2; Fall

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Monaco, maldita sea.

Ese día que regrese en el 2020 con el corazón roto y la ilusión de volver amar desvanecida, me fui a Maranello para estudiar, pero la realidad es que empecé a trabajar aun cuando no lo necesitaba; Charles decía que mientras él estuviera vivo a mi no me iba a faltar nada.

Fue tierno, pero mi mente sin ocupaciones me estaba matando y terminé entrando a una librería de la ciudad. Fue lindo mientras duro.

Me divertí mucho y me hice de un mundo nuevo. Viví como si no fuera la grandiosa Avery Leclerc, la socialite monegasca y hermana del corredor de Ferrari.

Pero justo cuando pensé que podía seguir viviendo mi vida normal, mamá enfermo. Mis hermanos pidieron que no me preocupara, pues no era nada grave, ¿pero como no hacerlo si Charles y Arthur tienen carrera el fin de semana y Lorenzo esta en la planeación de su nueva empresa?

Para mi suerte, el próximo GP era en mi ciudad y yo estaba terriblemente asustada de volver a este mundo. Sí, han pasado casi dos años y aunque ya no tengo sentimiento alguno por Max, verlo no sería agradable para mi.

Ahora era novio oficial de Kelly Piquet, mientras yo quedaba como la chica que salió huyendo de su vida.

—¿Estas bien, mi amor? —mi madre me habla desde atrás de mi, mientras corta mi cabello a los hombros—, pareces distraída.

—Sí, mami. Simplemente estoy emocionada de ver a mis amigos de nuevo —miento descaradamente y doy una sonrisa de tranquilidad para que termine y por fin vayamos a casa—, ¿Hoy quieres que haga tu pasta favorita?

—Sabes que sí, te sale deliciosa.

Besa mi mejilla, antes de abrazarme por detrás y siento que sabe que estoy mal por la carrera cuando me ve por el espejo. Tiene esa mirada maternal que te grita que todo va a estar bien.

Mi madre y yo comemos frente el televisor y solo nos paramos cuando el timbre de la casa suena, tan pronto veo a Charles y a mi gemelo, Arthur, me tiro a sus brazos tal cual niñita.

Los había extrañado tanto, los perdí también a ellos tratando de encontrarme conmigo misma. Y me siento terrible de eso.

Arthur, es quien me da vueltas porque mi conexión con él es diferente. Somos gemelos, es como vivir contigo mismo y al mismo tiempo tener otra vida. Era mi mejor amigo.

Charles, en cambio, es el hermano sobreprotector qué haría cualquier cosa por verme bien, que sabes que va a regañarte si te estas portando mal pero que luego va a consentirte.

Y Lorenzo, es como ese papá que te cumple tus gustos y te lleva a todos lados. Mi favorito era él porque jamás se enojaba a menos que hicieras algo realmente malo.

Eso sí, Charles y Lorenzo eran de los que si un chico me invitaba a salir, me daban un rotundo no.

Igual y nunca les hacía caso.

—Te extrañe mucho, Arthur —bese su mejilla con efusividad.

Pero Charles se quejo como un niño por lo que me tire a sus brazos también, quien me atrapo en un abrazo fuerte.

»A ti también, guapo.

Cenamos de mi delicioso Ragú, mientras hablábamos de todo lo que me había perdido en esos años y fue como un respiro ver que con ellos nada había cambiado.

—¿Y Lando, como esta? —pregunté sin mas—, no sé nada de él desde que me fui.

Mis hermanos comparten una mirada y los miro con el ceño fruncido cuando es Charles quien abre la boca pero es Arrhur quien habla.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora