Capítulo Uno

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“Novata”

Comenzó su nueva vida de pie, en medio de la fría oscuridad y del aire viciado y polvoriento. Metal contra metal.

Un temblor sacudió el piso debajo de ella. El movimiento repentino la hizo caer y se arrastró con las manos y los pies hacia atrás. A pesar del aire fresco, las gotas del sudor le cubrían la frente. Su espalda golpeó contra una dura pared metálica; se deslizó por ella hasta que llegó a la esquina del recinto.

Se hundió en el rincón y atrajo las piernas firmemente contra su cuerpo, esperando que sus ojos se adaptaran a las tinieblas.

Con otra sacudida, el cubículo se movió bruscamente hacia arriba como si fuera el viejo ascensor de una mina. Ruidos discordantes de cadenas y poleas, como la maquinaría de una vieja fábrica de acero, resonaron por todo el compartimiento, rebotando en las paredes con un chirrido apagado y férreo. El oscuro elevador se movía de un lado a otro durante la subida, provocando náuseas; un olor de aceite quemado saturó su olfato, haciéndola sentir peor. Quería llorar, pero no tenía lágrimas; no le quedaba más que permanecer sentada allí, sola, esperando.

Por primera vez que despertó observó algunas cajas que la rodeaban, cerca de ella había una pequeña bolsa rebuscó en está y solo encontró lo que parecía ser camisetas cortas, pantalones o shorts y lo más importante ropa interior; no había nada útil excepto por algo que relucía entre la ropa. Era un collar, con una perla, no sabía él por qué pero sintió un gran alivio al verlo. Lo guardo con cuidado en su sitio como si de un tesoro se tratara.

Trató de recordar qué hacía ahí y fue donde se comenzó a asustar. No recordaba nada, ni siquiera su nombre. Su desesperación se asomaba que empezó a golpear las paredes.

El elevador continuó su ascenso, balanceándose; _______ se volvió inmune al incesante repiqueteo de las cadenas que la llevaban hacia arriba. Pasó un largo rato. Los minutos se convirtieron en horas, aunque era imposible saber con certeza el tiempo transcurrido, pues cada segundo parecía una eternidad. No. Ella era inteligente. Sus instintos le decían que había estado moviéndose durante casi media hora.

Con sorpresa, sintió que el miedo desaparecía volando como un enjambre de mosquitos atrapados por el viento, y era reemplazado por una profunda curiosidad. Quería saber dónde se encontraba y qué estaba ocurriendo.

El cubículo se detuvo con un crujido; el cambio súbito lo arrojó al duro suelo. Mientras se levantaba con dificultad, sintió que la oscilación disminuye hasta desaparecer. Todo quedó en silencio. Retrocedió nuevamente hacia el rincón, cruzó los brazos y se estremeció. El miedo había regresado. Sintió un temblor inquietante en el pecho, como si el corazón quisiera escapar del cuerpo.

¡Ayuda... por favor! —gritó. Las palabras le desgarraron la garganta.

Un fuerte ruido metálico resonó sobre su cabeza. Respiró sobresaltado mientras miraba hacia arriba. Una línea de luz apareció a través del techo del ascensor y se fue expandiendo. Tras un chirrido penetrante vio un par de puertas corredizas que se abrían con fuerza. Después de estar tanto tiempo en las tinieblas, la luz la encegueció. Desvió la vista y se cubrió la cara con ambas manos. Alguien saltó dentro de la caja, si no fuera porque se había cubierto la boca con sus manos habría gritado. Era un chico, quién la miró sorprendido.

—¿Qué tal el novato?

Las voces venían de arriba, aún asustada _______ se echó para atrás pero la detuvo la pared. Escuchó que él maldijo en voz baja. Lo miró detenidamente, rubio, muy buena condición física y no era para nada feo.

—¿Quién está ahí abajo?

El chico la miró una vez más antes de gritar.

—Es una chica —anunció.

Another Winner || Newt y Tú [1#] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora