9; Maneater

6.4K 350 27
                                    

El control remoto de la habitación esta sobre la boca de Charles que por andar de chismoso le dijo a todos que soy su esclava por toda la temporada, totalmente orgulloso de su puesto como hermano mayor.

George Russell se burlo de mi todo el maldito camino por eso mismo, diciendo que yo también era su hermanita y necesitaba de esos favores.

Sin darme cuenta Charles me mando a buscar café para todos y cuando llegué con las charolas, vi que fue una novatada.

—Suéltalo, suéltalo —Carlos Sainz me toma por debajo de los hombros y tira de mi de un sólo jalon, tal cual trapo por lo que lo miro con enojo cuando me deja sobre el piso—, amigo, ¿Estas bien?

—Mejor que cuando me tiro de las escaleras —pronuncia tomando aire con calma sentándose sobre la cama. Carlos me mira con el ceño fruncido y solo alzo los hombros diciendo un "ni modo"—, necesito que hables con los de marketing, te darán indicaciones para las actividades que realizaremos. Luego ve con los ingenieros para que te den indicaciones de lo que debe de haber en netflix y que no, ya se que eso es trabajo de Relaciones Publicas, pero eres mi asistente así que debes de saber que tomas me favorecen y que no.

—¿Pero cuando pagan?

—Largo.

—¡Bien! —bufo, saliendo de la habitación arrastrando los pies porque estoy demasiado cansada y apenas es mi primer día—, maldito Marc, todo por su maldita bocota de hermano mayor, pero un día, ¡un día...!

—¿Hablando sola?

—Maldita sea, Lan —doy un salto cuando habla en mi oído, asustándome—, casi me hago en mis pantalones.

—Traes falda.

—Que observador —me burlo—, ¿No deberías estar en el Hilton?

—Sí, pero vine a buscar a Daniel que esta con Max —su explicación parece incomodarle, pero yo paso de eso—. No ha visto tu hermano a Max, ¿cierto?

—Sí pero le dije que no se metiera, principalmente porque no quiero escándalos innecesarios atormentando a nuestra familia —aprieto el botón del elevador, ajena a lo que siento por dentro.

No tengo miedo, tengo terror y no por Max sino porque siento que en algún momento todo va a estallarme en la cara y no sabré cómo solucionarlo.

No quería que Charles se enfrentara por asuntos personales con su compañero de equipo. No quería que mis amigos tomaran un partido. No quería a Max cerca, rondando por mi órbita.

Pero todo era inevitable.

George y Pierre ya habían declarado la guerra a Max sin si quiera saber algo el neerlandés, mientras que Checo se mantenía al margen junto a (extrañamente) Lewis, quien nos ignoraba a todos.

—¿Quieres cenar conmigo? —me mira con esperanza y tengo tantas ganas de decirle que no porqué tengo trabajo pero es mi cabeza la que asiente—, te espero en mi habitación entonces.

—Suerte hoy en las prácticas.

—Y tu, en tu primer día de niñera.

Nos despedimos cuando llego al piso dos porque ahí esta la sala de juntas, mientras el sigue su transcurso hasta el estacionamiento.

Tres horas después estoy entrando al paddock, con miles de papeles sobre mis brazos y un enorme bolso donde llevo las cosas que siento que necesita Charles. Es que me preocupo por él y no sé como ser asistente.

—Trajiste mis vitaminas —pregunta mi hermano desde adentro del baño que hay en la pequeña habitación.

—Charles, traje todo lo que me imaginé que necesitabas. También traje tus gafas, las dejaste en mi habitación —se lo tiendo y me siento exhausta en el sillón—, Dios, no recordaba una carrera.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora