Últimamente vivía con la duda de lo que en verdad sentía, quizás lo seguía amando, quizás aún lo odiaba y me sentía traicionada.
Recién estamos en octubre (en realidad no m acuerdo ni del día ni del año perdón) y queda muy poco para que el año termine y empezar otro año. Aunque realmente esperaba el volver a pasar navidad y año nuevo con el Jeremías y los demás, pero quizás esté año sería la excepción y eso no ocurriría.
Había estado el día esperando alguna señal del Jeremías o por último un mensaje de el. Sentí mi tocador vibrar por lo cual busque con la mirada la razón del movimiento hasta encontrándome mi celular con unos mensajes en el.
— TAMARA ALEJANDRA — mi hermano grito.
Oí como alguien subía las escaleras de forma rápida así que supuse que era el Sebastián que venía corriendo hacia mi pieza.
La puerta fue abierta de golpe dejando ver a mi hermano con una sonrisa y su celular en su mano.
— gano el coloooo — empezó a hacer un mini baile de victoria.
— y a mí que, andate para tu pieza — le dije sin mirarlo. Estoy ocupada.
— no te veo haciendo nada — dijo para ir a sentarse en mi cama.
Rodeé los ojos sin prestarle atención y responderle los mensajes al Jeremías.