—¿Aún quieres tener esa cita conmigo, príncipe?— preguntó Hyunjin levantándose de su lugar y extendiendo su mano para que Jeongin la tomara.
No dudó ni un segundo en hacerlo.
Se bajaron del camión para empezar con la cita que Hyunjin había organizado.
—Pásame tu mochila, los príncipes no pueden cargar nada.
—Por suerte para ti, no soy un príncipe, así que puedo cargar mis cosas.
—Hoy y siempre serás mi príncipe, déjame llevar tus cosas.
Dejó que Hyunjin tomara su mochila y se la pusiera para que él no llevara nada.
—Oh, estas son para ti, también un regalo que está en mi mochila— dijo pasándole las flores al chico.
Hyunjin las tomó antes de besar al chico.
—Eres perfecto. Muchas gracias, Jeongin.
Entrelazó su mano con la del chico antes de empezar a caminar, al poco tiempo ya estaban corriendo.
—Espero que este lugar te guste mucho, le pregunté a todos mis conocidos a dónde podía traerte y todos dieron respuestas parecidas.
Era una cafetería, acogedora y pequeña. El detalle de la cafetería era que podías decorar tazas y platos para después llevártelos.
—¿Te gusta? Si no te gusta nos podemos ir a otro lugar.
—Si me gusta. ¿Podemos pintar platos?
—¡Claro! Podemos pintar todo lo que tú quieras pintar.
Se sentaron en una mesa y ordenaron algo para comer y beber. Al poco tiempo les trajeron pintura y unos platos.
Jeongin intentaba hacer una pintura bonita, la verdad ni siquiera él sabía lo que estaba haciendo, Hyunjin estaba haciendo un cerezo muy bonito.
—¿Por qué faltaste a la escuela?
—Me tenían que hacer una radiografía para mis dientes, me van a sacar las muelas del juicio y solo podía hacer la cita en la mañana. De verdad lamento mucho haberte dejado solo en la escuela y no avisarte.
—No, está bien. De verdad, no es muy serio. Me dan miedo los dentistas. Cuando voy al dentista tienen que ir todos mis hermanos para que me sujeten entre todos porque no dejo de moverme.
Hyunjin se rió un poco al escucharlo.
—¿Cómo va tu plato?
—Bueno, soy un chico de letras, no de pinturas, se ve muy curioso.
—Bueno, yo te ayudo.
Hyunjin se paró y movió una silla para estar al lado de Jeongin, tomó su mano y la empezó a guiar mientras hacia los trazos de una flor.
—¿Ves? Te quedó una hermosa flor.
—Tu la hiciste.
—Yo no estoy sujetando el pincel— besó la mejilla del chico antes de volver a su lugar para seguir pintando su plato—. ¿Cómo sabes tantas palabras?
—Leo mucho. Las palabras que no entiendo lo que significan las busco en un diccionario.
—Si yo no entendiera una palabra, dejaría de leer el libro.
Siguieron pintando y tomando lo que habían pedido, al final quedaron dos platos, uno con un campo de flores y otro con un cerezo.
—Quedaron lindos— dijo Yang al ver los dos platos juntos.