❃Ritorno inaspettato❃

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Zayn cerró la libreta con frustración y apoyó la frente sobre su mano. Estaba volviéndose loco sin Ian, en el completo sentido de la palabra. Necesitaba sus consejos, sus abrazos y la camaradería que tenían en todas las cosas que emprendían juntos. Nunca había imaginado que llevar adelante un club nocturno sería tan difícil. En realidad, nunca imaginó que lo dirigiría solo. Este proyecto era de tres personas, las que se apoyaron mutuamente durante muchos años, pero que de la noche a la mañana la vida se había encargado de separar cruelmente.

Miró su reloj y corroboró que apenas eran las nueve de la mañana y él había estado haciendo números desde las seis y media cuando llegó al club. Resopló con molestia y agarró la botella de whisky, estaba a punto de servirse cuando la puerta de servicio se cerró. Llevó la mirada hacia ella y la figura de su omega se hizo visible. Este vestía ropa deportiva ya que regresaba de entrenar, se había ido minutos después de que Zayn había llegado esa mañana.

Damiano vivía dentro del club, en la habitación que había arreglado para él. Zayn se había opuesto, al igual que Victorine, alegando que el omega recibía parte de las ganancias de Le Ciel Sale y podía rentar un departamento sin inconveniente alguno. Sin embargo, Damiano había decidido vivir en ese cuarto y Zayn desconocía el motivo, ya que este no le hablaba desde hacía semanas, luego de lo ocurrido con Nassef, quien afortunadamente tanto para el omega como para el alfa,  no había regresado al club. El italiano ni siquiera respondía los mensajes que Zayn le había mandado. Mucho menos le dirigía la palabra cuando este le hablaba personalmente, a pesar de que podía sentir el cuerpo del omega temblar y su piel estremecerse cuando se acercaba demasiado a él.

Permaneció mirando a su omega hasta que este se metió en su habitación sin siquiera mirarlo. Llevó su mirada al vaso de whisky que descansaba sobre la barra y lo miró durante unos instantes en los que sus recuerdos le demolieron el alma. Los mejores momentos de su vida los había vivido junto a Damiano. Había conocido la felicidad a su lado, la plenitud de sentirse amado y amar de la misma manera, intensa e incondicionalmente. Lo tuvo todo junto a ese omega caprichoso y pasional. Sin embargo, cuando recordaba el motivo por el cual los buenos tiempos se habían terminado, el dolor de la traición lo azotaba nuevamente.

Jamás había experimentado una angustia tan agonizante como cuando sintió la muerte de su cachorro a través del lazo. Esa desvinculación se cobró una porción de su alma, llevándose una parte con ella. Nunca volvería a ser el mismo hombre luego de eso, mucho menos luego de la triste ausencia de su hermano del alma. No comprendía hacia dónde había ido su vida. La forma en la que en tan poco tiempo había perdido a las personas que más amaba.

Agarró el vaso y como si estuviera en cámara lenta bebió todo el whisky, disfrutando de cómo quemaba su garganta a medida que lo tragaba. Prefería mil veces esa quemazón y no la que sentía constantemente en su corazón; la misma que algún día terminaría consumiéndolo completamente.

Llenó su vaso una vez más y consideró si podría perdonar a Damiano. ¿Acaso el profundo amor que sentía hacia él podría ayudar a perdonar que el omega había matado a su hijo? Un desgarrador pesar colmaba su pecho al recordar a su pequeño alfa, los delicados golpecitos que recibía de su cachorro cada vez que le hablaba; jamás olvidaría esa sensación bajo su palma. Siempre recordaría el olor a cedro mezclado con el dulce aroma a durazno de su omega. Apoyó las manos sobre la barra e inclinó sus caderas buscando el respaldo que necesitaba en esos momentos al desear el pasado de una manera abrumadora.

Quería comprender la decisión de Damiano, realmente quería hacerlo, porque necesitaba tenerlo otra vez. Necesitaba perdonarlo para poder continuar con su historia de amor junto a él. Quería cumplir la promesa que le hizo a Ian. Quería volver a casa con su omega, aunque en esos momentos, dudaba que Damiano pudiera perdonarle lo que hizo con aquel alfa asqueroso. Zayn sabía que su omega le temía a Nassef, sin embargo, en aquel momento no pudo luchar contra su propio monstruo y ese era otro motivo por el que tenía miedo de regresar con su chico revoltoso, ya que el monstruo podría emerger a la superficie una vez más y las consecuencias incluso, serían peores.

Piccolo, el show debe continuar [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora