Salió de la habitación cuando no pudo más. Los gruñidos le morían en la garganta y le dolía la cabeza de tanto apretar la mandíbula. Intentaba no ver a Louis y a Zayn, pero no podía evitarlo. Su alfa tenía casi media hora sin buscar su mirada, sin interesarse en él, sin sentirlo. Muchos, demasiados minutos ignorándolo, a pesar de estar a pocos pasos. Y no era tonto, sabía que era normal, sabía que toda su atención estaría en el omega que estaba marcando, que sus sentidos estarían concentrados en eso, pero le era imposible no sentir que se quemaba por dentro.
Respiró profundo un par de veces, esforzándose por imaginar que el aroma que entraba en su sistema estaba dirigido a él, pero no fue suficiente. Estaba a punto de ponerse a llorar y, aunque odiara lo que estaba pasando, al final no se arrepentía. Zayn había dejado de oler a miedo, había dejado de llorar, había recuperado el color. Quien no tenía color, era él. Al menos así se sentía: frío, vacío, solo. Supuso que nadie notaría su ausencia, así que se puso de pie y caminó a la puerta.
- No te vayas.
La voz desesperada de su alfa lo sorprendió antes de salir. No podía sentirlo, pero podía verlo, podía escucharlo. Tenía que esforzarse en aparentar estar bien, tenía que convencerlo de seguir, de quedarse con Zayn. Hizo lo que pudo, diciendo la menor cantidad de palabras posibles y se fue de ahí con prisa. Como pudo, llegó a la sala y se acurrucó en el sofá. Con cada parpadeo, sentía que su conciencia se perdía un poquito más. Quería llorar y gritar y reclamarle a su alfa, pero no podía, nada salía de sus ojos, ni de su boca.
La mirada se le perdió en la ventana por suficiente tiempo para que obscureciera. ¿Cuánto había pasado? ¿Horas? Tenía frío y dolor de cabeza. Las ganas de llorar habían desaparecido y ahora solamente se sentía molesto y traicionado.
- Harry, ¿estás bien? - Parpadeó un par de veces, antes de girar hacia la voz.
- Sí. - Murmuró, monótono. Ni siquiera lo había escuchado entrar. - Qué bueno que estás aquí, Li. Ellos están en la habitación.
- ¿Qué está pasando? - Se sentó a su lado, observándolo con preocupación.
- ¿Qué? - Preguntó, distraído. El alfa parecía confundido frente a él. Lo vio olfatear al sentir el aroma de Louis en el ambiente, entendiendo y tensándose en seguida.
- Ok, espera... - Balbuceó, tocándole las mejillas y frotando sus brazos. Detestaba que lo estuviera viendo con lástima. - Necesitas entrar en calor, le diré a Louis que venga...
Sin querer, un gruñido se le escapó como respuesta. Liam suspiró sin inmutarse y se inclinó hacia él, envolviéndolo en un abrazo. Dejó caer la frente sobre su hombro, exhausto, recibiendo la calidez que no sabía que necesitaba.
- Gracias, Harry. - Murmuró Liam, frotando su espalda. - Lo que hiciste fue muy valiente y generoso.
Inhaló profundamente, olfateando las notas conocidas del alfa, quien lo sostuvo lo suficiente para sentirse menos desconectado y vacío.
- Estoy bien, Li.
- No estás bien. - Dijo el alfa, echando el cuerpo hacia atrás y observándolo atentamente. - Louis vendrá en seguida, ¿ok?
- No, no necesito...
- Harry. - Lo interrumpió, con una mueca afligida, acariciándole las mejillas delicadamente. - ¿Te obligó a aceptar? ¿Te presionó?
- No, fue mi idea. - Lo vio relajarse ante su respuesta.
- Entiendo. - Murmuró, sin dejar de tocarlo como si fuera a romperse. - ¿Puedo hacer algo por ti?
Negó con la cabeza, conteniendo las lágrimas. Liam le dio una sonrisa triste, lo abrazó brevemente de nuevo y despareció por el pasillo. Minutos después, Louis entró a la sala, buscándolo angustiado. Necesitaba sentirlo, saber que seguía siendo suyo, necesitaba que lo sostuviera y lo marcara y le asegurara que no había nadie más. Sin embargo, su primer impulso fue rechazarlo y alejarse de su toque.
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No Lie In His Fire
FanfictionLouis no esperaba que esa fuera la última vez que pudiera volver a casa. Pero ¿qué otra opción le quedaba? No podía estar bajo el mismo techo que Harry. Nunca. Con el fuego quemándole por dentro, se despidió por primera vez de ese omega a quien le p...