50; Pov

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Punto de vista de Lando Norris.

Miro los monoplazas estacionarse en sus pociones uno a uno, listos para iniciar la carrera. Mi papá me toma de la mano para que las alcemos y hagamos un ruido por Max, quien esta casi frente de nosotros.

Me siento feliz de verlo competir y ver que tan lejos ha llegado, apenas es su año debut pero es una total inspiración para mi. Es una bestia al volante y espero un día competir junto a él.

Monaco; 2015.

Recordado para mi por siempre.

Gana Nico Rosberg, de Mercedes, mientras Max tiene un DNF. Pero la batalla ha sido de mis favoritas aunque mi mejor amigo haya quedado fuera.

—¿Iras dónde Max? —mi papá me pregunta mientras bajamos de las gradas. Es un hermoso día, iluminado de un sol resplandeciente y acogedor—. O vamos directo a comer.

—Tengo hambre, en realidad. Supongo que ahora esta ocupado —alzo los hombros, siguiendo mi camino mirando al frente, donde los monoplazas están estacionados pues mi boleto lo he comprado justo frente a los pits.

"Papá, quiero una pizza"

Esa voz con un idioma que no entiendo, pero aun así me parece tierna y curiosa, me hace mirarla de inmediato y puedo verla tomar la mano de su papá quien le dice en inglés "No puedo comprarte pizza de peperonni cada vez que estas triste, Marie y acuérdate que hoy es el día de hablar en inglés".

Un par de escalones más abajo puedo escucharla refunfuñar, mientras intenta no ser aplastada por la multitud que quiere salir.

Me rio y me mira por un segundo avergonzada. Pero yo me vuelvo torpe, atrasando la cola que viene detrás de mi porque sus preciosos ojos aceitunados me han mirado.

Tengo 15 años. Jamás me creí el cuento amor a primera vista... hasta que la vi. Es bellísima. Una divinidad en carne y hueso.

Jamás había creído en la religión pero ella me hacía creer que los ángeles existían.

Cabello castaño casi rubio, ondulado. Piel bronceada, labios rosas como sus mejillas y una terribles cejas desacomodas. Es una niña, lo sé, yo también lo soy, pero su inocencia es completa.

La veo volver a mirarme, jugando conmigo de una manera íntima pues bajamos la cabeza tímidos pero volvemos a mirarnos; todo mientras bajo y ella sigue avanzando.

Cuando quedamos sobre la misma fila, casi sobre la salida, ella voltea de la manera menos indiscreta y sonríe tapándose la cara cuando le devuelvo la sonrisa.

El tiempo se nos acaba poco a poco, porque sé que en el momento que ella pase la puerta... ella sólo será una desconocida más. Pero me divierto tanto como puedo mirando sus precioso ojos.

La perdí. La perdí y me encantó enamorarme por un unos minutos.

Monaco; 2017.

Estoy entusiasmado. Veré de nuevo una carrera en este circuito después de tanto y ahora sé que podré tomarme un par de tragos porque he convencido a mi papá de venir sólo, asegurando que Max va a cuidarme.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora