Capítulo 12

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Jeongin consideraba que sus eventos traumáticos eran menos traumáticos que los de algunas otras personas.

No lo habían molestado en la escuela (al menos no hasta después de los 15), nunca lo habían golpeado sus padres, tampoco había sido secuestrado ni lo habían abusado de alguna forma (No podía considerar lo que había pasado en el auto como abuso si al final había accedido ¿Verdad?).

Había tenido una vida plena y feliz, siempre había tenido un techo y amor de un padre, pero eso no evitaba que aún hubiera fantasmas rondando por su cabeza cada tanto.

Si era sincero, cuando era pequeño siempre tuvo miedo de los fantasmas que podían vivir en su casa o en su jardín que solía arreglar con su padre, pero mientras más crecía se dió cuenta de que los fantasmas de su casa y el jardín lo habían acompañado en forma de recuerdos incompletos.

Su primer fantasma llegó poco después de conocer a los Yang, despertó una noche cualquiera llorando por la primera persona que lo quiso y ya no estaba.

El segundo fantasma llegó unos años después en un invierno con Jiwoo en un bosque en un viaje familiar por navidad. Jura que solo se distrajo por un segundo y luego ya no estaba Jiwoo. Gritó su nombre mientras la buscaba, terminó alertando a toda su familia, no pasó mucho tiempo hasta que Jiwoo siguió los gritos de su familia y los encontró. Jeongin no la pudo soltar hasta horas después pensando en todos los escenarios donde su única hermana menor desaparecía para siempre estando a su cuidado.

El tercero llegó más tarde en la escuela cuando habló de su familia y sus compañeros supieron que era adoptado, por alguna razón a la gente no le gustaba mucho la idea de tener un compañero que era adoptado, sus compañeros decidieron que sería una buena idea molestarlo.

El cuarto y último aún tenía mucho que ver con lo que habia ocurrido en ese auto, lo dejaba pensando por horas y lo desvelaba, justo como en ese momento.

Sintió asco en sus sueños y terminó despertando. Se abrazó a si mismo para intentar recordarse que estaba en su habitación y no en los asientos traseros de un auto.

Vió la hora, eran las 2 de la mañana. Era muy temprano como para decidir empezar su día, pero no podía dormirse, al menos no en ese momento.

Salió de su cuarto y vió todo el pasillo lleno de puertas con las habitaciones del resto de habitantes en la casa.

Bajó las escaleras para ir a la habitación de abajo, la de sus padres. No pudo entrar, ¿Cómo les iba a explicar el por qué estaba ahí pidiendo ser abrazado?

Volvió a subir las escaleras y fue a la puerta de la habitación de Jiwoo y Ryujin, tal vez lo único que necesitaba era un abrazo de parte de sus hermanas. Descartó esa idea tan rápido como llegó a su cabeza.

Siguió caminando hasta llegar a la habitación de Jungsu y Jackson. Podría entrar y acostarse con alguno de ellos, no harían preguntas, menos Jackson, solo lo abrazarían... ¿Por qué le daría problemas a sus hermanos que solamente querían dormir?

Caminó hasta llegar a la última habitación, la de Wonpil y Jiseok. Tal vez sus hermanos mayores iban a poder escucharlo un rato y entenderlo, o tal vez no lo entenderían y le dirían que se fuera.

Terminó a mitad de pasillo sin saber que hacer o que no hacer. Al final tomó la alternativa de siempre.

—Jeongin, pensé que ya habías superado "el castigo por la culpa". Ven, salte de ahí— dijo Wonpil después de descubrirlo en el suelo de la regadera abajo del chorro de agua helada.

Su alternativa fue castigarse por ser el culpable de las cosas que le llegaban a pasar. Consideraba apropiado el meterse en agua helada hasta no sentir su piel y tener dificultades para respirar.

De poemas y razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora