No había visto a Gilbert en cinco días y tampoco había querido abrir las cartas que me dejaba cada mañana en nuestro buzón, estaba molesto con él por culpar a Bash de todo, cuando quien tomó la decisión de morir fui únicamente yo. Odiaba que no fuera razonable y que se dejara guiar por su enojo. Anne me había contado que Mary le dijo que ellos tampoco se hablaban, lo cual me había hecho molestarme aún mas con él.
En esos días sin verlo también había estado teniendo recuerdos de mis días antes del día final, Anne y Bash tenían razón al decir que estaba demasiado deprimido, pues podía sentirlo y eso no ayudaba mucho al poco humor que ya de por si tenía.
Había recordado que después de que Bash me contó aquello no había querido ni comer, pues cada bocado me costaba un dolor abismal en la garganta al tragar. Recordaba haberme sentado junto al escritorio con coraje a escribirle esa última carta, pero no recordaba lo que escribí, solo que para entonces estaba molesto con Gilbert por haberme causado todo ese daño.
Bajé a desayunar después de una pesada noche de sueños muy lúcidos sobre los recuerdos de nuestra separación, estaba totalmente cansado pero tenía que presentarme en mi primera clase.
Nadie me preguntó sobre mi semblante cansado y triste, pues había sido recurrente los últimos días. Anne llevó la conversación en la que no participé sobre lo lindo que estaba siendo el verano para ella.
Me preparé de mala gana y todos me dieron su bendición. Salí en compañía de Moonlight hacia el nuevo hipódromo del pueblo, me iba a tocar enseñar a niños pequeños, solo eran cinco, pero no estaba seguro de poder lidiar con sus energías.
Y tenía toda la razón, pues parecía que se habían atiborrado de dulces y pasteles, pues corrían por todos lados y no escuchaban indicaciones simples, hice mi máximo esfuerzo por llamar su atención sin ser despiadado, pues me había prometido que no sería de esos cuidadores crueles con los que había crecido.
Todo mejoró cuando les mostré los caballos, estaban entusiasmados y les dije que si no les caían bien a los caballos no los dejarían montarlos, lo cual ayudó demasiado, pues enseguida se quedaron quietos.
Ensillé los caballos y les enseñé a subirse a la silla, con ayuda de un cajón de madera pues eran demasiado pequeños, me recordaban a Isaac unos años atrás y me pregunté que estaría haciendo en esos momentos, también decidí escribirle una carta con todos los descubrimientos que había hecho las últimas semanas, sabría que le encantaría saber que tuve una vida fascinante con drama y todo.
Salí de mejor humor cuando los niños me agradecieron por mis enseñanzas (las cuales solo consistían en aprender a subirse al caballo y la postura), excepto por un niño que estaba seguro que estaba listo para echar carreras conmigo y se fue llorando de la mano de su padre.
Regresé a casa a pie, pues quería alargar el camino para pensar en todo lo que le diría a Isaac para no preocuparlo demasiado.
Ya estaba por llegar a Greengables cuando vi a Gilbert llegar a toda prisa del lado contrario, fue hacia mi enseguida y me abrazó fuertemente, colocando su cara en mi cuello, soltó un gran suspiro y me soltó al ver que su abrazo no fue correspondido.
—Dante... —dijo de forma precavida.
—No, no quiero hablarte —dijo y seguí adelante.
Se puso frente a mi en un movimiento rápido, su boina estaba chueca y se asomaba su rebelde cabello negro, tenía una expresión triste que hacía que sus labios de vieran mas prominentes y rosados, lo maldije por tentarme cuando estaba enojado.
—Te extraño mucho, quiero disculparme contigo.
—A mi no me debes disculpas, sino a Bash —dije mirando tras su hombro para evitar ver su preciosa cara.
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Affection and Desire | Gilbert Blythe | lgbt
FanfictionDante despierta en una clínica desconocida para él, ahí conoce a Gilbert, un encantador chico con rostro angelical que le explica que perdió la memoria y no recuerda los últimos días. Por alguna razón a Dante le parece muy familiar el rostro de Gil...