Todo parecía un sueño.

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Ciertamente, tenían la mitad de la vida de Inui vigilada, o al menos, los cercanos de el. En si, el rubio era alguien dificil de decifrar, alguien dificil de poder ver donde iba, donde estaba, con quien estaba y donde estaría en un futuro, pues vigilaba realmente bien su espalda, asegurandose de que su paradero fuera totalmente incierto, habían descubrido que frecuentaba una casa, una casa la cual era parte de los clientes de la gran mafia la cual, vendía droga y estaba ligada a el gran negocio de Kazuma. Ambos lideres parecían ser buenos amigos, y claro, la información pasaba entre al uno y el otro, logrando dar con uno de los "cercanos" de Inui. Un chico, o más bien, niño el cual parecía ser fácil de manipular, y claro, la droga terminaba siendo adictivo para cualquiera, más para un niño el cual su vida no era del todo agradable. Sentirse bien por un rato y liberarse de su hermana por un tiempo lo era todo, por lo cual, aquella necesidad podría fluír con gran facilidad, haciendo que el chico buscara más, y así fue. Alguien, aunque sea pequeñamente adicto, va de inmediato a cualquier lugar para conseguirlo, y así fue como Haruchiyo terminó siendo sujeto de prueba para aquella droga la cual estaba formando la familia del pequeño chico: Kisaki Tetta.

—Ya está mi trabajo —Mencionó Kisaki, mirando a su padre con seriedad.

—Bien.. esto le agradará a Kazuma, ¿no crees? además, tenemos a alguien en quien probar aquella droga y ver su reacción hacia otras personas.

Una droga, la cual dejaba tal cual marioneta a las personas quienes las consumían. Una sola dosis inyectada, para terminar con la vida de la persona en unos dias, para en nada. Vivo, pero sin la capacidad siquiera de pensar, o hacer algun movimiento sin ser ordenado. El infierno mismo en el cual, Haruchiyo sería sometido.

Se le informó de esto a Kazuma, quien aparentemente estaba feliz. Quería hacer sufrir a aquel chico que en este momento estaba en la carcel y que mejor que haciendo ver la reacción de la droga ante una persona la cual era cercana al chico. En la mente de Kazuma era algo perfecto, por lo cual, colocó manos a la obra, para poder hablar con aquel dueño de la droga y idear un plan el cual los beneficiaría a ambos, ciertamente.

—¿Recuerdas a tu amigo, Inui? —Preguntó Kazuma.

— ¿Ah? .. si —Murmuró, mirando hacia otro lado.

—Preparate para verlo con vida, o al menos, por unos minutos.

—¿A q-qué te refieres..? ¿¡lo traerás!? no, por favor.

— Oh, vamos. Solo busco hacerte feliz.. pensé que lo extrañabas, gatito.

Kazuma se acercó a Kokonoi, tomando el mentón del chico con suavidad mientras lo observaba con una suave sonrisa. Aquel atractivo que tenía Kazuma, realmente hacía estremecer al chico, sabiendo que no lo traería para algo bueno. Sabía como leer sus expresiones, por lo cual, sabía que a este no le esperaba un buen futuro. Tenía un plan, y Kokonoi sabía que este no era realmente bueno y era obvio, Kokonoi tenía razón.

...

Inui se encontraba en su celda, con aquel compañero le hablaba de mil cosas. Ciertamente, se había acostumbrado a su voz, así que solo miraba al techo mientras dejaba que aquel hombre le contara sobre su vida.

— ¿No crees que es genial? ah.. realmente extraño a mi hijo. Dudo tener una gran condena, digo.. solo le di un golpe a alguien, ¡ni siquiera lo maté! —soltó una pequeña risa— ¿Y tu, niño? ¿tienes familia que te espere? eres bastante pequeño, así que supongo que tienes un padre y una madre que te espera, ¿no?

Inui elevó su ceja, suspirando. Luego de eso se asomó a través del camarote, para mirar a aquel chico.

—Me escapé de mi casa, aunque tengo familia.. no necesariamente de sangre, pero es mi familia.

— Oh, ¿amigos? bueno, cada quien.. aunque suena bien.

— Son más que amigos.. ellos son.. —Se quedó callado por unos segundos, mirando nuevamente hacía el techo— Ellos son mi todo.

—Suena lindo.. espero ellos te esperen una vez salgas de aquí.

—Espero lo mismo.. quisiera volver a verlos.

Estuvieron ambos gran tiempo hablando, hasta que Inui fue llamado por alguna extraña razón, razón la cual supo minutos después.

—Libertad condicional.

—Espera, ¿qué?

No se le dió gran opción a Seishu para hablar. Fue arrastrado hacía una camioneta en la cual fue dormido, y no supo más de su alrededor, hasta despertar en una habitación, la cual parecía ser bastante agradable e incluso acojedora, pero aquel instinto de peligro se activó casi de inmediato por parte de Inui, ya que sabía que no era buena señal estar en una habitación así, por lo cual, se levantó de su cama para así mirar hacía todos lados, hasta escuchar una voz en una esquina de la habitación.

—Hasta que al fin doy contigo.. Inui Seishu —soltó una pequeña risa— Un gusto, soy Kazuma.

Inui se estremeció al escuchar aquella voz, pero de inmediato se volteó, colocándose a su defensiva.

—Kazuma.. hijo de puta.

—Hey, hey.. no seas grosero. No estoy aquí para lastimarte.. de hecho, te tengo una gran sorpresa.

—No quiero tus putas sorpresas.

Antes de que Inui siguiera hablando. la puerta de la habitación fue abierta por el mismo Kazuma. Ahí es donde Inui sintió como sus piernas se debilitaban, sentía su pecho apretandose. No podía creer a quien realmente tenía en frente, por lo cual, se quedó inmovil por varios segundos.

Era inexplicable el apego el cual le tenía a aquel chico, a su amigo de su infancia, quien lo acompañó en los momentos de aburrimientol. ¿Como podría explicar que había dejado todo solo para reunirse con aquel chico? varios lo llamarían ridículo, pero realmente pudo haber hecho más para simplemente volver a encontrar aquel chico en el cual pensaba todoa los dias, el cual pedía a las estrellas casi a diario para poder al menos volver a verlo para simplemente morir feliz.

—Kokonoi..

La voz de Inui apenas se escuchó. Su cuerpo tembló, e inclusó pensó en que aquello no era real, por lo cual lentamente se acercó al chico hasta estar frente de el. Segundos después, lo único que hizo fue abrazarlo con gran fuerza. 

No podía creerlo. Lo tenía en frente, y lo estaba abrazando. Al fin había logrado volver a reunirse con aquel chico que tanto había deseado volverse a encontrar. Todo su alrededor parecía desaparecer y solo quedaban el junto a Kokonoi. Todo parecía un sueño.


Continuará..

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