Capítulo 5

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Al día siguiente, cuando entró a su salón, Seungmin tuvo que abrir la boca por la impresión.

—Estás sonriendo.

—Lo sé, aprendí a sonreír ayer. Me ayudó Ryujin.

—Te ves hermoso sonriendo. Hazlo más seguido, de verdad ahora es una necesidad mía que sonrías.

Se sentó en su lugar al lado de su amigo, empezó a sacar sus cosas para ese día.

—Ayer Changbin fue muy grosero contigo al mencionar a tu familia.

—No importa, no te preocupes.

—Pero no quita que fue grosero, no sabemos mucho de tu familia como para que haya dicho eso.

—Pero no dijo nada, Seungmin. Ya, olvídalo. Pásame la tarea de historia.

Pero aunque Jeongin aprendiera a sonreír, ¿Qué diferencia iba a hacer eso? ¿Estaba intentando llamar la atención de un chico que le dijo que no llorara en el baño? ¿O estaba intentando meterse en la cabeza que todo iba a cambiar con una sonrisa? ¿Qué sentido tenía sonreír de cualquier forma? Todo el mundo sonreía y no recibían flores por eso.

—Ryujin— su hermana saltó al escucharlo atrás de él, ni siquiera escuchó cuando se metió al cuarto.

—Jeongin, ¿Por qué haces eso? ¿Crees que saliste de una película de terror? No me espantes.

—No buscaba espantarte. Te quería preguntar algo.

—¿Qué cosa?

Vió a su hermana por algunos segundos antes de pensar en si debería preguntar o no lo que tenía en mente, cambió su pregunta al último segundos.

—¿Vas a pasar navidad con nosotros?

—¿Desde cuándo te preocupa si paso navidad aquí o no?

—Olvídalo, no importa.

Dió media vuelta para salir de la habitación y hacer su tarea de una vez por todas.

—Si, voy a pasar navidad aquí. Pero aún faltan 3 meses para eso, no te preocupes.

—Si, no me preocupo.

Volvió a su cuarto para llorar un poco, si era sincero, odiaba a todo el mundo, menos a sus 6 molestos hermanos, sus padres y sus amigos, era poca gente comparada con toda la gente que existía en el mundo.

Fue despertado por su teléfono vibrando, lo buscó para darse cuenta que era una videollamada grupal empezada por Changbin.

Contestó encontrándose con el rostro de su amigo y los dos espacios de sus otros dos amigos que aún no contestaban.

—Te ves horrible. ¿Lloraste?

—Por eso Lee Felix te sigue rechazando.

—Hablando de Lee Felix, ¿Qué crees que le guste? Le voy a comprar algo.

Mostró su alrededor para que viera todo lo que había en la tienda, rodó los ojos.

—No creo que le guste nada de eso, escríbele una carta.

—Te pago un millón de wons si le escribes una carta a mi nombre.

—Hecho.

—¿Quién nos va a dar un millón de wons?

Jeongin volteó encontrándose a su hermano mayor en la puerta de su habitación junto con una bolsa llena de otras bolsas.

—A ti nadie, a mí me lo dará Changbin.

De poemas y razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora