Solo tú [Ohmnanon]

35

✨️Nanon✨️

Mentiría si dijera que soy capaz de dormir hoy.

No puedo.

La casa está en silencio ya, ese Omega se ha ido.

Verlo fue equivalente a pisotear lo que queda de mi corazón.

Suspiro tomando mi teléfono y veo el último mensaje que me ha enviado ese chico.

Dew.

Un delincuente agradable, con un  buen sentido del humor.

Es como Chimon, pero guapo.

Me levanto para acercarme a la cama en el fondo, y sonrío, porque Meena está dormida.

Nada puede levantarla cuando está cansada.

Fue un día largo para ella también, la diferencia es que la hizo feliz.

Volteo a la puerta, porque se abre despacio, y me acerco al ver a Ohm en la oscuridad.

—¿Qué pasó? —susurro confundido y él baja la mano a la mía, para tomarla.

Camino nervioso junto a él hacia el pasillo, y cierra la puerta conmigo afuera.

—¿Po-Podemos te-terminar de ha-hablar?

Camino al comedor, para alejarme de las habitaciones.

No quiero que mi hija tenga que escuchar.

—La conversación se acabó —le recuerdo— porque llegó tu Omega.

Me tenso, porque se acerca.

—No e-es mi O-Omega.

—¿No lo es?

—No lo e-es —me dice agarrando mi rostro— e-estoy tra-tratando de e-explica-carte que él no si-significa na-nada pa-para mí.

Me estremezco, porque baja sus dedos a mi cuello, aún tengo la cicatriz de su marca.

Odio que no haya podido renovarla más.

—Pe-Perdóname —susurra tocándome y yo miro sus labios— lo a-arruiné, po-porque pe-pensé que nu-nunca i-ibas a vo-volver, pe-pero tú sa-sabes de que ma-manera te a-amaba, y sé que de-dentro de ti, e-entiendes que un a-amor a-así no pu-puede te-terminarse.

—¿Quieres que crea que me amas después de verte con él?

—E-Es que te a-amo.

Intento quitarme, pero me detiene y yo sostengo su mirada, ya llorando.

Cierro los ojos, porque besa mi mejilla derecha y su nariz acaricia mi piel, limpiando mis lágrimas.

—I-Iba a pe-perder la ca-cabeza, pe-pensaba en mo-morirme to-todos los dí-días, po-porque que-quería estar co-contigo —me explica llorando.

—¿Él te hizo feliz? —le pregunto mirándolo directamente.

—So-Solo tú pu-puedes ha-hacerme fe-feliz.

Jadeo, porque se acerca más.

—E-Eres mi O-Omega, Non.

—¿Pero lo marcaste?

—No —susurra chocando sus labios con los míos, y me rindo.

Lo beso al instante, aferrándome a su cuerpo.

—Te a-amo —dice agitado, con sus manos tocándome más fuerte.

Se restriega en mí, empujándome despacio al sillón en la sala, y se lo permito.

Aprendí a vivir con la necesidad de sentirlo conmigo, y no quiero perder la oportunidad de tenerlo, ahora que puedo.