—Gracias por invitarme a pasar año nuevo contigo— dijo el poeta mientras entraba al hogar de Hyunjin.
El artista lo ayudó a quitarse la bufanda y la chamarra.
—Compré comida— dijo mostrando la bolsa que ahora estaba en el suelo mientras se quitaba los zapatos.
De hecho, convencer a sus padres de pasar año nuevo fuera de la casa y con alguien más, no fue tan complicado como pensó. Solo bastó decir que era Hyunjin la persona en cuestión para que lo dejaran ir.
Aún no estaba seguro de quién quería más al artista, si él o su familia.
—Yo estaba a punto de preparar galletas. ¿Me quieres ayudar?
Asintió con la cabeza antes de ser guiado a la cocina donde dejó la comida y vió todo lo necesario para hacer galletas.
—No se hacerlas.
—Yo tampoco, lo haremos juntos.
—Está bien.
Jeongin se dió cuenta poco después que Hyunjin era un mentiroso, si sabía hacer galletas. Se acercaba mucho a él para corregir lo que estuviera haciendo e incluso tomó su mano que estaba usando para batir la mezcla diciendo que lo estaba corrigiendo.
No se quejó, dejó que el artista lo guiara en todo.
—Creo que si eres bueno en todo— dijo al ver la decoración de la galleta del chico, había hecho un gato muy bonito.
Se apenó de la galleta que él había decorado, parecía un decorado de un niño de preescolar.
—No lo soy— se acercó a ver la galleta del chico y sonrió—. Te quedó muy bonita.
—Las tuyas están mejores.
—¡Oye! No es una competencia y si así lo fuera, tu ganarías. Te estás esforzando mucho, por eso ganas.
Se mordió la lengua para no gritar, en su lugar volteó a ver a Hwang, hubiera preferido el grito.
Jeongin estaba seguro de que sufría vomito verbal, no había otra razón para decir lo que dijo solo porque si.
—¿Todos los artistas tienen esos ojos?— se arrepintió al instante.
Hyunjin alzó una ceja sin entender muy bien a qué se refería el chico.
—¿Cuáles ojos?
—Ojos de que saben demasiado de la vida, pero que nunca la han vivido.
—No lo sé, ¿Todos los poetas tienen esos ojos?
Jeongin en su muy corta vida había conocido a algunos poetas un tanto reconocidos en Corea (gracias al concurso de poesía que había ganado), podía decir que no, no todos los poetas tenían los mismos ojos.
—Depende— dijo acomodándose mejor y dejando las decoraciones de galletas—. Hee Jaewoon, un poeta muy famoso que conocí cuando recibí mi premio de poesía, tiene una mirada intimidante, de hecho sus poemas llegan a dar una extraña sensación, como su poema de "Claridad en el valle", narra un enamoramiento con la muerte. También está Shun Minyug que tiene una mirada suave y carismática, mi poema favorito de él es "Prado", ese poema me inspiró a escribir uno que aún no termino que se llama "Susurros del océano". También-
No pudo reaccionar lo suficiente rápido para lo que pasó después de eso.
Cuando alguien quería que se callara simplemente le decía "Ya cállate", Jungsu una vez le puso un trozo de cinta en la boca, pero nunca nadie los habia callado así.
