24; NASA

4.9K 304 37
                                    

Todos dicen que cuando un hombre ve que esta perdiendo al amor de su vida, vuelven para ponerte de cabeza y caer de nuevo en sus brazos.

Pensé que algo así sucedería con Lando, porque durante semanas guarde la esperanza de que volviera a mi, porque sí, al principio no lo quería cerca, pero a medida que pasó el tiempo, mi cuerpo y mente extrañaba su presencia.

Pero no me buscó ni un momento.

Y entonces, ahora estoy en Japón, con Arthur en un tour por la ciudad en una limusina con karaoke celebrando nuestro pre-cumpleaños para luego volar a Estados Unidos, pues durante dos semanas estaremos en el país para promociones de Ferrari.

I need somebody to love me —canto con fuerza la canción de Justin Bieber, haciendo pasos estupidos mientras Charles se ríe y Carlos graba, aplaudiendo para que siga—. ¡I need somebody-i need somebody to love!

Son mis malditos 22 años, estoy cerca de cumplirlos. Merezco un buen año. Merezco que todo me salga bien.

—Maldita sea Avery, vas a dejarme sordo! —me quita el micrófono mi gemelo, buscando en la pantalla su canción—. ¡Suggar, suggar!

—Un aplauso para el imbecil del micrófono, por favor —grito para animarlo, haciendo que los chicos vitoreen y mi hermano ría por mis palabras.

Apenas comienza la semana de mi cumpleaños, quiero celebrarlo por completo.

La noche termina conmigo en mi habitación a solas, bajo la oscuridad de mi habitación pero iluminada a medias por las luces de la ciudad. Pues estamos en Tokio.

Tomo café para bajar la resaca de la cerveza japonesa que me dieron. Sólo bebí tres latas y siento que el mundo da vueltas.

—Chris, hola —contesto la llamada telefónica mientras frunzo el ceño, porque debería de estar anocheciendo en América ahora mismo— ¿Estas bien?

—Quería saber si vendrás a Texas —pregunta un poco torpe y me rio porque estoy tan segura que esta borracho—. Quiero verte.

—Ahí estaré.

—¿Crees que tengas tiempo de ir a New York conmigo a una cena benéfica? El estudio de arte de galería de mi hermana hará una subasta.

Acepté.

Pero tan pronto el sol salió, mi puerta fue tocada.

Mi corazón se paraliza cuando veo a Lando del otro lado de la puerta.

»¿Hermosa? —la voz suena por el parlante en lo algo porque lo tengo en alta voz.

Lando cuelga de mala gana y entonces me toma del cuello, de manera un tanto agresiva para no dejarme escapar y adentrarnos a la habitación. Dios, ¿por qué mis bragas se mojaron al verlo lleno de celos?

—¿Qué te sucede? —empujo su cuerpo de mi y me enojo cuando se ríe de manera malvada caminando a mi, pero lo detengo poniendo mis manos en su pecho—. Vete ahora.

—No voy a irme —amenaza y me hace sonreír retándolo.

—Entonces yo seré la que va a irse —trato de tirar de mi celular para quitárselo pero el mueve rápido la mano y se lo lleva a la oreja.

—Ahora esta conmigo, amigo. Aléjate o voy a pasarte un auto encima —cuelga sin siquiera dejarme pelear porque habla rápido—. Avery Leclerc, no te vas a ir a ningún lado sin haber hablado conmigo.

—No tengo nada que hablar contigo, así que largo —bramo, golpeando su hombro para que se aparte porque ya me tiene arrinconada prácticamente en la pared.

WHY - Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora