Capítulo 27

98 18 0
                                    

Jeongin sabía que su maestro de matemáticas solo buscaba lo mejor para él, eso incluía meterlo a un equipo con personas que no conocía y no tenía la más mínima intención de hablar, pero el objetivo de su maestro era que socializara.

No lo hizo, no lo iba a hacer, para él ya era suficiente con Changbin, Minho y Seungmin como amigos, Chan, Jisung y Felix como novios o casi algo de sus amigos y con Hyunjin... Hyunjin era Hyunjin.

Así que vió pocas veces al artista en esos siguientes dos días, tal vez era lo mejor, tal vez así podía pensar mejor todo.

No lo hizo, se dió cuenta de que estando alrededor de personas nuevas se ponía a la defensiva y no podía pensar con tranquilidad.

Así llegó al último día, donde dividieron a todos en el equipo rojo y el equipo azul, donde el equipo rojo tenía que buscar al equipo azul en toda la montaña (respetando los límites, claro está).

Así Jeongin llegó a esa espantosa situación donde su pantalón estaba roto ya que pisó su agujeta mal amarrada mientras intentaba esconderse entre los arboles. Lo que más lo molestaba era su agujeta ahora rota.

¿Cómo le explicaría eso a sus padres? El pantalón era lo de menos, estaba a la moda, o algo así. Tendría que comprar una agujeta nueva, pero en lo que pasaba eso, iba a tener las agujetas disparejas porque una sería más larga que la otra.

—Estúpidos zapatos.

—Los zapatos no tienen sentimientos, bonito. No les va a afectar lo que les digas.

Alzó la vista para ver a Hyunjin, usaba un paliacate rojo en su muñeca, Jeongin usaba su paliacate azul como una banda de cabello para que su cabello no obstruyera su vista o su rostro.

—Por eso los insulto, me desquito con ellos.

Hyunjin se puso enfrente de él y se agachó para ver su herida en la rodilla.

—Sobrevivirás, no es tan grave como parece.

—No, si es muy grave. Mira bien la herida— la señaló con dramatismo—. Me voy a desangrar y me van a tener que llevar a un hospital y me tendrán que donar sangre porque voy a perder mucha en el camino al hospital. ¿Lo ves?

Hwang pretendió que analizaba la herida, alzó la vista con preocupación.

—Tienes razón, es muy grave la herida, no sé cómo no lo noté antes.

Hyunjin vió el zapato de Jeongin antes de ver el suyo, empezó a desamarrar su agujeta -negra- para después quitarla del zapato y hacer lo mismo con la del otro chico.

—¿Qué haces?

—No quiero que estés caminando por ahí con una agujeta rota. Mis agujetas son muy largas para mis zapatos, pero lo suficiente largas para los tuyos. Yo usaré tu agujeta rota ya que le queda bien a mi zapato,

—No es necesario que lo hagas, puedo solo amarrar la agujeta antes y ya.

—No está a discusión, Jeongin.

Terminó de amarrar las agujetas de los zapatos. Ahora ambos tenían una agujeta negra y una blanca. Hyunjin tenía razón, incluso su agujeta rota le quedaba de buen tamaño a su zapato.

—Listo, príncipe. Vamos a qué te curen.

—Me voy a ver como un patético. Van a pensar que me caí por intentar huir de ti.

Hwang lo ayudó a pararse, limpió su mejilla llena de tierra antes de besarla.

—Entonces diré que yo te espanté y te caíste por mi culpa, para que tampoco te digan nada por tu agujeta.

De poemas y razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora