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Ya había pasado la semana, así que estaba lista para ir al santuario.

- Ya me tengo que ir Carl- dije tomando mi mochila- nos vemos en unos días.

- Ten cuidado, hay mucha gente que te quiere hacer daño- dijo abrazándome.

- Carl, antes de irme, quiero quitarme una duda- murmure nerviosa.

- Dime cual es- respondió.

- ¿Somos novios?- pregunte con la voz temblorosa y Carl de río- No te burles, hablo enserio.

- Claro que somos novios- respondió besando mi frente.

- Ya que me saque de dudas, me iré a despedir de mi tío- dije ruborizada.

Después de despedirme de mi tio tome mis cosas y salí de Alexandria, Daryl y Rick habían salido por provisiones así que no me pude despedir de ellos.

Salí camino al santuario, estaba tranquila al haber encontrado a mi tío, ya no tendría que buscarlo entre comunidades o lugares abandonados.

- Alto pequeña- escuche la voz de un hombre que me había sacado de mis pensamientos, así que volteé a verlo- Eres la hija de ese pendejo- dijo el hombre que parecía mexicano.

- ¿De que pendejo hablamos?- me hice la confundida.

- Si eres tú- afirmo y apreté mis dientes- ¿que hace una pequeña afuera? Como si te faltara algo en tu hogar.

- Acostándome con tu viejo- bromeé.

- Tienes el mismo asqueroso humor de tu padre- se quejo y sonreí- vendrás conmigo- ordeno y yo me solté a reí.

- No me des órdenes- pedí- aquí quien da órdenes soy yo, así que vete.

- Bien, te lo pedí por las buenas- dijo cansado.

Camino hacia mi tomándome del brazo, para después abrazarme fuertemente para intentar subirme al auto.

- Antes de llevarte conmigo, aprovecharé de ti un poco- dijo con una sonrisa asquerosa.

- Aléjate de mi pervertido- pedí asustada.

- Jamas me imaginé verte asustada- se burló- siempre te veo seria y tan mala, eso me gusta de ti- dijo lambiendo mi cuello.

- Por favor, si me dejas ir no te pasará nada, lo prometo- asegure pero el no escucho.

Empezó a desabrochar su pantalón, para bajarlo asta sus rodillas, yo empecé a llorar de la desesperación, el bajo mi short y empezó a tocar mis piernas, cada vez me sentía mas asqueada, su mano subió asta mi cintura, yo trataba de detenerlo pero era mas grande y fuerte que yo, rompió gran parte de mi camisa y seguía subiendo su mano.

Vi la luz de un auto, yo me sentí aún más asustada, pensando que serían amigos de él.

- Oye tu- escuche una voz que para mi era mi ángel guardián- Deja a la niña.

- ¿Ustedes quienes son?- Pregunto el hombre molesto.

- Eso no importa, solo déjala- ordeno.

- ¿Simon?- susurre al reconocer la voz.

Patee al tipo y escuché como le disparaban, el hombre se quejo ya que le habían dado en la pierna, escuché otro disparo y escuché la risa de Simon.

- Eso le pasa a los pervertidos como tu- dijo después de darle en el miembro del tipo- Ashley ven pequeña- pidió quitándose su chaqueta.

Me quede sentada en el auto sin poder reaccionar, estaba completamente perdida en mis pensamientos, sentí algo en mis piernas y eso me hizo reaccionar, Simon me había puesto una chaqueta en las piernas y otra en mis hombros.

Amor o familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora