Another Winner || Newt y Tú [1#] COMPLETA ✓

Capítulo Veintinueve

“Solo desafios”

PERSPECTIVA DE ________.

No sabía que mi mala condición física me mataría en un dos por tres, si no fuera por Abner me alentaba a llegar a la casa de Consejo tal vez uno de esos monstruos aterradores ya me hubiera devorado metros atrás.

Al parecer la ruta del Área se había alargado como un pasillo interminable. Solo podía oír los horribles sonidos de los Penitentes a la lejanía.

Lo que parecía no tener fin terminó cuando pocos metros faltaban para llegar a la maldita casa del Consejo.

—¡Chicos, dense prisa! —gritó Chuck.

Abner me lanzó hacia dentro de la casa casi provocando que tropezará con algo, el pelirrojo detrás de mí cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria. Ambos nos tomamos un breve instante para retomar el aliento, pero eso era lo de menos.

—Ayúdenme a bloquear las ventanas.

Tomamos las sillas, taburetes, bancas o alguna otra cosa para apilarlas y así obstruir posibles entradas.

Nos quedamos en silencio después de acabar con el trabajo.

Gemidos, gritos, súplicas de ayuda y el sonido de metal contra metal de los Penitentes.

Abner se agachó para recoger algo del suelo y se encaminó a la salida.

—¿Y tú a dónde crees que vas? —le pregunté.

—¿A dónde crees? —exclamó con la voz desgarrada—. A salvar a cuántas más personas pueda, tal vez se te habrá olvidado que llevo conviviendo con esos larchos por más de dos años y ¿Todavía me preguntas, qué a dónde voy?

—Entonces iré contigo —dije decidida, tomé una liga para el cabello atándolo y caminé hacia él.

Él me detuvo empujando mi hombro retrocediendo.

—Claro que no. Si hoy perderemos chicos, tú no serás parte de ellos.

Yo quería ayudar, pero sabía que no podría hacerlo. Mis habilidades se resumen a un puñado bastante exigente, si quería ayudar lo podría hacer después de que acabará todo para examinar a los chicos restantes.

Aunque dejará salir toda mi terquedad, Abner no me perdonaría por nada del mundo, y no encontrar las palabras adecuadas era deprimente.

Sin decir nada salió corriendo perdiéndose entre la penumbra.

No pasaron ni diez minutos cuándo a la lejanía se escuchaban voces en dirección a la casa de Consejo. Chuck salió para apurar a los «sobrevivientes», cuándo lo digo así es muy pesimista en eso.

Varios chicos entraron a toda prisa pero solo podía pensar en mi chico rubio, lo busqué con la mirada hasta darlo junto con Thomas.

Chuck cerró la puerta y todos guardamos silencio, un penitente comenzó a rondar fuera de la Casa de Consejos igual que un depredador al acecho de su presa.

Todos nos agrupamos en un solo lugar alejándonos de dónde el Penitente estuviera más cerca, el pequeño pelirrojo, Chuck, al darse cuenta de mi presencia abrazó mi brazo para no separarse de mi.

Ésto pudo hacer más fácil que lo protegiera en casa de que llegará a atrapar a uno.

No sé en qué momento esa cosa subió al techo y todos gritamos asustados cuándo el Penitentes logró penetrar el techo con una de sus patas llevando consigo la estructura que sostenía el techo, haciendo que todo se derrumbará sobre nosotros.