- Entonces...
Intentaba controlar sus nervios para que Louis no los sintiera. Se sentó en la orilla de la cama envuelto en la bata de baño, mientras su alfa se paseaba en bóxers, sacudiendo una toalla distraídamente sobre su cabello. Al escucharlo hablar, de inmediato se detuvo y le dedicó toda su atención, esperando a que continuara, pero no lo hizo. Louis había estado sereno toda la mañana, no había ningún indicio de que estuviera enojado con él, pero no podía evitar sentirse preocupado. Él había reaccionado pésimo por mucho menos y no podría culparlo.
- ¿Qué pasa, amor?
- Nada, sólo quería... quiero... hablar sobre lo que pasó ayer. - Las cejas juntándose en medio de su frente, le confirmaron que no había forma de librarse de la explicación. - De... ¿Zayn? Bueno, de mí. De...
- ¿De ti calentándote con Zayn? - Cerró la boca al instante, intentando leer su expresión, pero Louis se mantenía serio. - Frente a mí, frente a todo el mundo.
- Lou, no...
- Eso fue lo que pasó, según recuerdo. - Lo interrumpió, dándole la espalda y arrojando la toalla al suelo. Louis sabía que odiaba que hiciera eso, así que tal vez de verdad estaba enojado, aunque no lo sintiera claramente. - Cuando fui a la pista por ti, el único que no tenía una erección, era yo.
Cualquier otra persona probablemente no lo hubiera notado, pero la forma en la que había entonado la última oración, le dejaba muy claro que Louis estaba jugando, burlándose de él. Se quedó en silencio, esperando paciente a que se girara de nuevo en su dirección y, apenas lo hizo, le tiró una almohada directo a la cara.
- ¡Hey! - Se quejó cuando, a pesar de intentar pararla, le pegó de lleno en la nariz.
- ¡No te burles de mi, alfa! Estuve intentando hablar contigo toda la mañana, pero tenía... nervios.
- ¿Por qué, pequeño? - Preguntó, sentándose a su lado, mordiendo suavemente su mandíbula y olisqueándolo por el puro placer de hacerlo, como siempre.
- Porque... Lou, podías estar molesto o celoso, ¡yo qué sé! Al final, hice algo que no hablamos antes... con alguien más.
- Bueno, sí, claro que sentí un poco de celos, pero estabas divirtiéndote. - Explicó, entrelazando sus dedos. - Y verlos fue bastante sexy, en realidad.
- ¿Ah, si? ¿Y si quisiera "divertirme" con un alfa? ¿O sólo te parece sexy entre omegas? - Preguntó, levantando una ceja.
- Puedes hacer lo que quieras, con quien quieras, amor. - Le respondió, enterrándose en la curva de su cuello, olfateándolo largamente. - Siempre y cuando te tenga para mí al llegar a casa.
...
Se sentía expuesto, vulnerable, avergonzado. Tardó varios segundos en poder tomar aire, después de abrir la puerta y encontrar a Emmy del otro lado de ella. No tuvo que verse el cuerpo para ser consciente de las marcas a cada lado de su cadera, en su vientre, en su pecho. De la mordida amoratada que Louis le había dejado en el hombro la noche anterior. De la marca de enlace, demasiado descubierta en la curva de su cuello. Por instinto, la protegió de prisa con su mano, dando un paso atrás. Casi se suelta a llorar al darse cuenta del miedo que sintió de pronto a recibir un insulto por la marca que adoraba tanto, que se levantaba como un estandarte frente al mundo, contando su historia de amor a quien la viera.
El corazón se le había desbocado, su mente estaba en mil lugares al mismo tiempo. Sintió el impulso de abrazar a Emmy, de olfatear el aroma maternal y familiar que tanto tiempo lo había acompañado, de olvidarse de todo y quedarse el día entero acurrucada con ella en el sofá, como antes. Por otro lado, estaba controlando las ganas de cerrarle la puerta en la cara al recordar la forma en la que había tratado a Louis, las lágrimas que habían compartido juntos gracias a su rechazo, la sonrisa triste de su alfa y el dolor en su pecho cada vez que la mencionaba. Al final, ganó el la imagen de su alfa devastado, llamándole en su cumpleaños para felicitarla y siendo ignorado por milésima vez.
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No Lie In His Fire
FanfictionLouis no esperaba que esa fuera la última vez que pudiera volver a casa. Pero ¿qué otra opción le quedaba? No podía estar bajo el mismo techo que Harry. Nunca. Con el fuego quemándole por dentro, se despidió por primera vez de ese omega a quien le p...