Capítulo 37

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- Disculpa por llamarte, pero necesitaba... disculpa, sé que es tarde.

- ¿Harry? ¿Estás bien? - La voz de su alfa se sintió como silencio después del ruido constante. Sonaba grave y arrastraba un poco las palabras, lo había despertado.

- Sí, pero tu ropa dejó de oler, huele a mí ahora y estoy un poco nervioso. Disculpa.

- No tienes nada por qué disculparte, ¿necesitas que vaya? ¿Cómo puedo ayudarte? - Louis parecía completamente despierto ahora.

- Tu voz, pensé que escucharte... mi celo está por terminar, tal vez unas horas más. Pero ahora estoy consciente y no me siento bien.

Su voz se rompió al final de la frase, con un sollozo casi imperceptible. Estaba consciente, pero sentía que había un caos de emociones en su interior, ninguna de ellas era racional. Siempre le pasaba en los momentos lúcidos de su celo: se sentía solo, desprotegido, vulnerable. Temía volver a perder la conciencia y no saber qué pasaba con él durante ese tiempo. Le había preguntado a Niall si le pasaba también, y aunque era similar, tal vez sintiéndose un poco alerta, no coincidía con la angustia que invadía a Harry. La ropa que le había dejado Louis había ayudado a sentirse más tranquilo y también había hecho todo más... placentero. Al principio lo había descolocado un poco, los primeros olisqueos le habían erizado la piel y desatado el calor por todo el cuerpo. El fuego que sentía cuando veía a Louis, pero avivado por el celo. Cuando logró acostumbrarse al aroma a su alrededor, fue como entrar en una calma dulce, en donde salía y entraba de conciencia con menos tropiezos que otras veces. Esta tarde, por desgracia, el aroma de su alfa había comenzado a ser menos presente y, para cuando despertó en la madrugada, cubierto en sudor y con el corazón explotándole en el pecho, supo que no quedaba nada. Estuvo un montón de tiempo intentando respirar y distraerse, pero no estaba funcionando, sólo podía pensar en Louis, era como si su mente tuviera una fijación con recordar pequeños detalles de su alfa: sus pecas, el color de sus ojos, la piel tibia de su cuello, la forma en la que las venas se le marcaban en las manos. Sabía que era tarde y se sentía culpable por despertarlo, pero su instinto le decía que era lo correcto.

- ¿Qué sientes? ¿Quieres contarme?

- Que algo malo puede pasarme, que no estoy seguro.

- ¿Te sentirías mejor si fuera contigo? Puedo a quedarme al teléfono todo el rato, en un par de horas...

- ¡No me preguntes eso! Dios, no... - Lo interrumpió, sonando frustrado. - Por supuesto que quiero, pero es ridículo. No vengas, no puedo, no podría...

- Tranquilo, Harry, todo está bien. No estoy seguro de cómo ayudarte, pero te prometo que todo está bien, estás a salvo. Vamos, toma un poco de agua y vuelve a la cama.

- ¿Cómo sabes que no estoy en la cama?

- Me dijiste que a veces te escondías en el baño. Pero vas a escucharme y vas a volver a la cama, ¿verdad? - El tono suave y demandante que estaba utilizando Louis iba liberándolo de tensión con cada palabra.

- Estoy... ya estoy en la cama, voy a tomar suero. - Respondió, mientras se acostaba en las sábanas casi destruidas después de 2 días de celo, vaciando la mitad de la botella de suero en su interior.

- Bien, pequeño, lo estás haciendo muy bien. - Un escalofrío lo recorrió al escuchar a su alfa hablarle de esa forma. - ¿Cómo está Niall?

- Está bien, Roman vendrá a visitarlo. - Contestó un poco molesto, preguntándose por qué Louis, de repente, tenía ganas de hablar de un omega que no fuera él.

- Suena genial, ¿no crees? Seguro que está muy feliz con eso.

- Lo está, ¿por qué quieres hablar de Niall? - Intentó no sonar enojado, pero no estuvo seguro de haberlo logrado, con la risita que dejó escapar Louis.

No Lie In His FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora