Capítulo 76

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De verdad estaba intentando no tomárselo personal, pero no lo estaba logrando. Mientras se pasaba la toalla por el cabello, tal vez con demasiada fuerza, respiraba lentamente y luchaba por mantener sus ojos secos. No serviría de nada, por supuesto. Para este momento, estaban hinchados e irritados. Se sintió patético llorando en la regadera y, aun más patético, alargando la ducha, esperanzado en que Harry le acompañaría en algún momento.

El momento no llegó y eso terminó de convertir el caos que sentía dentro en decepción y vergüenza. Su omega apareció cuando estaba terminando de vestirse, viéndose preocupado y nervioso, observándolo con demasiada atención.

- Lou, emmm... avisé a papá que iríamos y...

- Gracias.

- Sí, pero...

- Voy a comenzar a empacar mientras te bañas. - Interrumpió de nuevo, hablando bajo. - ¿Dejo un espacio en mi maleta o llevarás la tuya?

- Pues... no estoy seguro. No sé cuánto tiempo nos quedaremos.

- No sé, Zayn y tú deciden. - Respondió, sonando como un reproche, a pesar de la voz suave que se esforzó en mantener.

Se giró al clóset y comenzó a sacar la ropa de los cajones, ignorándolo a propósito. Su omega se mantuvo en silencio e inmóvil unos segundos, la preocupación filtrándose a través del lazo. Estuvo tentado a bloquearlo, de pronto demasiado vulnerable al saber que Harry percibía lo herido e inseguro que se sentía, pero hacerlo sería problemático y empeoraría todo.

- ¿Está bien si pongo mi ropa en tu maleta? No creo... me...

- Claro, Harry.

- Lou...

- Cuando termines, ¿podrías traer los cepillos de dientes?

Sin poner demasiada atención a lo que empacaba, intentó controlar el impulso de sacarse la ropa y volver a la regadera con él. No podía haber sexo de reconciliación, si no había un pleito, pero lo necesitaba. Necesitaba tenerlo cerca, olerlo, calmarlo, calmarse. Sabía que no era buena idea tragarse lo que estaba sintiendo, pero se le estaba haciendo particularmente difícil afrontarlo esta vez. En su cabeza, sólo daba vueltas la idea de gritarle a Harry que estaba harto de que nunca le contara nada, aunque "nunca" y "nada", por supuesto, era una exageración. Su omega le contaba cosas, pero las que dejaba fuera, lo volvían loco.

Encendió el segundo cigarro para convencerse de quedarse en el departamento. Tenía ganas de salir, de perderse un rato, pero la última vez había resultado fatal. Lo último que quería, era que Harry encontrara la casa vacía al salir de bañarse y se sintiera abandonado de nuevo. Sobre todo, con lo delicado que todo parecía después de haber marcado a Zayn. Aun tenía la mordida de su omega en el cuello, adolorida, después de que la reabriera la noche anterior, reclamándolo como suyo. Louis era suyo, por supuesto, ¿pero Harry era de alguien?

"Soy tuyo, alfa." Con la mirada perdida en la ventana, recordaba las veces que se lo había repetido: arrastrando las palabras, antes de dormir, eufórico, mientras le comía los labios, gimiendo, durante el celo. Mirándolo fijamente, como si de verdad lo creyera. Y, paralelamente, las veces que no había confiado en él, que no lo había considerado un lugar seguro, en las que había rechazado su apoyo. ¿Qué clase de alfa era para su omega? ¿Por cuánto tiempo las malas decisiones de su pasado seguirían haciendo que Harry no pudiera confiar en él? Literalmente, había preferido poner en riesgo su salud, antes que dejarlo hacer algo tan básico como pagar las cuentas. Para colmo, estaba enterado todo el mundo, menos él. Como siempre.

"Lo sabías y no me lo dijiste" escribió molesto, presionando demasiado fuerte el botón de enviar. Segundos después, el nombre de su mejor amigo apareció en la pantalla. Colgó la llamada y puso su teléfono en silencio. Lo último que quería eran más excusas. Tal vez estaba siendo injusto, pero estaba furioso y ni siquiera sabía si era consigo mismo o con todos los demás. Se sentía desplazado, traicionado, harto. Aun no terminaba de recuperarse de lo extraño que fue marcar a Zayn y la reacción intensa de Harry. Para colmo, iba camino a encerrarse durante días con las tres personas que lo hicieron sentir así, bajo el mismo techo que Emmy y Fin, obligado a fingir que todo estaba bien. ¿Debería quedarse en Londres? Tal vez tomarse unos días en soledad, haría que todo se sintiera menos pesado, menos enredado.

No Lie In His FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora