Lisa revisó la conexión eléctrica de la cocina al tener problemas para encender los aparatos electrónicos.
Observó un cable pelado y soltando chispas, así que fue a la caja de los breakers e inhabilito la conexión de la cocina o puede que se electrocute, lo cual no funcionó porque se equivocó de breaker.
—¡Mierda!
Sacudió la mano, miró el dedo afectado y una mancha rojiza emergió.
No es mi día.
Mejor dicho, no ha sido su día desde la conversación que tuvo con Jennie. Equivocarse en algo tan simple que ha hecho desde siempre demuestra que no está en su mejor momento, es algo tonto, muy tonto.
—¿Estas bien?
—Sí, Suga, solo me queme un poquito.
—Déjame ver—le sujetó la mano—. Hay que ponerte agua fría.
Lisa lo siguió con la mirada y este agarró un tazón grande para llenarlo de agua con unos cuantos hielos.
—Mete ahí el dedo, te hará sentir mejor.
No lo refutó. Pero fue verdad. Se sintió mucho mejor. Ya no dolía tanto y esa sensación de hormigueo disminuyó de forma considerable, era bueno tener a Suga ahí.
—Lisasaurio...
—Ya no me digas así, solo dime Lisa.
—¿Por qué?—se sentó en frente.
—Porque ya no me gusta—rehuyó la mirada.
—¿No te gusta tu apodo o los dinosaurios?
—Los dos—se removió incómoda.
—¿Entonces que haré con el nuevo dinosaurio qué te compré?
Se mordió la lengua antes de preguntar cuál era, casi pierde el control de sí misma ante su gusto ridículo. Pero no iba a caer. No. Se iba a mantener firme en su decisión, así iba a ser normal.
—Puedes venderlo, los dinosaurios no son geniales. Son bobos y patéticos.
—Sabes, Lisa, si los dinosaurios fueran bobos y patéticos nadie se hubiera molestado en estudiarlos ni en buscar sus restos por el mundo—el hombre agarró su mano y colocó crema en el dedo quemado.
—Pues no todos opinan los mismo—comenzó a enojarse.
—Todos somos diferentes, pero también hay personas con gustos similares. Es lo normal—se limpió el resto de crema en el pantalón.
—No quiero seguir hablando de esto, ya tuve esa conversación con la Tortunejo—dijo firme—. Gracias, Suga. Ya no me duele—se puso de pie y fue a finalizar su trabajo.
No quería ser mal educada. Pero estaba harta, ¿por qué nadie la entiende? Ella quiere cambiar y solo le dicen cosas que ni al caso ya sea su mamá, sus hermanas y ahora Suga, ¿por qué no la pueden apoyar en su decisión? Es algo bueno que le dejen de gustar los dinosaurios, así que no comprende porque ellos no pueden ser capaces de verlo.
—Algo que no es normal es que cambies tus gustos por una persona.
—No pedí tu opinión—se clavó las uñas en las palmas. Oyó un suspiro. Supuso que sus hermanas o mamá oso fue de chismosa con él.
—Los adolescentes son un dolor en el culo—bufó—. En fin, solo quiero decirte que tu familia quiere lo mejor para ti—se acercó y apretó gentilmente su hombro—, así que no seas tan dura con mi mayor. Ella está siendo paciente contigo, cuando estés lista ve a hablar con ella, te está esperando—dejó un gentil besó en su coronilla—. Voy a buscar a tus hermanas y a mi mayor, tengo dos noticias para ustedes.
![](https://img.wattpad.com/cover/354155446-288-k263166.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Yo no hablo con pobres
FanfictionSiete chicas pobres. Siete chicas millonarias. Un encuentro inesperado. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Nota: no permito adaptaciones.