Un bostezo se coló en la boca de Jennie, hoy era uno de esos días donde la pereza ganaba, pero aun así, lucía fabulosa.
Fue a sentarse en su sitio habitual, el resto de estudiantes fue llegando y solo alzó la cabeza cuando escuchó las voces de sus amigas, los demás podrían no venir nunca que ni le interesaría.
—Jennie, ¿hiciste la tarea?—preguntó Nayeon mientras se acercaba.
—¿Tarea? ¿Había tarea?—elevó la ceja.
—Dios, a quien pregunto—la chica dientes de conejo negó con la cabeza.
—Pero sí tú eres peor que yo—puso los ojos en blanco.
—Son iguales—intervino Jihyo—. Solo pasan el año porque sus padres donan mucho dinero al colegio.
—Obvio, lujitos qué los pobres no se dan—Jennie terminó con una risita.
—Pasar sin estudiar es un deleite—Nayeon extrajo un espejo solo para confirmar que todo estaba en orden—. Yo no sé para que haces la tarea sí tu papi paga igual.
—Me aburro, tampoco es como si siempre haga la tarea—dejó la mochila encima del escritorio.
Dejaron de hablar cuando ingresó el profesor de Historia, y Jennie comenzó a perderse en sus pensamientos. Las notas de Jihyo no eran las mejores, pero tampoco las más mediocres como ella o Nayeon, la verdad, no entendía a su amiga su método para no aburrirse.
Podía realizar miles de cosas y ella decide hacer la tarea.
Mejor voy a ponerles bigotes a los señores que salen del libro.
Deslizó la mano hasta llegar debajo del escritorio donde tiene un espacio para colocar sus útiles de estudio, pero las yemas de sus dedos sintieron un papel rugoso, así que lo tomó y vio que era un sobre hecho de papel periódico, gozaba de un estilo vintage y eso le encantó.
En el reverso del sobre de papel estaba escrito:
"Para: La chica ojos de gatito"
"De:🦖"
Aquello había añadido más extrañeza al asunto, pero con cuidado abrió el sobre y extrajo una carta de color blanco con los bordes llenos de pequeños dinosaurios con diferentes colores, pero lo que atrajo su atención fue la frase en ella.
"¿Sabías qué el dinosaurio más inteligente era el Troodon?"
Debajo de aquellas palabras había un dibujo de, lo que ella suponía, el dinosaurio del nombre raro. Jennie a veces sabía que atraía a los raros ya sea por su belleza o su fortuna, pero era la primera vez que alguien le envía una carta sin nada de valor en el interior.
¡La pobretona!
Su mente conectó rápidamente qué a la única persona ridícula que le gusta los dinosaurios fue a esa chica e incluso le dijo que le demostraría que los dinosaurios son geniales.
Vio la carta con asco al pensar que esta tocando lo mismo que esa pobretona, primero quemaría la carta con gasolina y luego se lavaría las manos con cloro, sí o sí debía matar los gérmenes.
—¿Qué es eso?—susurró Nayeon al ver una cosa en las manos de su amiga.
—Es una porquería, no te preocupes—puso una mueca de asco.
—¿Porquería?—oyó con cuidado a Jennie al ponerla al tanto—. ¿Y si lo guardas?
—¿Para qué? Se me va a llenar de bacterias los cuadernos—sacó un perfume y se lo puso en las manos.
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Yo no hablo con pobres
FanfictionSiete chicas pobres. Siete chicas millonarias. Un encuentro inesperado. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Nota: no permito adaptaciones.