Hasta aquí llego yo -dijo Charlie mientras se quedaba parado en la puerta del auto.
-No es que vayan a golpearte. -repuso Nina.
-Sinceramente, no quiero averiguarlo. -dijo él abriendo los ojos sin despegarlos de la puerta con luces brillantes que tenía en frente. -tú, cuídate. -agregó mirando a Nina.
-Gracias. -dijo Jack mientras le pasaba una mano en el hombro a Venecia.
-Sí, ustedes también.
Se metió de nuevo en el auto y arrancó a toda marcha.
-¿Tienen todo lo necesario?
-Todo lo necesario. -dijeron ellas.
El guardia de seguridad era alto y musculoso, ni siquiera reparó realmente en ninguno de ellos, aceptó alegremente el efectivo que le dio Nina y solo los dejó pasar.
-Guau -exclamó Venecia una vez que sus ojos se adaptaron a la oscuridad y luces centelleantes del lugar.
Era parecido al bar que había ido con Jack en Italia, solo que eran pura y totalmente mujeres.
-¿Es normal que tenga más miedo que ustedes? -preguntó Jack, tomando la mano de Nina. Venecia se dejó caer de lleno sobre el bastón haciendo una mueca.
-¿Qué es lo peor que te podría pasar?
-No lo sé Nina, no quiero averiguarlo.
-Hoy, eres una mujer, hoy eres una de nosotras, nada te ocurrirá. -lo tranquilizó ella tomando su rostro entre ambas manos. Venecia sonrió y apartó la mirada, incomoda. No quería permitirse sentir algo por el hermoso momento que estaba viendo.
-Vamos. -dijo mirando al frente.
Bajó las escaleras con más esfuerzo del que supuso. Nina la tomo del codo mientras la reprendía como una madre furiosa.
-Nosotros vamos por allá, tu ve a la barra y siéntate. -le ordenó mirándola severamente. Venecia se encogió.
-De acuerdo... -dijo en voz baja. -mándenme la foto de la mujer, aun no lo han hecho.
-Cierto. Enseguida. -dijo Jack.
Ella fue lo más rápido posible hacia el banco redondo que tenía a lo lejos, lo sentía a tanta distancia que creía que no llegaría.
Al hacerlo, se desplomó con un gemido de dolor.
- ¿Podrías darme el trago más fuerte que tengas, por favor? -preguntó con los ojos cerrados mirando al suelo.
-No, yo creo que no. -respondió una voz masculina.
Ella levantó la cabella de golpe.
-No es cierto. -dijo incrédula.
Will estaba frente a ella con una sonrisa y un delantal negro, vestía una suelta camisa celeste claro con un jean negro, su cabello estaba tan revuelto y perfecto como siempre.
-Es cierto.
- ¿Cómo hiciste para entrar?
-Si eres gay, es fácil de echo. -respondió fingiendo que limpiaba la barra.
-Pero tú no lo eres.
-Que novedad -dijo él con la sonrisa más pronunciada, tanto que se le marcaban pequeños hoyuelos, ella no lo había notado antes. -mira allá. -agregó señalando con la cabeza detrás de Venecia.
Ella volteó la mirada y en la puerta de entrada estaba parado un hombre recto y concentrado. Al entrecerrar los ojos, vió que era Blake, el hombre que los hizo pasar antes ya no estaba.
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Reino De Plata
FantastikUna chica de un mundo desconocido se mezcla con el mundo real, con el trabajo de buscar venganza y justicia, ademas de exterminar lo que no pertenece en este. Un grupo de chicos del mundo real se ganan la vida trabajando como mafiosos cazando crimin...