Yo no hablo con pobres

Capítulo 12

Jisoo estaba en su cuarto cuando entró Chaeyoung junto con Tzuyu.

—Hey, Tortunejo, llegó la navidad—la pequeña le lanzó una caja rectangular envuelta en papel periódico.

No sabía que era más raro, si Chaeyoung vestida como duende o Tzuyu disfrazada de Papá Noel, era una imagen muy extraña puesto que faltaba mucho para navidad.

¿Dónde sacaron los disfraces? 

La mayor observó el objeto con desconfianza, no sabía si aquello era una broma de las menores, pero su curiosidad era más fuerte, no importa, siempre puede vengarse de sus hermanas. Así que rompió el papel periódico con las manos y era la caja de un celular de última tecnología, la abrió y estaba el aparato en perfectas condiciones, se notaba que no era nuevo, pero eso no era lo que la tenía impresionada.

—Wow, ¿cómo consiguieron esto?—puso una mueca traviesa.

—Digamos que los ricos son muy idiotas, ni siquiera tuve que robarles—se reía Chaeyoung.

—¿Entonces?—Jisoo tuvo un genuino interés.

—Solo apostamos en un juego de póker—reveló Tzuyu con una media sonrisa.

—Pero ni saben jugarlo.

—Ellos tampoco—las menores chocaron los cinco.

—¿Y los disfraces?—eso era otro tema que le interesaba.

—Esto sí los robamos, estaban afuera y sin dueño. Ahora tenemos pijamas nuevas—Chaeyoung dio una vuelta—. Bueno, nos falta entregar la navidad a la Barbie—salió de la habitación.

—Aquí está la clave del wifi del vecino—Tzuyu sacó un papelito chiquito y se lo entregó—. Ho, ho, feliz navidad—y se fue.

Jisoo soltó una carcajada por lo que hicieron sus hermanas, se puso de pie con prontitud y salió al pasillo, y gritó un fuerte gracias. De seguro los ricos no extrañarían sus celulares, pueden comprarse mil más si desean.

En la cajita encontró la batería y audífonos al igual que un manual, solo leyó lo que le interesaba. Su sonrisa se ensancho al ver que contaba con un TB, eso significa poder descargar miles de canciones sin preocuparse por llenar la memoria.

—¡Gracias Diosito y Jesús por darme a las mejores hermanas!—Jisoo juntó las manos en forma de oración y cerró los ojos—. ¡Diabla, Gollum, les envío mis bendiciones!—extendió las manos en dirección al cielo.

—¡Tortunejooooo!—gritó Lisa ingresando abruptamente—. ¿Qué haces?

—Callate, Lisasaurio, ¿no ves que estoy dando gracias a Jesús y Diosito?—continuó con los ojos cerrados y la misma postura.

—Pero si no crees—ladeo la cabeza.

—¡Shh, cierra el hocico!—hizo un gesto con la mano—. Jesús, no le creas, es una mentirosa, quiere más a los dinosaurios que a ti.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Jesús no le hagas caso, ella siempre hace chistes de ti!—Lisa también cerró los ojos y alzó las manos.

—¡Maldita pecadora mentirosa! ¡Es porque me llevo muy bien con Jesús, él entiende mis chistes! ¡Ni a él le gustan tus feos dinosaurios!—aseguró con firmeza.

—¡Pues es obvio que se va a llevar bien contigo, es Jesús! ¡Incluso era amigo de las prostitutas!—para Lisa, Jesús era genial.

—¡¿Me llamaste prostituta?!—se dirigió a ella de manera amenazante.

—¡Nooo! Aparte, nadie pagaría por ti—simuló una arcada.

—¿Me ofendo o me halago?—Jisoo permaneció unos segundos en silencio—. ¡Me ofendo!