23; just a little bit of your heart

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Último día de verano. Parece como si las horas se agotaran y hubiera un cronómetro para que por fin volviera a esa vida de la que estoy tratando de huir.

—¿Entonces Lando no te ha escrito? —Alexandra me pregunta, mientras estamos comiendo ensalada en un restaurante después de correr por las calles de Monaco—. Si fuera tú, debería de superar eso y seguir adelante.

—Eso intento, pero se que el fin de semana que lo vea, todo va a cambiar —bufo—. Ayer apenas salieron sus fotos con Luisana.

—¿No es Luisinha? —la miro mal y se encoge en su asiento—. No se como haz podido soportar eso.

—Yo tampoco, supongo que una parte de mi se imaginaba que algo así pasaría —digo con ironía y sigo comiendo, fingiendo que no me duele.

Alexandra y yo nos hemos vuelto muy amigas estos días. Ella apenas acaba de mudarse a Monte Carlo porque antes vivía en Italia, y como estaba en sus 20 aun bajo el poder de sus padres, no salía. Me daba risa porque parecía una pequeña niña que apenas estaba empezando a caminar.

Pero la adopte como mi nueva amiga y todos parecen felices de que por fin pueda tener a alguien. Más porque Charlotte dijo que era una buena chica, que se casi nunca se metía en problemas y ayudaba mucho a la comunidad pues pertenecía a varias organizaciones para cuidar el medio ambiente.

Arthur y Lorenzo se burlaron horas, diciendo que yo iba a corromperla o iba a volverme una santa. Que no iba haber punto medio.

—Se lo pierde —me sonríe, mientras sostiene mi brazo para reconfortarme y asiento, aceptando su empatía—. Voy a pagar, ahora regreso.

Mientras ella va a la barra yo saco mi celular para torturarme una vez mas al ver las fotos que andan rondando por internet de Lando y la chica que besó. Es linda y es justo como la describí.

Morena, delgada, con preciosos ojos y una reputación impecable.

Se ve que es una buena chica y que lo hace reír, porque justamente las fotos es de ellos dos hablando, riendo, tocándose y disfrutando de un café.

Un deja vu se instala en mi porque me recuerda a la sensación de sentirme reemplazable justo como Max me hizo sentir aquella noche de diciembre. Donde horas antes había fingido que me amaba.

—Deja de ver esas fotos, A —regaña la mexicana—. Sólo te lastimas.

—Es que es terapia de choque —me justifico, riendo—. Como sea, hoy tengo que armar mi maleta para ir viajar. ¿Vienes o regresaras a casa?

La puedo ver pensarlo y al final dice que sí. Quiero disfrutar del último día de manera tranquila, pero me resulta imposible cuando veo que mi casa se ha vuelto una cede de pilotos.

—Avery, que feliz estoy de verte —Pierre me abraza por los hombros, como saludo y luego lo hace con Alex—. Charles esta afuera, haciendo carnes en la parrilla. ¿Se apuntan?

—¿Esta Lando Norris aquí? —mis alarmas se dispararan cuando Alex piensa por mi.

Mi corazón tiembla cuando Gasly asiente y señala al chico que esta riendo en el camastro, como si nada pasara en su vida cuando yo me estoy muriendo por dentro.

—Gracias, amore mio —le lanzo un beso, antes de salir corriendo escaleras arriba con mi amiga detrás—. Busca el traje de baño mas bonito que tenga, uno para mi y uno para ti.

Ella asiente entendiendo mi plan. La adoro, ni siquiera espera que le diga algo porque me entiende. Siempre quise una amiga, Dios ¿así se siente tener a alguien como amigo de tu mismo sexo? No me empuja cuando se ríe, no me hace bromas de mal gusto y me ayuda en mis locas ideas en mi amor imposible.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora