Capítulo 23

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Había convivido con Louis cuatro días bajo el mismo techo. De alguna forma, terminaban teniendo estas pequeñas conversaciones al quedarse solos, que eran evidencia de lo mucho que tenían en común. Les gustaban cosas similares, se podían burlar el uno del otro por horas, Louis lo escuchaba con atención mientras hablaba sobre lo que fuera y siempre encontraba algo positivo que decirle. Salvo en contadas ocasiones en las que, por un segundo, el silencio los rodeaba y parecían arder en sintonía, los días habían pasado fluidos y sin tensión, con un fuego cálido que los hacía gravitar alrededor del otro. Jason, por supuesto, no dejó de recordarle lo inconforme que estaba con la situación. Casualmente, durante esos días, Harry terminó recibiendo más mensajes, llamadas e invitaciones a salir por parte del alfa, como si quisiera asegurarse que no pasara tiempo con Louis Por más que intentó mantenerlo alejado de su casa porque no se sentía preparado para tenerlos a ambos en el mismo lugar, al mismo tiempo, Jason apareció sin consultarle el día que iría con Emmy a la lectura del libro. Estuvo a punto de vomitar cuando vio a ambos alfas entrar por la puerta y, después, a punto de llorar al ver a Louis sonriente y relajado, a pesar de que Jason estaba ahí, dándole flores y besando sus labios. No le había provocado absolutamente nada que hubiera alguien más en su vida y, aunque para ese momento ya le debería haber quedado claro que Louis no quería nada con él, no dejaba de ser un recordatorio cruel de la razón por la que se sentía roto por dentro.

- Jase, te dije que no podría ir hoy, quedé con Emmy de hacer algo.

- Pero siempre vas a mis partidos, cariño, anda, ven conmigo, a ella no le va a importar. Sólo será un día y...

- Pero me importa a mi, Jason.

- ¿Qué es ese algo que te importa tanto como para no acompañarme?

- Es un evento...

- ¿Qué tipo de evento? - La forma en la que lo preguntó, le dejó claro que ya lo sabía y sólo quería que él lo dijera.

- Es la lectura del libro de Louis, de verdad tengo muchas ganas de ir.

Se arrepintió en el momento que aceptó a ir al maldito partido, en lugar de a la lectura. Y estuvo arrepintiéndose el resto del día. Había esperado escuchar a Louis por semanas, pero no sintió que tuviera otra opción. Si no lo hacía, sabía que iban a terminar peleando de nuevo y Emmy estaba demasiado emocionada con que Jason asistiera al desayuno después de Navidad. Siendo completamente sincero, también le molestaba la idea de estar solo ese día, cuando Zayn y el otro alfa estarían ahí. Sabía que era inmaduro, pero quería, por una vez, no sentirse estúpido y abandonado frente a Louis. Sentía la necesidad tonta de demostrarle y demostrarse que, el que lo hubiera rechazado, no quería decir que él lo estuviera esperando.

Lo que se suponía que era una salida rápida, se convirtió en Jason arrastrándolo al cine y a cenar después del partido. Durante todo ese tiempo, fingió sonrisas para mantenerlo tranquilo. Lo último que quería era perder horas discutiendo por estupideces. A veces se preguntaba si, de verdad, era buen actor y lograba engañar a Jason cuando fingía las sonrisas... o si el alfa se daba cuenta y no le importaba en absoluto.

Al llegar a casa, no había nadie despierto y se descubrió extrañando escuchar a Louis dándole las buenas noches. Eran cosas cotidianas como esas, las que lo enviaban en un espiral de realidades alternativas en las que tenía una sola, una pequeña oportunidad de ser amado por su alfa. Realidades en las que las buenas noches se las daba a su lado, abrazándolo y pegándolo a su cuerpo antes de quedarse dormidos en la bruma de sus aromas. Realidades casi fantásticas, en las que Louis lo tomaba de la mano al caminar o lo besaba "sólo porque sí". En lugar de eso, una llamada de Jason insistiéndole en cenar juntos al día siguiente, lo sacó de sus pensamientos de golpe. Ni siquiera le costó trabajo mandarlo a la mierda esa noche.

No Lie In His FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora