Capítulo 28

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La casa Yang, como con las demás celebraciones, estaba decorada, y por los motivos está vez era con corazones de papel.

Todos los enamorados buscaban hacer algo romántico o juntar todos sus ahorros para comprar algo -eso incluía pedirle dinero a Jeongin o Wonpil-.

Jeongin había vivido sus últimos días metido en su habitación escribiendo en hojas que había remojado en café. Ninguno sabía que era lo que el chico intentaba hacer.

—Si sigues escribiendo así, te vas a quedar sin vocabulario. ¿Por qué tantos poemas?

—No son poemas, Jiseok. Los poemas están escritos en versos, yo estoy escribiendo en prosa.

—Por eso tú eres el pequeño genio de la familia Yang. ¿Para qué tantas cartas? ¿Para tus amigos?

Jeongin volteó a ver a su hermano por un momento.

—¿Tengo cara de tener muchos amigos? Son para el regalo de Hyunjin.

—¿Qué le vas a dar? ¿Un manojo de cartas?

—No, le voy a hacer un ramo de flores hecho con las cartas que estoy haciendo.

—Eres la persona más rara de esta casa, Jeongin. Me atrevería a decir que de todo Incheon. Suerte con eso.

Siguió con su trabajo de hacer todas las cartas que tenía que hacer, mañana se encargaría de hacer el resto del regalo de Hyunjin.

Una vez más estaba muy perdido viendo a Hyunjin pintar en el estudio, se había dejado crecer el pelo así que ya se lo amarraba en una pequeña colita.

—¿Qué tanto miras, príncipe?— preguntó Hwang sin voltear a verlo, muy concentrado en su pintura.

—Nada. Solo estoy pensando un poco.

—¿Ah si? Siempre piensas en cosas. ¿En qué estás pensando esta vez?

En nosotros.

—El otro día leí un libro de Lovecraft, ¿Lo conoces?

—¿No es el que escribía novelas de terror y ciencia ficción?

—Si, es ese. Me gusta como escribe. Mis padres nunca me dejaron leer sus libros porque decían que me iba a espantar... Pero si dejan que Jackson vea película de terror, acompañado de Wonpil y Jiseok, pero lo dejan. Asi que leí uno de sus libros, empecé a leer otro apenas, son adictivos.

Hwang sonrió al escuchar como Jeongin hablaba, empezaba con un tema y terminaba con uno completamente diferente.

Lo escuchaba atentamente, aunque pareciera que estuviera más concentrado en su pintura que en el chico con su cabeza recargada en el escritorio.

—¿Sabes que más he leído? Charles Dickens, he estado leyendo Los papeles póstumos del club Pickwick, también me gusta mucho Dickens— Hyunjin se levantó de su silla y caminó a Jeongin, quien estaba muy perdido en sus divagaciones—. Recuerdo que una vez, en mi otra escuela, nos dejaron de tarea hacer una reseña de Oliver Twist. Me acuerdo que quedé muy confundido porque-

Tal vez a Hyunjin le gusta besarme cuando hablo de libros y poetas.

Jeongin no se esperaba que Hyunjin llegara de la nada a besarlo, no se habían besado desde el primer beso que se habían dado, solo había muestras de afecto, nada de besos.

Tuvo que acomodarse mejor en la silla para ya no estar acostado, vió a Hyunjin por algunos segundos intentando procesar el beso.

—¿Por qué te quedaste muy confundido después de leer Oliver Twist?

De poemas y razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora