¿Cómo se pretende que todo está bien cuando no lo está? ¿Cómo le ocultas algo a la persona que parece conocer todo lo que es un secreto? ¿Cómo se hacía eso?
—¿Estás cansado?— le preguntó Hyunjin dejando su pincel y acercándose.
Jeongin ya había cerrado sus libros y cuadernos apenas unos minutos atrás después de terminar sus tareas.
—¿Por qué lo preguntas?
—¿Por qué siempre tienes una mirada cansada?— respondió en cambio acercándose junto con un banquito para sentarse con Jeongin.
Se encogió de hombros, tal vez siempre tuvo esa mirada y no sabía tener otra.
—Eres lindo, Jeongin.
—Eres muy talentoso, Hyunjin.
—Gracias por no encasillarme solo en mi físico.
Gracias por decir que soy lindo.
—De nada.
—¿Qué puedo hacer para que tu alma ya no esté cansada?
Vió a Hyunjin por algunos momentos antes de recostar su cabeza en el escritorio.
—¿Tu crees que los ojos son la ventana del alma?
—Yo creo muchas cosas, Jeongin. También creo en hadas y brujas.
—¿Y en duendes y unicornios?
—Puedo creer en todo lo que tú quieras que crea.
¿Puedes creer que mi alma está empezando a sanar después de 9 años?
—Acuéstate y duérmete un poco, te voy a traer algo de beber y un bocadillo. ¿Quieres que te traiga algo en especial? La bebida que tú quieras, lo que me pidas te lo puedo traer.
—Sorprendeme— dijo.
Hyunjin movió su fleco antes de besar su frente para salir del lugar en busca de lo que iba a buscar.
Jeongin sonrió antes de cerrar sus ojos y dormir un poco en lo que esperaba a Hyunjin.
—Principe, ya volví— abrió los ojos de manera lenta, Hyunjin llevaba una bebida y unas frituras que dejó en el escritorio—. Te quiero llevar a un lugar, déjame recoger todo esto y nos vamos. ¿Está bien?
—Esta bien.
Comió de manera lenta mientras veía a Hyunjin recoger, sabía que no tenía que meterse bocados grandes a la boca porque Hyunjin no le iba a quitar su comida así como sus hermanos.
10 minutos después, Hyunjin terminó de recoger todo. Se acercó a Jeongin otra vez para tomar su mochila.
—¿Confías en mí?
—No, pero me puedes llevar al lugar que tú quieras.
—Entonces vamos— lo tomó de la manga de su saco y lo jaló para guiarlo.
Jeongin se dejó llevar hasta una parada de camión donde Hyunjin finalmente se detuvo.
Sacó su teléfono y unos audífonos inalámbricos que conectó rápidamente.
—Toma, pontelo. Es una playlist que hice, tiene canciones que te gustan a ti y canciones que me gustan a mí. Es una playlist para los dos.
Tomó el audífono y se lo puso, una vez que lo tenía en su oreja Hyunjin le puso play a la música.
Cuando empezó la canción alzó la vista para ver a Hyunjin, nunca nadie fuera de su familia había tomado tan enserio el recordar lo que le gustaba.
—Es Use somebody. Me gusta mucho la canción.