Quién es? -preguntó aun con los ojos cerrados mientras alguien golpeaba la puerta del otro lado. Sin responder la puerta se abrió. -La hibernación debería haberse ido con el invierno. -anunció una voz animada. Ella giró la cabeza aun apoyada en la almohada y abrió un ojo.
-¿William?
-El mismo. -exclamó él sentándose al lado de ella.
-¿Qué quieres? -dijo hundiendo la cara en la almohada.
-Te traje una ofrenda de paz. -sin mirarla Will dirigió la atención al vaso plástico que tenía en la mano, había dudado desde hace horas si ir o no a hacer eso, al fin y al cabo, su cuerpo decidió por él y lo hizo.
Ella levantó la cabeza con curiosidad frunciendo el ceño.
-¿Qué es eso?
-Bueno, ya no había de chocolate, creí que te gustaría este. -señaló dulcemente mientras se lo pasaba. Venecia se sentó y lo tomó. William exhaló una gran bocanada de aire.
¿Desde cuándo se ponía nervioso por esta clase de cosas? Peor aún, ¿desde cuándo hacia esta clase de cosas.
-¿Ofrenda de paz? -preguntó mirándolo. Tenía todo el cabello suelto revuelto, la mirada somnolienta y los ojos con un ligero brillo.
Will apartó la vista con brusquedad antes de traicionarse y sonreír.
-Sí, ayer dijiste que vuelva a intentarlo. No quiero que te decepciones cuando el marcador apunte a mi favor. -concluyó con una gran sonrisa, ella puso los ojos en blanco.
- ¿De qué es? -preguntó mirando con curiosidad antes de comenzar a beberlo.
-Frutos rojos y mango.
Ella lo miró con los ojos bien abiertos y luego al batido.
Will la miró con una curiosidad evidente.
- ¿Cómo es posible?
- ¿Qué quieres decir?
-Esos frutos rojos, ¿Qué es?
Will la miró y pensó un momento.
-Creo que… lo normal, cerezas, arándanos, ¿frambuesas?
- ¿Lo normal dices?
-Supongo que si –respondió como el ceño fruncido -¿Por qué?
-Porque… son difíciles de conseguir y tremendamente costosos. -Si –se burló él. –allá por el mil setecientos cuando comenzaban las industrias tal vez… o hace menos tiempos cuando había escases. -se burló.
-Claro, sí. Seguro.
Es definitivo que era más extraña de lo que creía. Eso en el fondo era un consuelo, saber que no era solo él quien había perdido la cabeza.
-No podemos seguir jugando Will. -susurró sin mirarlo.
Una especie de esperanza lo inundó.
- ¿Qué? -No planeo cambiarle la vida a ninguno. Pero deben saber que ya no es cazar criminales y entregarlos, ahora saben sobre demonios y tienen que reaccionar de una vez.
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Reino De Plata
FantasyUna chica de un mundo desconocido se mezcla con el mundo real, con el trabajo de buscar venganza y justicia, ademas de exterminar lo que no pertenece en este. Un grupo de chicos del mundo real se ganan la vida trabajando como mafiosos cazando crimin...