Capítulo 4

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Cuando su madre abrió la puerta, Louis sonrió tan grande como pudo, mientras levantaba una bolsa de papel de su panadería favorita. Sabía que Emmy no estaría feliz con que no hubiera llegado a dormir y necesitaba una ofrenda de paz. Lo olfateó discretamente en silencio y, cuando sintió el aroma de Zayn, su rostro se relajó un poco.

- Pensé que no vendrías a desayunar, es tarde.

- Disculpa, ma, me quedé dormido...

- Sin excusas tontas, Louis. Ve a la cocina y hazte útil..

Y bueno, estaba más enojada de lo que esperaba. Asintió sin decir más y obedeció. Emmy era siempre suave y amorosa, salvo cuando no lo era. No planeaba provocarla más. Al entrar a la cocina, distinguió el olor familiar a pan francés y canela. A pesar de todo, su mamá le había preparado su desayuno favorito, como siempre. Esta vez, en lugar de hacerlo sentir feliz, sólo lo hacía sentir más culpable. 

Harry estaba de espaldas, llenando la tetera con agua. Aunque no podía ver su rostro, era evidente que no se encontraba bien y sabía que él es el único culpable. Susurró un "buenos días", apenas entendible, rehuyendo de su mirada. La piel de sus mejillas lucía más pálida y era imposible no notar las pequeñas bolsas bajo sus ojos. Él tampoco había dormido. Antes de poder responder el saludo, Harry giró hacia él bruscamente, juntó las cejas y frunció la nariz con desagrado. Por instinto, Louis da un paso hacia enfrente, tratando de averiguar qué lo había provocado. Lo tomó por sorpresa el gruñido bajo del omega, vibrando en su garganta mientras cruzaba la cocina con pasos largos, hasta quedar frente a él.

- Hey, ¿estás bien?

La furia que había en sus ojos debió haber sido señal suficiente, pero no pudo evitar acercar tentativamente la mano hacia su mejilla. No se reconocía a sí mismo, cruzando límites e imponiendo una cercanía que no merecía. Antes de que pudiera siquiera rozarlo, el brazo de Harry impactó contra el suyo, impidiéndolo. Sorprendido por su reacción, se queda estático mientras su omega se inclinaba ligeramente hacia él para olfatearlo y, entonces, lo entendió todo. Aunque su primer impulso fue darle una explicación y decirle que Zayn es su mejor amigo, no lo hizo. Intenta mantener una expresión neutral, mientras el pecho de Harry ruge un poco más alto y lo quita de en medio con un empujón, antes de salir violentamente de la cocina.

Se repitió a sí mismo que él era el adulto, que tenía que ser racional, que le tocaban poner los límites. Él era el adulto, era la persona responsable. Le aterraba la idea, porque cada día, hasta hacía poco más de 24 horas, se había sentido siempre un adolescente tardío. La vida seguía pareciendo un juego con reglas demasiado complicadas para él, Liam había sido quien le había acompañado a firmar el contrato de su departamento, porque él no tenía ni idea. Y ahora, era el adulto, era el adulto. Tenía que ser el adulto, aunque le rompiera el corazón a Harry. Aunque rompiera su propio corazón.

...

El desayuno fue más de lo mismo, él aparentando que todo está bien y, Harry, ahora no sólo callado y cabizbajo, sino con un evidente mal humor. Aunque quería mantener su atención lejos de él, Louis se dio cuenta que apenas había comido y que, cuando su mamá le preguntó por Zayn y su familia, la expresión del omega se había tornado desolada, disculpándose de la nada y desapareciendo por las escaleras.

- Louis, disculpa. - Dijo Finn con tono serio, apenas escuchan el portazo en el piso de arriba. - Harry no suele ser así de mal educado.

- No... no te preocupes. Seguro... - No supo cómo terminar la oración. "Seguro es por mi culpa".

- Seguro está nervioso. - Continuó, Emmy, tomando la mano del alfa. - Sabes que las fiestas lo ponen emocional, amor, no lo reprendas. Le he contado a Louis muchas veces de lo simpático y adorable que es.

No Lie In His FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora