No, por favor...

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Los gritos de Sanzu se escuchaban. Con rapidez se abalanzó hacia el chico, intentando atacar al pelinegro quien apenas llegaba a defenderse.

Kokonoi sabía defenderse, en cierta parte al menos. Solía ignorar las clases que le daban sobre defensa personal, tratando de evitarlo lo más posible y apenas sabía ocupar armas, ya que también ignoraba aquellas clases. Se maldecia así mismo por haberlo hecho.
De igual forma, la impresión hacia que no pudiera moverse de forma correcta. Retrocedía de forma torpe, empujándolo apenas, recibiendo incluso pequeños cortes.

—Me sorprende que Kazuma haya aceptado esto—opinó Kisaki.

—No lo matará. Solo le está dando una ... lección, quizás. Kazuma sabe lo que hace—acarició su hombro.

Kisaki de forma inmediata, alejó la mano de Hanma con enfado.

—Debiste haberte quedado abajo.

—Prefiero estar contigo—guiñó un ojo.

Inui intentaba hacer de todo para soltarse, pero solo terminaba dañandose así mismo. Sus brazos dolían, sus hombros no daban más. El estar colgado en aquel lugar lo dañaba cada vez más, y su corazón dolía.

—¡Huye, Koko!—gritó—A-Agh...

La voz de Hanma lograba escucharse por todo el lugar. Hablaba a través de un altavoz, de forma cómoda desde una cabina, admirando el espectáculo.

—Será mejor que te defiendas, Koko. Si no quieres morir...—rió.

—No puedo...—murmuró hacía si mismo Koko.

—¡Sanzu, despierta! ¡no lo hagas, por favor!

Sanzu no prestaba atención a lo que decía el chico. Solo se dedicaba a intentar matar al chico para acabar con el dolor que le provocaba verlo, llegando a ser insoportable. No aguantaba verlo, necesitaba matarlo.

—No te escuchará...—habló Hanma—Vamos, torturalo hasta la muerte... Sanzu. Tu mayor enemigo. Matalo, matalo.

Kokonoi apenas y tomó la navaja, sin embargo, sus manos temblaban tanto que incluso se caía o resfalaba constantemente, debido al sudor de sus manos haciendo que fuera más que nada, una desventaja.
Los gritos de Sanzu e Inui se mezclaban entre si. Inui dejaba caer pequeñas lágrimas sin realmente saber que hacer, ¿cómo podía hacer algo en ese estado? solo estaba colgado, mientras lloriqueaba.

—Aunque lo mate, se destruirá así mismo luego de eso. No importa... —soltó una risa—vamos, Sanzu. Matalo, ahora.

La voz de Hanma acompañaba aquella situación que parecía sacada de película.

Kokonoi llenó de cortes, Sanzu en un estado de desesperación, miedo y rabia gigante, más ello, Inui gritando para que se detuvieran. Todo eso era visto por Kisaki desde un segundo piso, pero por primera vez, Kisaki apartó su mirada y se dió la vuelta. No quería seguir viendo, por alguna razón, parecía afectado.

—¡Sanzu!—gritó Inui.

Aquel grito hizo ruido en todo lugar, haciendo que incluso, Sanzu se detuviera. Su mirada se había iluminado en el momento de escuchar al rubio, haciendo segundos después contacto visual. El corazón de Sanzu se calmó por unos segundos, parecía haber olvidado todo lo pasado recientemente y ahora parecía solo estar suplicando por ayuda.
Sanzu caminó de forma moribunda a Inui, mientras sollozaba.

—Ayudame... por favor.

—Sanzu...—susurró Inui—Detente, por favor.

—Liberame... duele aquí...—apretó su pecho, hablando entre cortado—No puedo sufrir más...

Sanzu rasguñaba su propio pecho con fuerza mientras se le escuchaba una voz quebradiza. La mirada de Inui era dolor puro, apenas logrando hablar de forma clara, siquiera una palabra salía de su boca, simples balbuceos.

—¡Hey, Sanzu! tu enemigo está aquí.

Aquella voz distrajo de inmediato la mente de Sanzu. Hanma había bajado de dónde estaba para así jalar el cabello de Kokonoi, y así, luego tirarle el cuerpo a Sanzu, quien volvió a entrar en su desespero y los gritos volvieron.
Sanzu apretó su navaja, tratando de enterrar esta misma contra Kokonoi.

Hanma por su lado, se acercó a Inui y mostró una simple pistola, pasándola por en frente suyo.

—Solo tiene una bala, no lo olvides.

Luego, el arma fue dejada en el piso.

Por otro lado, Sanzu había logrado alcanzar al pelinegro, lanzando este al piso, ahorcandolo. Su mano apretó con fuerza el cuello del chico mientras gritaba, acercando el aquella navaja hacia el. Tenía la única intención de matar al chico en ese instante.

—¡Kokonoi, defiendete!

Inui no entendía las acciones de Kokonoi. Sabía que el chico tenía experiencia en defensa propia, pero... ¿por qué no se movía? no era lógico.
Mientras pensaba eso, lo único que vió fue como Hanma bajaba la palanca que lo mantenía en alto. Siquiera pensó, solo vió la situación en donde su chico estaba a punto de ser apuñalado. Fue cuerpo actuó de forma automática, tomando aquella pistola, pero por primera vez, sus manos temblaron al intentar disparar. No había logrado apretar esta a la primera, parecía dificultado, pero terminó colocando un poco más de fuerza y ahí fue, cuando el sonido de la pistola disparar se escuchó y el cuerpo de Sanzu, fue impactado por una bala.

Inui soltó la pistola de inmediato. Había caído al piso de rodillas luego de eso y solo miró sus manos.

—Sanzu...—murmuró.

Cómo Shorter lo pensaba, no se veía una gran conexión de ambos chicos, sin embargo, Inui consideraba a Sanzu como parte de su familia.

La sangre de Sanzu cayó en frente del rostro de Kokonoi, mientras una pequeña lágrima recorría la mejilla de el y segundos después, el cuerpo ya muerto del chico cayó encima de el pelinegro. Lentamente, las manos de Kokonoi palmearon la espalda de Sanzu intentando moverlo, intentando despertarlo. El chico apenas conocía a Sanzu, pero entendía el como se sentía el rubio ante el, y si era importante para el, también sería importante para si mismo.

La palanca nuevamente fue movida para así, volver a elevar a Inui.

—¿Cómo te sientes matando a tu amigo? vaya persona eres... que suerte tuvo el de tenerte de amigo—tomó su cuello—¿Cómo te sientes, eh? ¡respóndeme!

—Era un niño... ¿cuál era la razón?—murmuró.

—Era el más manipulable cercano tuyo. No sé cómo lo haces, ni como te escondes... pero juro que algún día encontraremos a todos los mocosos con los que andas, y los mataremos a todos en frente tuyo—lo soltó—Han estado interrumpiendo mucho de los procesos.

La puerta sonó y la presencia de Kazuma volvió a ser presente. Se dirigió hacía Kokonoi y solo lo jaló del cabello para así levantarlo.

—Mira lo que provocas, Koko—rió—Esto no hubiera pasado si te comportaras como debes.

—N-No... no es mi culpa.

La mirada de Koko solo demostraba lástima, culpa, pena. Miraba a Kazuma entre lágrimas mientras se negaba así mismo la culpa.

—Claro que la es—lanzó su cuerpo—Vamos. Muévete, tenemos cosas que hacer.

Kazuma salió y un lastimado Kokonoi, envuelto en sumisión se arrastró para así ir detrás de el.

—Bueno, al menos su cerebro está bien—sonrió Hanma—Servirá para estudiarlo.

—¿Eh?—susurró Inui—¿Qué harán? ¡no, no! déjenlo... ¡es solo un niño!

—Saquenlo de aquí—ordenó Hanma.

Entró gente hacia el lugar junto a una camilla en dónde fue puesto Sanzu, quien ya estaba sin vida.

Un moribundo Inui apenas pudo reaccionar al ver como levantaban a aquel chico. Murmuraba palabras las cuales apenas se entendían, intentando soltar alguna frase, pero era imposible hacer algo. Solo se escuchaba repetidas veces un "no, por favor...".

Continuará...

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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