Capítulo 29

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Lisa comía muy feliz el desayuno.

—¿Qué te tiene tan feliz, Lisasaurio?—preguntó Suga.

—Es un secreto—se rio como una niña pequeña.

—¿Así que ya estás en edad de tener secretos? Que viejo que me siento—se tocó el pecho con fingida dolencia—. Tendré que conformarme con la Gollum.

—¡Pues ni yo te quiero!—Chaeyoung le robo una salchicha—. ¡Ahora esto es mío...! ¡¿Y mi plato?!

—Ya se lo está comiendo la Mapache—comunicó Jeongyeon de lo más tranquila.

Regresaron a ver a Momo y se estaba atragantando con toda la comida, parecía que ni respiraba. Era una aspiradora humana.

—Jamás des la espalda a tu enemigo—alcanzó a decir Momo en medio de su glotonería.

—Bien dicho, Mapache. Me enorgulleces—Suga aprovechó para quitarle el embutido a la pequeña—. Ahora no tienes pan ni pedazo, que tristeza—se lo comió.

—Estoy dispuesta a compartir mi desayuno por unos cuantos favores—Tzuyu sonrió con picardía en los ojos.

—La única que aceptaría tu propuesta es la bautista de Lisa. Yo no quiero entregar mi alma al diablo... aun—bufó chaeyoung.

—¿Bautista?—Somi dejó de comer al oír lo que dijo su hermana—. ¿Otra vez fuiste donde ese brujo a robarle sus inciensos?

—Ya no he ido desde que le robé el cráneo de serpiente. Ahora tiene más seguridad—rechistó aun quería robarle ese bastón qué parecía mágico con esa piedra en el medio.

De pronto escucharon una carcajada de Jisoo. Fue raro.

—¡Ya sé lo que quisiste decir! ¡No es bautista es autista! ¡Idiota!—y se rio de nuevo.

—¡¿Por qué me dices autista?!—Lisa frunció el ceño.

—¡¿Quién pone primero la leche y luego el cereal?! ¡Es al revés, tontasaurio!—Chaeyoung le robó unas tostadas.

—¡Tontasaurio! ¡Te qued...!—se carcajeo Jisoo hasta que se atoró—. ¡Me a-asfixio!

—¡Yo te salvó, Tortunejo!—Tzuyu se puso de pie y le dio un sólido golpe en el estómago—. Listo, ya puedes respirar.

Jisoo estaba botada en el piso con las piernas recogidas, las manos en el estómago y los ojos aguados. Mala idea pedir ayuda en esa familia.

—¿Por qué mi osita está en el suelo? Pensé que las ibas a cuidar, sargento Min Yoongi—Seulgi apagó su cigarro.

—¡Buenos días, mi mayor Kang!—dio un saludo militar.

—Ya estoy retirada, no debes saludarme—ayudó a Jisoo a levantarse.

—¡No me atrevería a insultar a una heroína de guerra!—continuó con el saludo.

Lisa observó como su mamá suspiró y negó con la cabeza con una ligera sonrisa. Le agradaba tener a Suga con ellas.

Ella lo quería mucho como a un padre y estaba segura que las demás estaban de acuerdo con ella. Tener a Suga ahí no le hacía felices solo a ellas, también a su madre y podía ver que su humor mejoró cuando el hombre llegó.

Feliz. Todas estuvieron felices el día que Suga fue de sorpresa a su colegio. Festejaron, lo abrazaron y oyeron cada una de sus anécdotas con suma atención, sabían que él estaba de vacaciones y en algún momento tendrá que irse de nuevo.

Cuando ese pensamiento cruzaba su mente la aflicción le gana, quería que él se quede con ellas, pero no era posible, la vida militar era demandante y conocía que él se esforzaba el doble por ellas, ¿por qué? No lo sabe, él no tiene ninguna responsabilidad para con ellas y, aún así, les envía regalos y víveres cada que puede.

Yo no hablo con pobresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora