Piccolo, el show debe continuar [I]

❃Il mio posto sicuro❃

Apoyó la taza de té sobre su mesa de luz dispuesto a dormir, se cobijó con la colcha y se hizo pequeño como cada noche. Mientras intentaba conciliar el sueño, observaba las luces a través de su ventana. Las ramas de los árboles formaban diferentes figuras, que se entretenía descifrando hasta que el sueño llegara de una vez por todas.

Cada noche era igual desde hacía varios meses. Dormir solo no se le daba bien a Damiano; no importaba las veces que con rabia juraba no necesitar el calor de su alfa para poder conciliar el sueño, lo sabía bien, lo necesitaba tanto como el aire que respiraba.

Abrazó la almohada imaginando que abrazaba a su alfa de aroma suave y apacible que le brindaba la calma irremplazable para dormir en paz. Fue incapaz de reprimir las lágrimas que cayeron de sus ojos al recordar aquello.

El tono de llamada de su celular comenzó a sonar, y como cada vez que lo hacía, sus latidos se aceleraban ilusionados de que fuera Zayn quien llamara para que al fin volvieran a casa. Miró la pantalla y la desilusión lo invadió enseguida, como de costumbre.

—Ethan... —respondió con pesadumbre.

—Espero que no hayas estado durmiendo.

—¿Importa eso ahora? —contestó con ironía.

—Escucha —dijo ignorando la molestia de su amigo—, ya sé que nombre utilizaré en el club —comentó con emoción.

El italiano miró el reloj de su celular y marcaban las dos y cuarenta y tres de la madrugada.

—No puedo creer que llames a esta hora solo para decirme esto, Ethan —reprochó—. Estaba tratando de dormir.

—Es importante, porque luego cuando estemos en el club probablemente no me prestarás la atención que se merece esta cuestión.

Damiano rodó los ojos y sonrió.

—Bien. Dime cuál nombre elegiste.

—¿Estás preparado? Porque es muy bueno —advirtió con diversión y su amigo volvió a rodar los ojos, aunque esperó en silencio por su respuesta—. Okey... El nombre es Darcy.

—¿Darcy?

—Sí. Darcy —afirmó—. ¿Sabes lo que significa?

El italiano cerró los ojos y los refregó con fuerza, solo quería dormir.

—No. ¿Qué significa?

—Oscuro —contestó y permaneció en silencio.

—¿Ethan? —preguntó Damiano al creer que su amigo había cortado.

—¿No entiendes? —inquirió con molestia.

—Perdón, pero no —respondió el italiano como una obviedad.

—Dios. —Resopló molesto—. Todo tengo que explicarte.

Damiano llevó sus dedos al puente de su nariz y prefirió no responder.

—El tema es así: Lo que hago en Le Ciel Sale es mi lado oscuro...

—Ajá...

—Porque bueno... Ya sabes que no me arrepiento de nada de lo que hago allí. Me encanta coger y mucho más me gusta que me paguen por eso —admitió nuevamente sin pudor—. De día, soy un omega normal, con una vida normal, pero de noche mi lado oscuro florece y eso me fascina.

Damiano sonrió y separó los labios para responderle a su amigo, pero el sonido de la cerradura de la puerta de entrada llamó su atención. Arrugó el entrecejo con temor, ya que ese departamento lo había comprado junto a Zayn cuando decidieron separarse definitivamente y nadie sabía la ubicación.