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✨️Ohm✨️

Hacer el amor con Nanon siempre se ha sentido correcto para mí.

Mi cuerpo lo reconoce como mío, y sé que el suyo puede sentir que yo nunca he dejado de pertenecerle.

—Deberíamos dormir —susurra nervioso, alejándose de mí.

Mi plan realmente era quedarme aquí, hasta que amanezca.

Es que ya no quiero volver a estar lejos de él.

—Habla primero con ese Omega —me dice levantando su camiseta del piso.

No me siento cómodo con que solo se vaya después del sexo.

Entiendo la razón por la que lo hace, pero no es lo que quiero.

Estiro mi mano, para agarrar la suya.

—Lo ha-haré.

Me levanto también y suspiro, tomando su rostro con mis manos.

Sé que vamos a necesitar más que una conversación para recuperar lo que teníamos.

—Ohm, yo no quiero que te sientas obligado a...

—¿O-Obligado? —le pregunto confundido— pa-para mí no e-existe otra o-opción cu-cuando se tra-trata de ti.

Atrapo sus labios despacio y él cierra los ojos, dejándome deslizar mi boca a su cuello.

Sus manos presionan mi pecho, porque paso la lengua por la cicatriz que le queda de mi marca.

Quiero morderle, pero sé que este no es el momento.

Necesito que vuelva a sentir que todo lo que teníamos sigue ahí, porque así es.

Todo lo que dejó al irse está acá, y me odio porque por mi culpa creyó que no era así.

Respiro profundo quitándole su camiseta de las manos, y la lanzo al sillón antes de levantar la mía.

Se la coloco porque quiero que la use y él hace un puchero mirándome.

—No la quiero, huele mucho a ti —dice cruzando los brazos y yo sonrío.

Mi corazón está de nuevo en movimiento, y no lo había sentido latir así de fuerte, desde que lo perdí.

Aunque tenemos una hija y yo lo marqué, me sigue costando procesar que él me escogió a mí.

Es que yo era ese chico que creía que sentarse a su lado en clases era improbable, y ahora estoy tocándolo después de haberle hecho el amor.

—Ya e-estás o-oliendo a mí, de to-todos mo-modos.

—Ya sé —responde haciendo una mueca con sus labios y yo los atrapo de nuevo, porque quiero devolverlo al sofá

No me lo permite.

—Buenas noches —dice soltándose y juro que estaría dispuesto a rogarle para que se quede, pero decido respetar su espacio.

Camina por el pasillo y desaparece, después de abrir la puerta de su habitación.

Me siento y miro al techo, tratando de procesar lo largo que ha sido este día.

Sí, él está de vuelta y no es un sueño.

Solo tú [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora