Mi vida se acabó, ¿Qué hago? ¿Y si lloro? Si, es buena idea, llorar y salir corriendo,
—¡No puede ser! Poeta Yang, ¿Estás bien?
—Nunca aprendí a caminar— respondió mientras intentaba levantarse ignorando la mirada de todas las personas del salón.
Jisung lo ayudó y lo sentó en una silla -Han casi insulta al chico que estaba sentado por no levantarse- para inspeccionar su nariz.
—Si, sobrevivirás. No te pasó nada. Cómo sea. Poeta Yang, estos son Felix y Hyunjin. Felix y Hyunjin, este es el poeta Yang Jeongin.
—¿De verdad eres poeta?— preguntó Felix, un adorable chico con carita de ángel.
Su mirada estaba en Hwang Hyunjin, su corazón dejó de latir a 60 pulsaciones por minuto, parecía que estaba en 100 pulsaciones, quería arrancarse el corazón para dejar de sentir.
—Lo intento, pero no soy el mejor de la escuela.
—Tonterias. Minho-hyung me contó que el año pasado ganó un concurso de poesía a nivel nacional.
—Wow, entonces de verdad eres un poeta. Que increíble.
Si, si lo es. Si tú dices que lo es, entonces que así sea.
—No es para tanto, solo lo hago desde hace mucho tiempo— tanteó sus bolsillos intentando ver si la carta estaba ahí, la encontró en el suelo donde se había caído—. La carta.
Intentó pararse, pero Jisung lo empujó a la silla antes de dirigirse a la bolsa de dulces y a la carta para recogerlas.
—¿Le vas a dar eso al maestro, poeta Yang?
—Tal vez.
Tomó ambas cosas antes de dárselas a Lee Felix.
—Te lo mandan.
—¿Lo manda Seo Changbin?— asintió con la cabeza—. Dile que no lo quiero.
—Pero lee la carta. Anda leela. Me dijo todo lo que tenía que poner en la carta porque su letra es horrible, anda, lee.
Ahora fueron las mejillas de Lee Felix se volvieron rojas al empezar a abrir la carta.
Jeongin iba a mitad de la primera carta cuando Changbin lo llamó y le especificó todo lo que tenía que mencionar en la carta, tuvo que volver a empezar todo de cero para cumplir cada especificación de su amigo.
Felix abrió la carta y empezó a leer, sus dos amigos se agruparon para ver la carta también.
Huye ahora que puedes para que tú corazón pueda desacelerar.
—Simplemente te amo, tú eres la única razón por la cual te amo— leyó Jisung entre dientes.
Siguieron leyendo en silencio hasta llegar al final de la carta.
—Tengo que ir al baño. Ya vuelvo— Felix salió del salón guardando la carta en el bolsillo de su saco.
¿Tan horrible estaba la carta? No pudo evitar pensar así que se encogió en la silla esperando desaparecer.
—Es una carta tan linda. Supiste escribir lo que Changbin pedía de una forma tan hermosa— dió una media sonrisa a Jisung antes de levantarse.
—Gracias, pero todos los créditos son para él, solo acomodé sus ideas. Ya debo de irme, seguramente ya llegó mi maestro.
Dió solo unos pasos cuando esa voz, que hizo que sus sentidos dejaran de funcionar, le habló.
—Espera— dió la vuelta para encontrarse con el chico un tanto cerca—. Tu agujeta está desamarrada.
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De poemas y razón
Fiksi Penggemar"Nunca ningún poeta le escribió un poema a otro poeta"