Solo tú [Ohmnanon]

27

✨️Nanon✨️

No sería responsable desmayarme para evitar enfrentar a Ohm, porque mi hija está mirándome, pero me gustaría poder.

No estaba listo.

Probablemente nunca lo hubiera estado.

Era difícil ya pensar en que este momento llegaría, desde antes de venir.

Es difícil pararte frente a la puerta de alguien y explicarle porqué saliste de su vida sin avisarle, es más difícil aún si le dices que tiene una hija, y es peor si ya no puedes llegar a esa puerta, porque ya tiene una vida que no te incluye.

Ohm solo me mira.

Parece no estar seguro de si esta es la realidad.

—Cariño —digo cargándola y ella me mira confundida— ¿Quieres darme un momento ahora?

—Sí —responde mirándolo a él y se despide con una mano.

Camino a la habitación en el fondo, que es nuestra ahora, con ella en mis brazos.

—¿Por qué? —me pregunta susurrando cuando ya no puede escucharnos.

Levanto el meñique y ella levanta el suyo al verlo.

—Vas a darme unos minutos y yo te daré muchas respuestas después.

—Es un trato —dice sonriéndome.

La bajo en la cama y ella agarra el jugo que estaba tomando.

Suspiro mirándola.

No quiero salir, no quiero enfrentarlo.

Tomo aire antes de hacerlo y veo que Meena agarra el libro que está coloreando en estos días.

Genial, eso la tendrá ocupada.

Voy al pasillo y veo a Ohm parado junto a la cocina, mirándome.

—Hola —digo nervioso y él se acerca.

Agarra mi rostro con sus manos, y ya quiero llorar.

Lo necesité tanto en estos años.

Soñaba cada noche con volver a sentir su toque.

Quiero solo cerrar los ojos y disfrutar esto, pero no puedo.

No lo estoy culpando por algo, no tengo nada que reclamarle.

—Lo siento.

—¿Qué pa-pasó? —me pregunta mirando mis ojos y yo me rompo.

Tiene un Omega, ya no es mío, y debería mantener mi distancia, pero no puedo.

Así que lo abrazo.

Para mí, esto nunca se acabó.

Para mí no hubo un cierre, yo le di un beso esa tarde antes de irme al trabajo y lo escuché decirme que iba a esperarme despierto.

Para mí esto se pausó en un día en el que ambos nos amábamos.

Perdí el tiempo que deseaba con él, perdí muchas tardes de películas, perdí la familia que quería que tengamos.

Si Meena no existiera, preferiría estar muerto de verdad ahora, porque no soporto haber regresado a un mundo que no se detuvo por mí.

Solo fui atascado en un pasado que él ya dejó atrás.

—No me morí —respondo contra su pecho.

Él no me abraza a mí y yo comprendo.

Me prometió que no se acabaría hasta su muerte, no hasta la mía, pero no todas las promesas pueden cumplirse.

—Lo siento —digo de nuevo alejándome, pero detiene mi cuerpo.

Mira mis labios y quiero tanto que me bese.

Él no lo hace.

Me suelta, limpiando sus lágrimas y yo suspiro.

—Es una historia larga —digo y él mira al pasillo.

—¿E-Entonces es una ni-niña? —me pregunta y yo asiento.

Creo que ambos sabíamos en ese momento que ella existía.

La buscamos, es lo que queríamos, y me rompe el corazón pensar en que después quiso eso con alguien más.