32; ain't shit

4.7K 280 31
                                    

—Perro —pronuncia Carlos en mi dirección, haciendo énfasis de como pone su lengua en su paladar para entonar—. Entrénalo.

—Mejor dejemos descansar mi lengua por ahora —hago una mueca de cansancio antes de tirarme al sillón esperando que los ingenieros terminen de revisar el auto para mañana en las practicas—. ¿Donde esta Charles?

—En su habitación, dijo que tenía una llamada pendiente —asiento comprendido lo que me dice—. ¿Sabes donde esta Lando?

—Supongo que en su garaje. Dijo que estaría ocupado con el equipo —murmuro, fingiendo que nada pasa.

No pudimos venir juntos desde Monaco a Mexico. Le había pedido que por favor mantuviera distancia al menos en el ojo público porque la foto que él publicó hizo que las redes sociales tuviera el ojo en nosotros y aunque podía hacer como que nada pasaba y seguir junto a él, me aterraba la idea.

Siempre fui muy reservada, ¿lo recuerdan? nunca deje que otras personas alteraran mis emociones porque mantenía limites entre la sociedad, yo siendo famosa y mi vida personal.

—Supe que fue a la fiesta especial —me mira tirardose a mi lado, estamos algo cerca para escucharnos hablar por lo bajo—. Con Max no hiciste eso.

Me ruborizo al instante y bajo la cabeza, rodando los ojos.

—Lando es mi mejor amigo, quería que estuviera ahí. Fin —me pongo de pie esta vez, fingiendo demencia—. Ire a vee si Checo me da un sombrero y me enseña a bailar el payaso del rodeo.

—Suerte con eso, eres demasiado torpe —se burla y le saco el dedo antes de ir hasta el paddock y pasearme.

Puedo ver que varios pilotos están en actividades porque hoy es jueves de relaciones publicas. Así que me entrometo en algunas cosas y al final termino entre los dos Red Bull que están terminando de comer tacos.

—Para ti, pequeña Avery —Sergio Perez pasa un plato para mi y sonrio en agradecimiento—, supe que fuiste a un famoso restaurante de tacos en Londres y no te gustó.

—Nunca había venido pero supe desde el primer momento que no iba a terminar feliz —saludo con la mirada a Max quien tiene un taco en la boca y me imita—. Gracias, chequito.

—Suenas tan graciosa al decirlo.

Las palabras y actitud de Max son serias, distantes, como si le doliera que yo estuviera cerca y es comprensible porque fue mi novio durante dos años y medio y jamás lo invité al baile, pero no me afecta. Yo lo había decido por algo y me siento tan feliz de que no haya arruinado ese momento para mi, con su recuerdo.

Entre platicas, caminamos por el lugar y aunque Max trata de no dirigirse a mi, Checo me incluye siempre a la plática.

—Max, ¡No vas a ganar! —el grito a lo lejos hace que muchas personas miremos hacia arriba donde en una especie de zona para fans hay un hombre moreno y borracho—. ¡Checo eres un orgullo!

Muy a pesar que Max se ve como si no le importara yo lo miro enojada. Mi sangre hierve y se que lo mejor es ignorarlo, pero parece tan insistente en gritar.

Estoy apunto de gritar que se calle porque es inevitable en mi, pero el neerlandés me abraza por los hombros y me lleva lejos de ellos. Los miro por detrás de nuestros hombros, pero es Checo quien me toma de las mejillas para que deje de ver y me concentre en el camino.

—No vale la pena, ¿De acuerdo, niña? —la voz de padre del mexicano me relaja y me hacer reír—. Llévala con su hermano antes de que se regrese allá atrás.

Max asiente. Es gracioso verlos, porque parecen padre e hijo, aunque algunas veces parecen novios.

Caminamos de nuevo, pero esta vez solo Verstappen y yo. Es incomodo el silencio porque con Max siempre hablé, él jamás se callaba en mi órbita. Era menos de contacto físico.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora