Capítulo Ocho

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Maratón 2/3

"Pesadillas"

Durante esa noche las pesadillas no faltaron, comenzaban a escalar cada vez más lo aterrador. Y ese día no fue la excepción.

Se encontraba en un tipo de bosque, parecido al del Área, un conteo la hace darse la vuelta. Se gira para ver a unos chicos alrededor de un gigantesco cuerno dorado en forma de cono, la persona más cercana era una chica de tez morena y con una trenza de lado. Quería decirle algo, hacerle una pregunta, pero no podía. Ella no estaba realmente ahí. Lo contemplaba todo desde un lugar que no entendía bien dónde era.

No eran sus recuerdos.

Abajo de cada chico había una placa, contó en total 24. Los pequeños paquetes que estaban dispersos alrededor del cuerno y armas dentro de este. Está en un terreno despejado y llano, una llanura de tierra aplanada. Detrás de los chicos frente suyo no se ve nada. A su derecha hay un lago. A la izquierda y detrás, unos ralos bosques de pinos. El conteo sigue hasta que suena un tipo de gong, todos comienzan a correr dentro del cuerno gigante.

La chica de la trenza se queda quieta un momento hasta que por fin reacciona e imita a los demás, parecía perdida y recoge una mochila naranja. Un chico la intenta tomar a la vez que ella y, durante un breve instante, los dos tiran de ella.
Entonces él tose y le llena la cara de sangre. Da un paso atrás, asqueada por las gotitas; el chico cae al suelo y veo el cuchillo que le sobresale de la espalda. Los demás chicos comienzan a pelear entre sí por los suministros. Y ahí comienza la masacre.

Otra chica muy hábil con los cuchillos le lanza uno a otro. Este escupió la sangre. Una rubia derribó a otra chica mientras la apuñalaba en repetidas ocasiones en el pecho.

Esto era demasiado.

Solo quería despertar y salir de esa maldita pesadilla. Se quedó inmóvil, la rubia cruzó la mirada con la de ella, el miedo la invadía de pies a cabeza, sacó la cuchilla del pecho de su víctima y se aproximó a ella.

Quería correr, lo que fuera para salir de ahí. La rubia aceleró el paso derribandola. No dudó en clavar el arma en su pecho.

Se levantó exaltada, gritando, tocó su pecho verificando la herida, pero solo subía y bajaba frenéticamente. Su cuerpo temblaba.

«Fue un mal sueño» se repetía constantemente. Tocó su frente empapada de sudor. Solo existía ella y el sonido de los penitentes. Salió de la cama poco a poco, descalza tomó un suéter. La imagen de los chicos masacrandose entre sí, la odiaba.

Se quedó observando el techo, rodaba en su propia cama tratando de conciliar el sueño el cuál no llegaba. Pasó el tiempo y cada vez que los cerraba esa imagen mental estaba ahí acechando de cerca.

Frustrada de tener que levantarse temprano al día siguiente, pero pronto recordó el tiempo que les dió Alby. Y si, el sonido de los Penitentes era otra de las razones. Se recostó de lado mirando a la nada cuando sus párpados comenzaron a pesarle, no resistió y cayó completamente dormida.

***

Al fin se había quedado dormida que no se quería levantar de su cómoda cama, con sus cobijas calientitas. ¿Cómo se iba a resistir a eso?

Another Winner || Newt y Tú [1#] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora