió un viejo de mala cara cuando abrió la puerta. Ella tragó saliva e inspiró aire.

-Hola, soy el reemplazo de su mucama.

Él hombre la miró de arriba abajo, ella puso una pequeña sonrisa, como intentó de seducción.

-¿A sí? -dijo en un tono que a Venecia le puso los pelos de punta.

-Si.

-Pasa. -dijo este corriéndose de la puerta, pero sin apartar los ojos de ella.

¿Cómo te llamas, linda? - preguntó mientras cerraba la puerta.

Desde unos metros atrás, a William le salían los ojos cuando vio al depravado mirándola de esa forma.

-Vamos. -gruñó.

-William. -dijo Jack tomándolo del brazo. -No podemos.

-¿Y si le pasa algo como la última vez? -preguntó él, mirando a Jack con los ojos bien abiertos.

-Es más fuerte de lo que crees. -dijo Ronnie.

William suspiró, pero no se quejó.

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